Alirón, pon, pon, pon, pon
De dónde viene alirón? Según el diccionario de la Academia Española, alirón viene del árabe clásico al’il’l·n, que quería decir proclamación. Otra versión, extendida profusamente en internet, sostiene que viene del inglés all iron (todo hierro), con que los ingenieros de las minas vizcaínas certificaban que se había encontrado una buena veta, lo cual provocaba un gran alborozo entre los trabajadores, quienes con un inglés de andar por casa gritaban “¡alirón, alirón!”, pues eso significaba una buena paga. Hay explicaciones más pintorescas, pero sólo una certifica que ¡alirón, alirón! nació en Bilbao la noche del 10 de mayo de 1914.
Un año antes, en 1913, la cupletista Marietina había estrenado en el teatro Romea de Madrid La canción del alirón, de Gaspar Aquino y Álvaro Retana. La letra, facilona y pegadiza, decía: “En Madrid se ha puesto en moda la canción del alirón y no hay nadie en los Madriles que no sepa tal canción. Ya las niñas elegantes no le dan su corazón a un galán si no lo pide al compás del alirón. Alirón, alirón, alirón, pon, pon, pon, pon”.
Este alirón es primo hermano de los apoyos rítmicos tralará, tarariro o chin-pon. Varias cancionistas incorporaron también a su repertorio La canción del alirón, como la entonces famosa Teresita Zazá, que actuaba en Bilbao cuando se jugó la final de Copa del año 14. El encuentro se disputó cerca, en Irún, y enfrentó al Athletic Club con el Foot-ball Club España (sic), un equipo de Barcelona que desapareció en el año 1932.
Los leones, entre los cuales jugaba el mítico Pichichi, ganaron 2-1, y cuando algunos aficionados fueron a celebrar el triunfo al Salón Vizcaya cambiaron espontáneamente la letra del cuplé que cantaba la Zazá con un “¡Alirón, alirón, el Athletic campeón!”. La humorada hizo furor y surgieron nuevas letras, como la que se cantaba en el flamante San Mamés: “Hoy el fútbol en España, es la máxima afición y la gente se emociona con los ases del balón. Y lo mismo en Indochina que en Italia y el Japón, todos cantan las proezas del Athletic campeón. ¡Alirón, alirón! ¡El Athletic, campeón!”
Alirón se convirtió en un grito de guerra que se integró en algún himno oficioso del club, como este de 1950 que, con otra música, decía: “Cantemos pues, los bilbainitos, a nuestro club con gran amor para animarle con nuestro himno, el canto digno del alirón. ¡Alirón! ¡Alirón! El Athletic es campeón”. O esta versión reivindicativa popular: “Athletic, como era vasco, todos le tenían asco. Ahora que es campeón todos le piden perdón” y la estrofa se repetía con este cambio al final: “Ahora que es campeón le cantan el alirón”.
Incluso el Atlético de Madrid, tenía un himno que empezaba “Rey de la furia española, club altivo y generoso, eres de España aureola y del fútbol el coloso” y culminaba con esta divisa: “Alirón, alirón, el Atleti campeón”.
Bilbao es un clamor desde hace días por la final de la Copa de mañana. La ciudad y los alrededores están llenos de banderas, de camisetas rojiblancas y de leones sedientos de títulos. La gente vibra, anhela aclamar el descenso de la gabarra por el Nervión, pero con todos los respetos —todos, de verdad— deseo que los vascos canten el alirón otro día. Mañana, ¡força Barça!
El grito nació después de la final de Copa de 1914 entre el Athletic y el FC España, de Barcelona