La Vanguardia (1ª edición)

Un día de pesca en la bolsa

¿Qué mecanismos determinan la toma de decisiones de los agentes bursátiles mientras interactúa­n en los parquets?

- SERGIO HEREDIA Barcelona

“El mercado puede permanecer más tiempo irracional del que usted puede permanecer solvente”

John Maynard Keynes En una sesión convencion­al, los agentes bursátiles acostumbra­n a concentrar sus esfuerzos en tres momentos: la apertura matinal, la operativa de media mañana y el campanazo en Wall Street. Se trata de ir un paso por delante de las circunstan­cias, de subirse a la ola antes de que ésta se monte, no cuando está arriba. La Vanguardia aprovecha el Live Trading Day que organizan FxStreet y BcnTrading Point para acompañar a tres agentes financiero­s durante una jornada en los parqués. La sesión se celebra el jueves, 4 de junio: ese día, el mercado sigue revuelto a cuenta del órdago griego. Antes de la apertura. Son las 8 de la mañana. Sentado frente a su ordenador, Yuri Rabassa, trader desde el año 2010, traza líneas sobre la pantalla. El mercado asiático está dando sus últimos coletazos del día, y el europeo abrirá una hora más tarde, así que Rabassa está ahora concentrad­o en el mercado de divisas, que no cierra de día ni de noche. Observa la evolución del euro/yen.

“Esto es como ir de pesca. Entre las 7.30 y las 9 hay un shock de mercados. Es cuando abundan movimiento­s de ida y vuelta antes de que se genere la tendencia del día”, dice, mientras dibuja con el puntero una horizontal por debajo del punto más bajo de la sierra: comprará cuando la sierra toque ese punto. Será cuando el euro se ponga a 139,93 yenes. “A ver cuánto tarda en llegar”, dice.

La operativa es tediosa: real- mente, se parece a la pesca. Veinte minutos más tarde, la sierra toca la horizontal y el ordenador ejecuta la compra. La operación sale mal. El euro sigue cayendo. Dos minutos más tarde, con el euro a 139,50 yenes, Rabassa vende. “Hemos perdido –dice–. Pero he vendido para limitar pérdidas. El trading consiste en miles de operacione­s que se cuidan con centenares de pequeños detalles. Y una operación sólo es una operación dentro de miles de operacione­s. Uno no es un genio por ganar mucho un día, ni un desastre por perder otro día. Es importante entender esto, porque así se reduce la carga emocional de las operacione­s”.

Marca otra horizontal en los 139,77 yenes por euro y espera: invertirá 80 euros. “No opero con noticias, no tengo en cuenta los fundamenta­les, pero sí el calendario del día, como la subasta de títulos en Francia, que sale a las diez de la mañana...”. A las 9.35 h salta la orden de compra. Un minuto más tarde la sierra ha subido a 139,90 y vende tres cuartas partes. “La operación ya es rentable”, dice.

A las 10 empieza a ser tarde. Ya ha entrado todo el volumen en el mercado y las oportunida­des de primera hora se han disipado. Eurostoxx cede el 0,7%. Tras diez operacione­s, Rabassa ha perdido 54 euros. “Se puede perder, pero si se ha respetado el sistema propio, las cosas se han hecho bien. También se puede ganar, pero si ha sido por suerte, sin un sistema, la operación habrá sido mala”. A media mañana. A las once, Gisela Turazzini y Marc Ribes, cofundador­es de BlackBird, entran en acción. “Se puede vivir del trading, pero hace falta humildad, disciplina, persistenc­ia y esfuerzo –dice Turazzini–. Además, no todos tenemos los mismos objetivos. A al- guno le basta con 15.000 euros anuales. Otro necesita 200.000... Quien tiene 70.000 puede lograr una renta anual de 14.000 (20%)”. Dice que en el trading fracasará quien pretenda hacerse inmensamen­te rico y quien se entregue a las decisiones impulsivas. “Con disciplina, hay que buscar la rentabilid­ad a largo plazo. El 60% es psicología, el 30% es capital y el 10% es sistema”.

Turazzini entra y sale de Eurostoxx. Dice que hay que entrar con pequeñas cantidades y tener liquidez para el momento en el que el mercado arranque. “Hay que arriesgar el 0,1%, diez euros, o veinte. Si vas a un ritmo del 1%, te puedes arruinar. Y no se puede dar por sentado que las bolsas se dispararán cuando haya un acuerdo en Grecia”. A las 2, mientras cierra su charla, se niega a hablar de dinero. “Jamás lo hacemos, nos parece de muy mal gusto. Sólo hablamos de rentabilid­ades”. El campanazo en Wall Street. Ferran Font fue campeón mundial de trading en el 2014. Se incorpora a las 3.30, al abrir Wall Street, momento clave de la sesión. Los mercados europeos acostumbra­n a reaccionar a la apertura del Dow Jones y el S&P 500. Font habla de soportes y resistenci­as. Sigue el Dax alemán. Dice que el Dow Jones avanza de forma interesant­e y fija horizontal­es de compra, venta y stop loss. Compra y entra en beneficios de inmediato. Vende pronto y se va. Piensa en invertir en el S&P, así que se conecta a Twitter y sigue la propuesta de @verniman, trader de Chicago, quien prevé una sesión en forma de cerro, con suelo en los 2.091 puntos. Font espera a ese suelo. Cuando el índice llegue allí, entrará. “Y si esta operación sale mal, habrá que seguir intentándo­lo”.

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DENIS DOYLE / BLOOMBERG Imagen de la Bolsa de Madrid, en estos días

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