La Vanguardia (1ª edición)

La baja de Faus

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Con el pleno de títulos conseguido­s, Josep Maria Bartomeu, presidente del Barça, cumplió con su palabra de dimitir al final de la temporada para que se convocaran elecciones. Desde su promesa hasta el final, Bartomeu tomó decisiones que entonces fueron aplaudidas por unos, criticadas por otros, y que hoy en día se pueden catalogar de exitosas. Con el anuncio de elecciones calmó al entorno más fiero y dio tranquilid­ad al equipo, que encontró una afición unida a su alrededor y del entrenador. Al Camp Nou le importó un pepino las luchas de los ismos. Acudió al campo, coreó el nombre de sus jugadores, aplaudió y se identificó mucho con Luis Enrique, gritó su nombre como nunca otro nombre de entrenador ha sido ovacionado.

Bartomeu ha dimitido y ha anunciado que se presentará a las elecciones. La junta que ha presidido ha concluido el mandato de Sandro Rosell con el mayor de los éxitos. Lo que quiere decir que ha sabido aprovechar el material directivo que fue elegido hace unos años. En la renuncia, sin embargo, el presidente se ha encontrado con que uno de esos hombres, Toni Freixa, luchará contra él en las próximas elecciones. Nada que objetar. Que Bartomeu y Freixa no tenían las mismas ideas sobre cómo dirigir el club, especialme­nte en la parte deportiva, lo sabíamos todos, pero por el bien del club los personalis­mos quedaron a un lado.

En su renuncia Bartomeu también se ha encontrado que su mano derecha, uno de los dirigentes más capacitado­s, con mayor peso e influencia en la junta, y artífice principal de la excelente gestión económica, Javier Faus, lo abandona. Pero no porque discrepe de Bartomeu, no es este el caso. Simplement­e porque en este momento prefiere dedicar más tiempo a su trabajo, que lo mantiene muchos días de viaje y no le permite una dedicación plena al club.

Pese a que hay quien sostiene que la economía del club aún podía mejorarse, Faus deja el listón bien alto. Con él al frente de los números se cambió de cultura. Se pasó del despilfarr­o y del todo vale a pensar en la entidad a medio y largo plazo. Él pidió que se prohibiera en los estatutos cerrar el balance económico con pérdidas y que también se limitara el endeudamie­nto. Y hoy, cuando se marcha, esta junta directiva saliente puede vanagloria­rse de haber alcanzado el máximo histórico de ingresos (600 millones de euros) que segurament­e le permitirá, conjuntame­nte con el éxito deportivo, que la prestigios­a revista Forbes sitúe al Barça como el club número uno en materia económica. Gracias a esa gestión se ha podido comprar a Neymar y Suárez y mantener a Messi. Faus se va con la satisfacci­ón de haber cumplido con su deber y de dejar el club con una buena salud financiera. Con ello ha ganado credibilid­ad y no nos sorprender­ía que el día de mañana, no en estas, pero en las siguientes, vuelva para presidir a este club.

El vicepresid­ente económico deja el listón bien alto: el club ha ingresado 600 millones de euros, máximo histórico

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