El desembarco artístico de Mapfre
La fundación ofrecerá una programación de alto nivel en la casa Garriga-Nogués
Los amantes del arte y de la fotografía están de enhorabuena. La Fundación Mapfre, centro que en los últimos años se ha convertido en un referente de la oferta expositiva de Madrid, con una programación de primer nivel internacional que lo ha situado en la órbita de grandes museos como el Reina Sofía, el Prado o el Thyssen, desembarcará por todo lo alto en Barcelona el próximo otoño. Y lo hará para quedarse. El centro cultural desarrollará un doble programa que vendrá a cubrir un importante hueco en la oferta de la ciudad, los inicios de la modernidad pictórica (18501950) y los grandes maestros de la fotografía. Tal como adelantó La Vanguardia cuando el proyecto se encontraba aún en fase de negociaciones, su sede será la casa Garriga-Nogués, el emblemático edificio de Enric Sagnier que desde el 2004 y hasta su cierre de puertas, el pasado mes de abril, había ocupado la Fundación Godia para sus actividades.
La tarjeta de presentación de la Fundación Mapfre en Barcelona será una ambiciosa exposición de calado internacional con la que no sólo quiere darse a conocer sino que marca ya, de forma diáfana, sus líneas de futuro. Se trata de Vivir en el color. De Van Gogh a Matisse, una muestra que reunirá entre 70 y 80 obras maestras procedentes del Museo de Orsay de París. Un recorrido desde el postimpresionismo hasta las vanguardias a través de algunos de los nombres clave del siglo XX (Cézanne, Gauguin, Monet, Toulouse-Lautrec...). “Es la pintura que fueron a ver a París los grandes pintores catalanes, que luego vuelven a su tierra y hacen lo que hacen... Pensamos que era una manera de traer a Barcelona algo que estaba ya en el espíritu de la ciudad. Como un viaje de ida y vuelta”, dice Pablo Jiménez Burillo, director del área de cultura y responsable de la nueva sala barcelonesa.
A esta muestra única, que se abrirá al público el 8 de octubre y se perfila ya como uno de los acontecimientos de la temporada (en España se verá únicamente en Barcelona y luego viajará a Brasil), le seguirán sendas retrospectivas de dos de los grandes nombres de la fotografía contemporánea: el japonés Hiroshi Sugimoto (1938) y el estadounidense Bruce Davidson (1933). Estas últimas se presentarán en Barcelona antes que en Madrid y posteriormente se mostrarán en diferentes museos de Europa (Turín, Berlín, Rotterdam…) y América. “Barcelona no será una sede subsidiaria de la de Madrid, sino que tendrá una programación propia que luego podrá viajar a otros centros. Nuestra aspiración es integrarnos en la vida cultural catalana, tener un lugar y un sentido del tejido museístico y que lo que hagamos se vaya acompasando al propio ritmo de la ciudad”, señala el presidente de la Fundación Mapfre y
La exposición inaugural será una gran muestra sobre el color con obras maestras del Museo de Orsay
de la aseguradora del mismo nombre, Antonio Huertas.
La Fundación Mapfre ocupará la casa Garriga-Nogués, en la calle Diputació, en régimen de arrendamiento y destinará a sus actividades en Barcelona el 30% de su presupuesto total de cultura, es decir, algo más de cuatro millones de euros anuales. La apertura de la sede es un viejo proyecto de la aseguradora, que en los últimos años había estado estudiando diversos emplazamientos, la mayoría desechados por la elevada inversión que requería su rehabilitación. El cierre de la Fundación Godia, que sigue siendo propietaria de las instalaciones, le ha brindado ahora la oportunidad que andaba buscando. Además de su ubicación, que le da un espacio de centralidad y visibilidad en la ciudad, las instalaciones (unos 700 metros cuadrados repartidos entre el piso noble y la planta baja) se encuentran en perfecto estado y le permiten iniciar sus actividades sin necesidad de tener que acometer obras.
Pese a que hasta ahora no disponía de un espacio propio, Mapfre no es precisamente un recién llegado al mundo cultural catalán. En los últimos años ha venido colaborando estrechamente con el