El trato comercial con EE.UU. supera el primer voto en Bruselas
Socialistas y populares pactan incluir el polémico tribunal para empresas
El polémico acuerdo de libre comercio entre la UE y EE.UU., más conocido como TTIP (sus siglas en inglés), en negociación desde hace dos años, superó ayer la primera votación en el Europarlamento tras un pacto entre socialdemócratas y conservadores.
La comisión de Comercio Internacional aprobó por 28 votos a favor (socialdemócratas, conservadores y liberales) y 13 en contra (verdes e izquierda) una resolución sobre el TTIP que da luz verde al tema que más controversia suscita: la inclusión de un tribunal para dirimir las disputas entre estados e inversores extranjeros.
El mecanismo de arbitraje (conocido como ISDS) es una exigencia de EE.UU., defendido también por las patronales europeas y los conservadores. Sus de- tractores critican que se cree un sistema de justicia paralelo para las empresas y temen que socave la capacidad de los estados para legislar. Todo inversor que considere que un Estado ha perjudicado sus intereses con una ley podría llevarlo ante el tribunal.
Los socialdemócratas, divididos sobre esta cuestión, se inclinaban hasta ahora por exigir a la Comisión Europea que excluyera el tribunal de arbitraje del tratado de asociación trasatlántica. Pero en un acuerdo alcanzado con los populares en la madrugada, a pocas horas de la votación, aceptaron que se establezca un “nuevo sistema de protección efectiva de las inversiones”, si bien se subraya que debe estar compuesto por jueces independientes, incluir un mecanismo de apelación y estar sujeto a principios democráticos y al escrutinio.
“Los socialistas han perdido su alma, reniegan de la democracia y se pliegan ante los lobbies”, clamó en Twitter la eurodiputada verde francesa Michèle Rivasi.
Los socialdemócratas niegan que hayan cedido ante la derecha. “Lo que hemos aprobado es el principio del fin del ISDS –dice Inmaculada Rodríguez-Piñero (PSOE)–. No queremos un arbitraje privado, pero sí un sistema de resolución de conflictos entre estados e inversores, los que hay no funcionan. Un tribunal internacional transparente formado por jueces profesionales”.
Pero los conservadores blanden como éxito haber incluido un tribunal de arbitraje en la resolución aprobada. “Los socialdemócratas querían que el ISDS se excluyera categóricamente del tratado, y no lo podíamos aceptar”, afirma Santiago Fisas (PP). A cambio, dice, han aceptado abstenerse en la enmienda socialdemócrata sobre la protección de los derechos de los trabajadores. El texto llama a EE.UU. a “ratificar, aplicar y ejecutar” la ocho convenciones de la Organización Internacional del Trabajo (actualmente sólo reconoce dos).
La resolución se vota en el pleno del Parlamento el 10 de junio. No será vinculante pero pretende marcar líneas rojas a la Comisión, que es la que negocia con Washington. Para que entre en vigor, el TTIP deber ser finalmente aprobada por el Europarlamento.
Otras líneas rojas que marca el texto de la resolución es la exclusión de los servicios públicos del TTIP, la protección medioambiental o los estándares de seguridad alimentaria europea.
Sólo votaron en contra los verdes y la izquierda, que acusan a los socialdemócratas de plegarse a los lobbies