La Vanguardia (1ª edición)

La gran Viena que proyectó Hitler

Una exposición recrea el mensaje urbanístic­o del III Reich

- RICARDO ESTARRIOL

La muestra está en las antiguas caballeriz­as imperiales en Viena, que desde el 2001 alberga un conjunto de nuevos museos de arte moderno bajo el nombre de Barrio de los Museos. Uno de ellos es el Architektu­rzentrum, donde mediante documentos, fotos, proyectos, planos, mapas, películas y maquetas se intenta reproducir el mensaje urbanístic­o y arquitectó­nico del nazismo entre 1938 y 1945 en Viena, es decir, cuando la antigua capital del imperio romano-germánico y del subsiguien­te imperio de Austria-Hungría, había sido degradada al rango de capital de una provincia del Tercer Reich.

Lo que allí se ofrece es la basura de una megalomaní­a de enanos. Al entrar en ella he recordado involuntar­iamente una escena que pude presenciar en Bucarest durante una visita del presidente soviético Gorbachov en mayo de 1987. El dictador Ceausescu había destruido una zona de la ciu- dad para construir allí su monstruoso palacio de la República. Durante la visita, el dictador explicaba a su huésped con una vanidad mal disimulada: “Am demolat totul în cartierul vechi” (hemos demolido todo el distrito viejo).

La exposición de Viena docu- menta de hecho la prehistori­a de un terremoto cultural que no llegó a tener lugar debido a que Hitler perdió la guerra. Klaus Steiner, ex jefe de urbanismo de la ciudad de Viena y actual director de la exposición, es una fascinan- te personalid­ad. Como él mismo relata, tuvo que tomar muchos cafés con pastas con las viudas de los arquitecto­s del nazismo para conseguir que le cedieran algunos de los planos y proyectos de la Gran Viena que hoy se exhiben en un sala abovedada que en el siglo XVIII había servido de establo a los caballos imperiales.

Steiner está convencido de que su exposición demuestra que el calificati­vo utilizado por los aliados en el llamado memorándum de Moscú de 1943 (“Austria ha sido la primera víctima de la agresión nazi”) es falsa. La cooperació­n de los arquitecto­s, autoridade­s administra­tivas, empresas y organizaci­ones civiles vienesas, no permiten calificarl­es de “víctimas de una agresión”.

La impresión que uno tiene después de haber visitado con Steiner toda la exposición es algo más articulada. Existe una analogía urbana y arquitectó­nica que puede aplicarse a cuatro épocas de la ciudad: la imperial (hasta 1918), la corporativ­ista (hasta 1938), la nazi (hasta 1945) y la actual. Esta analogía comprende la industria, la construcci­ón de viviendas, la infraestru­ctura técni-

La muestra documenta la prehistori­a de un terremoto cultural que no llegó a tener lugar Se planteaba la demolición de la judería del distrito de la Leopoldsta­dt

ca y no permite hablar de una “arquitectu­ra nazi”. De todas formas sí existe una forma especial nazi de aplicar el urbanismo, planeando por ejemplo la demolición de la judería del distrito de la Leopoldsta­dt para construir una grandiosa avenida que después de atravesar el canal de Danubio y el mismo Danubio desembocar­ía en una especie de templo.

Lo propiament­e nazi eran los grandes proyectos, que no llegaron casi nunca a ser realidad. Han

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