Cosmética olímpica
Azerbaiyán inaugura los primeros Eurogames escondiendo el pulso interno por los derechos humanos
dedicado al deporte, inaugurado el viernes. Seis mil atletas procedentes de 52 países competirán en 30 disciplinas durante dos semanas. Muchos han venido atraídos por la posibilidad de calificarse para los Juegos Olímpicos de Brasil 2016.
“Todo el país está volcado en que el visitante venga y esté a gusto. Es importante para nosotros que los extranjeros sepan dónde está nuestro país, que conozcan nuestra naturaleza y tradiciones”, dice la contable Hamida, de 23 años. Muchos jóvenes como ella ejercen de voluntarios.
Ciertamente, la hospitalidad aquí es legendaria. Y para dar la bienvenida la capital se ha engala- nado. Todo reluce. Amplias carreteras, parques frondosos bien cuidados, enormes instalaciones; todo brilla para conquistar al visitante. “De los Eurogames me gusta sobre todo que puede que mejore la afluencia de turistas, que haya más inversión”, apunta el periodista Vidavi Yudasov. “Todos conocerán el país y aplaudirán por todo lo que se ha hecho. Es un triunfo para Azerbaiyán”, se muestra convencido Eyvaz Abidoglu, vendedor callejero.
Parece como si esto no fuera Asia Central. De hecho, para ser una urbe del Cáucaso, rezuma dinero y fastos. Un estadio olímpico ya tiene cabida en Bakú y, aunque apenas será utilizado dos días, es un claro reflejo de la aspiración del país de mostrar al mundo entero su capacidad para organizar algún días los Juegos Olímpicos.
Sólo la organización deportiva –sin entrar en nuevas infraestructuras– ha costado 960 millones de euros. Es un país rico en petróleo a orillas del Caspio y gobernado desde hace más de una década por Ilham Aliyev. Su importancia geoestratégica es ofrecer una alternativa para Occidente en materia energética y poder esquivar a Rusia.
Superficialmente no se nota la huella rusa en el nuevo Bakú, pero sólo hay que sumergirse en el metro para recordar la época soviética. Los chóferes de los autobuses y muchos jóvenes escuchan música turca, pero es de buen pedigrí hablar en ruso en las calles más pudientes.
Los organizadores de los Juegos Europeos quieren que las miradas del mundo entero estén pendientes de Azerbaiyán. Y tras el éxito de grupos opositores con el Gobierno en Eurovision 2012, el régimen ha tomado enormes precauciones para que no ocurra algo similar.
Hace tres días, Holanda decidió no tomar el relevo del Eurogames alegando razones económicas. Un equipo de Amnistía Internacional (AI) no ha podido entrar en el país, al igual que representantes de otras organizaciones de derechos humanos. AI quería hacer público un informe titulado Los Juegos de la represión y protestar durante el certamen contra el encarcelamiento de al menos 20 defensores de los derechos humanos.
“Este tipo de ataques contra el país están organizados. Pero los culpables pagarán un precio”, responde Ali Hasanov, el asesor jefe del presidente y portavoz del Gobierno.
El Gobierno ha impedido la entrada de delegados de Amnistía Internacional