Aleix vive su día de gloria
El mayor de los Espargaró logra su primera ‘pole’ en seco, en casa, y aspira al podio
Nunca ha sido de los que más fans tienen esperando en la puerta del garaje, de los que más anuncios hacen ni de los que más éxitos logran. Pero es uno de esos pilotos, como en su día Toni Elias, o Carlos Checa, o Alex Barros, que despiertan un cariño sincero en la afición. Le profesan respeto y reconocimiento. Aunque se caiga o le torturen las averías, aunque pelee en el pelotón por arañar unos puntos, aunque no sea un ídolo de masas. Al fin, ayer, Aleix Espargaró (Granollers, 30/ VII/1989) disfrutó de su particular día de gloria, en casa, ante su gente, en el circuito vecino con el que soñaba de niño. La pole premia el trabajo y la perseverancia del piloto de Suzuki, que se esperanza hoy con subir al podio de Catalunya, que casi siempre vio desde abajo.
La pole de Aleix, segunda de su trayectoria (la anterior, en Holan- da 2014, fue en mojado), no es una casualidad. Ya enseñó la patita el viernes, subiéndose a lo alto de la tabla de tiempos, con un motor nuevo más poderoso en su Suzuki GSX-RR, con el que ha podido acercarse a las Honda y las Ducati en velocidad punta –“pero sólo 3 km/h”, detalla–, pero que sobre todo hace la moto más dócil “en la entrega de potencia”. La goma extrablanda que pueden calzar las motos Open en la calificación echó el resto: Aleix rivalizó con Jorge Lorenzo desde los primeros giros para hacerse con el primer puesto de salida, Marc Márquez apareció fugazmente en la lucha en el tercer giro, y Espargaró acabó adjudicándose la posición preferente en el último intento rebajando en 100 milésimas el crono de su amigo Jorge.
“Es increíble hacer la
pole
ante de un constructor, Suzuki, para liderar su proyecto de vuelta al circo.
“Siento que este es el año más importante de mi carrera, que paso una reválida”, confesaba Aleix a este diario antes de arrancar el Mundial. Admitía que, por circunstancias de su carrera, había desaprovechado sus primeros años. “No tuve la madurez ni la calma de ahora. Hasta los 22 no estuve más de un año seguido en el mismo equipo; una irregularidad que hizo que mi carrera fuese desestructurada y que mi palmarés deje mucho que desear; lo más importante fueron los últimos tres años”, admitía, cuando se destapó con Aspar y con Forward Yamaha brillando con máquinas de segunda fila. Ahora con Suzuki espera hacer realidad su objetivo: “Estar detrás de las Honda y las Yamaha y mejorar la 7.ª plaza del 2014, quedar 5.º o 6.º”. Es decir, convertirse en un piloto top. El primer paso debe darlo hoy. “Me gustaría salir bien, entre los tres primeros, y pegarme a Jorge. Si me pego, tengo ritmo para irme con él...”, se ilusionaba Aleix, observado por los ojos azules emocionados de Laura, su mujer. La más feliz ayer.