Díaz reclama a Sánchez que el PSOE no sea una “pasarela” para Podemos
La líder andaluza advierte de los riesgos de sellar pactos a cualquier precio
“No podemos ser un escudo frente a nadie, ni una pasarela para otros”, reclamó ayer la presidenta de la Junta en funciones y líder de los socialistas andaluces, Susana Díaz, tras reunirse en Ferraz durante una hora con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Díaz rechazó así, por una parte, que el PSOE excluya al PP de cualquier posibilidad de pacto o acuerdo postelectoral, como ha establecido Sánchez. “Yo no hago política frente a nadie, sino a favor de los ciudadanos. No me gustan los bloques ni los frentes, hay que interpretar el mandato de los ciudadanos en cada ayuntamiento y en cada comunidad”, aseguró la líder socialista andaluza.
Y, en segundo lugar, Díaz también rechazó que el PSOE pueda estar dispuesto a cualquier tipo de pacto o acuerdo con Podemos, con tal de recuperar poder territorial. “Estamos en un momento inédito para España. Y la pluralidad debe ser compatible con la estabilidad y la fortaleza de los gobiernos. Mucha prudencia, porque es una situación de mucho riesgo”, alertó. ¿Pero cuáles pueden ser esos riesgos? “Los pactos –respondió– deben ser compatibles con los compromisos y los valores del PSOE en el conjunto de España”.
Lo que Susana Díaz no quiere, según explican en su entorno, es que el PSOE cierre pactos con Podemos que les permitan la investidura en algunas plazas, pero a costa de convertirse en “rehenes o títeres” del partido de Pablo Iglesias. Y advierten en este sentido de que Iglesias quiere ampliar su base por ejemplo en la Comunidad Valen- ciana, intentando fagocitar a Compromís, y también en Aragón y Baleares, con la vista puesta en las elecciones generales previstas para el próximo mes de noviembre.
Los socialistas andaluces, igual que los de media España, siguen recordando con auténtico pavor “el error” de la constitución en su día del gobierno tripartito catalán –PSC, ERC e ICV– o del bipartito gallego –PSdeG y BNG–, en los que cada partido tiraba por su cuenta y todo acabó como el rosario de la Aurora. No sólo en estos territorios, sino que diluyeron el proyecto del PSOE en toda España. Y no quieren, desde luego, reeditar este tipo de gobiernos que consideran de imposible gestión.
En el caso del aragonés Javier Lambán o la balear Francina Armengol, creen que sería más prudente no intentar gobernar a cualquier precio. “Ahora que se está decantando la realidad, algunos van a sudar tinta”, dicen, sobre los carros y carretas que habrían de tragar para lograr gobernar. Algo que, no obstante, no habrían soñado ni en la mejor de sus fantasías. Ahora bien, ¿cómo pedirle a Javier Lambán, por ejemplo, que deje pasar la mejor oportunidad de su vida, quizá la única, de ser presidente autonómico? Lo difícil, piensan, será “bajar la euforia de algunos”.
Susana Díaz, en cambio, no tiene ningún problema con que el PSOE pacte con Podemos o sus plataformas satélites para desalojar al PP del poder, allá donde es evidente que lo debe hacer. “Donde se puede explicar”, argumentan.
Por ejemplo, en Extremadura, donde Guillermo Fernández Vara quedó primero y obtuvo además el mejor resultado de todo el PSOE –con un 41% del voto–; o en Castilla-La Mancha, donde Emiliano García-Page se quedó a un solo diputado de María Dolores de Cospedal. También en Valladolid, donde el socialista Óscar Puente, con el apoyo de la plataforma local de Podemos, podrá desalojar al polémico alcalde del PP, Francisco Javier León de la Riva.
Díaz, a la salida de su cita con Sánchez, dijo que le resulta “muy llamativo” que Podemos dé por hecho que el PSOE le tiene que
Los socialistas andaluces recuerdan con pavor el tripartito catalán y rechazan reediciones similares
apoyar allí donde lo necesite para gobernar, y encima darle las gracias, pero advierte que los socialistas tienen que dar un giro de 180º allí donde necesiten a Podemos, como ha advertido Pablo Iglesias. Se refería así también a José María González Kichi, quien, al frente de la plataforma local de Podemos, necesita a los socialistas para ser alcalde de Cádiz, pero les demanda “un cheque en blanco”.
De todo esto hablaron Díaz y Sánchez, según dijo. Pero no de las primarias del PSOE para elegir al candidato para las elecciones generales, según zanjó: “Yo no entro en eso, ahora a la gente no le preocupa eso”. Pero fuentes socialistas aseguran que Díaz quiere que Sánchez retrase el inicio del proceso de las primarias que culminará el 26 de julio hasta que ella misma, y otros candidatos socialistas, hayan resuelto su investidura como presidentes de sus respectivas comunidades autónomas.