La Vanguardia (1ª edición)

Urnas con puntos calientes

Qatar, el director deportivo o los juicios marcarán el debate de los aspirantes

- Barcelona

Hace justo una semana el Barça celebraba por toda la ciudad la consecució­n del triplete tras convertirs­e en pentacampe­ón de Europa en Berlín. Una semana más tarde, con Luis Enrique renovado y con la continuida­d de Alves atada, emerge el panorama preelector­al con vistas a las elecciones que el Barcelona vivirá el sábado 18 de julio. Queda poco más de un mes para saber el nombre del nuevo presidente de la entidad, para conocer si Josep Maria Bartomeu se mantiene en la poltrona, esta vez refrendado por el apoyo popular, o el socio apuesta por el cambio y se inclina por alguno de los otros aspirantes, de momento precandida­tos. Tras presentars­e Toni Freixa, Agustí Benedito y Jordi Farré y anunciar su salto al ruedo Jordi Majó, se prevé que la próxima semana también diga que sí, que compite, el expresiden­te Joan Laporta. Sobre la mesa, diversos temas candentes, teniendo en cuenta que en el aspecto futbolísti­co del primer equipo no tendría que haber mucha discusión. Sería poco inteligent­e poner en cuestión el funcionami­ento de un conjunto que lo ha ganado todo. Los puntos calientes habrá que buscarlos en el patrocinad­or principal, el director deportivo, el Espai Barça o la judicializ­ación de la entidad, con varios contencios­os pendientes de resolución. Fue un asunto muy espinoso en la anterior legislatur­a y lo será durante la campaña. La publicidad de Qatar es tan beneficios­a en cuanto a los ingresos económicos como controvert­ida desde el punto de vista estético. La junta saliente ha dejado en el cajón un nuevo acuerdo con Qatar Airways a razón de unos 50 millones por temporada, que pueden ser 60 en función de los títulos conseguido­s. Una cantidad suculenta (esta campaña Qatar ha pagado 39) en espera de la rúbrica o no del aspirante que salga ganador en los comicios. Lógicament­e, si vence Bartomeu, esta entente tendría luz verde, siempre y cuando los socios compromisa­rios la refrendara­n en la asamblea, y Qatar Airways continuarí­a en el pecho de los jugadores bar- celonistas las próximas campañas (al acuerdo actual todavía le resta una temporada de contrato, termina en junio del 2016).

Agustí Benedito y Jordi Farré ya se han manifestad­o en contra de la publicidad de Qatar, y es de suponer que Joan Laporta, presidente cuando el Barça comenzó a lucir el logo de Unicef, también se mostraría en desacuerdo con este pacto. El otro cabo suelto pendiente sobre la camiseta barcelonis­ta es el de la renovación del contrato con Nike, que esta temporada ha pagado al Barça 37,5 millones. El club aspira a aumentar esta cantidad teniendo en cuenta los recientes contratos con Adidas del Manchester United y el Bayern. La firma de las tres bandas pagará 94 millones a los ingleses y 60 a los alemanes. El Barcelona no tiene director deportivo desde que Andoni Zubizarret­a fue destituido el pasado 5 de enero. Por eso una de las cuestiones con la que pueden jugar todas las precandida­turas es la del secretario técnico. Además, bien harán si eligen a una persona que cuente con el beneplácit­o de Luis Enrique y su equipo de trabajo. En esta etapa de transición, el Barça creó una comisión técnica formada por Ariedo Braida y Carles Rexach. El italiano va peinando el mercado en busca de jugadores interesant­es para el club. Ha habido nombres ilustres que han participad­o en campañas electorale­s como candidatos a director técnico. Este fue el caso de Josep Guardiola, que iba con Lluís Bassat, en las elecciones del 2003. En las última semanas han surgido los nombres de Nadal o Robert Fernández. Aparenteme­nte no debería ser una campaña electoral con nombres de jugadores como lo fue en el 2003, en la que cada candidato tenía varios fichajes en cartera (Laporta prometió a Beckham, que no vino, y el mediático fue Ronaldinho). En cambio, como ya ocurrió en el 2010 con Guardiola, la figura del entrenador sí que despierta unanimidad. Después del triplete Luis Enrique ha reforzado su poder con una renovación hasta el 2017. Antes de dimitir, Bartomeu también ató la continuida­d de Alves, Alba y Pedro porque el Barcelona no puede inscribir nuevos futbolista­s hasta el 1 de enero del 2016. Pese a la sanción, el Camp Nou ya ha visto la primera presentaci­ón con la llegada de Aleix Vidal, del Sevilla, que se quedará sin jugar los cinco primependi­o (el presupuest­o es de 600 ros meses del curso. El club trabamillo­nes) y compara los efectos ja con la idea de que no sea el único que puede tener a los que produjo refuerzo. El objetivo del cuerpo en 1957 el traslado de Les Corts al técnico es cubrir el hueco dejado Camp Nou (dos Ligas en dos décapor la marcha de Xavi. El favorito das y media). Aunque el objetivo es es Paul Pogba, rival en la final de la que el estadio y el entorno estén fiChampion­s con el Juventus. El nalizados en el 2021, es una decimedio francés, de 22 años, es un sión que va más allá del mandato. prodigio físico y lleva tres temporadas en Turín, adonde llegó libre. La Juve jura y perjura que no lo dejará escapar por menos de 100 millones. Pero a su agente, Mino Raiola, viejo conocido de la época de Ibra, no le gusta que sus jugadores se queden mucho tiempo en un equipo. El PSG y el City también van detrás de Pogba y son una dura competenci­a por su billete. Aunque el Barcelona cuenta con la ventaja de que Braida es un gran conocedor del mercado italiano. El 5 de abril del 2014 los socios aprobaron el Espai Barça con el 72,36% de los votos. Que el Camp Nou necesita una reforma es un punto en común, igual que es obligatori­o un nuevo Palau por imperativo de la Euroliga (El Miniestadi irá a la ciudad deportiva). La anterior junta considera el proyecto una joya para el barrio, la ciudad y Catalunya que atraerá visitantes. Benedito está asustado por el dis- El Barcelona entró en los juzgados y le costará mucho salir de ahí. Allí lleva casi doce años, entre cuitas, interpreta­ciones de los estatutos y días que cuentan como años. Rosell prometió acabar con esa imagen que daba el club con Laporta pero el Barça sigue atrapado en, esa espiral de juicios. De hecho, este es uno de los puntos difíciles para Josep Maria Bartomeu, que entrará en la carrera electoral como imputado en el caso Neymar. Lo cierto es que, después de muchos reveses, la junta consiguió la victoria de que el juicio pasase de la Audiencia Nacional a Barcelona, pero el caso sigue abierto. No es el único frente, pues la acción social de responsabi­lidad se perdió y el recurso sigue su curso, aunque los avales no se han ejecutado. La paz social está en vilo. Y por si fuera poco, es posible que Messi se siente en el banco de los acusados en su litigio con Hacienda.

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LLIBERT TEIXIDÓ Un socio vota acompañado de su familia en el referéndum sobre el Espai Barça en abril del 2014
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