La Vanguardia (1ª edición)

“Me habría gustado meter unos cuantos antes”

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“Llevaba mucho tiempo sin anotar un triple. Me habría gustado meter unos cuantos antes, pero ha sido este”, declaró tras el partido el héroe de la tarde, un Juan Carlos Navarro radiante el día después de cumplir 35 años. “Estamos en la final. Ahora tenemos que descansar y después tendremos que ganar un partido en Madrid ante un equipo que tiene talento y oficio y es el campeón de Europa, pero nosotros queremos ganar el título”, aña- 9-8 y los cuatro que fue colocando Thomas, el más consistent­e. Sí, dio la impresión de que las opciones de los blaugrana dependían de su puntería desde los 6,75 m. Y no hablamos de la de Navarro al final.

A pesar de su obligada mejoría (lo del viernes no podía repetirse), el Barça sudó sangre para dejar atrás a un Unicaja al que hay que dar mucho mérito para aguantar tanto estando como estaba al límite de sus fuerzas, aunque en este aspecto los locales tampoco iban muy sobrados. Y más si se tiene en cuenta que uno de sus hombres clave en Málaga, Fran Vázquez, se lesionó en el tobillo a los 4m25s, aunque luego volvió; otro, Granger, fue muy de más a menos (10 puntos en el primer tiempo y ninguno en el segundo), y otro, Suá- dió el capitán barcelonis­ta, quien explicó que “me encuentro mejor” y “quiero disfrutar de esta victoria porque es importante”. Para Xavi Pascual, “el duelo ha tenido casi todos los alicientes de un quinto partido de playoff: igualdad, dificultad para conciliar ventajas...”. A su juicio, “era inexplicab­le e inaceptabl­e lo que nos pasó en Málaga con el rebote, pero esta vez lo hemos hecho mejor y estoy francament­e contento, porque para nosotros es rez, fue una sombra. Aun así, el equipo de Joan Plaza tuvo ánimo y acierto (60% de dos) para aumentar la preocupaci­ón barcelonis­ta con un parcial de 0-8 (9-16) en el primer cuarto, mantenerse delante durante casi todo el segundo, cerrado con un 35-37, y pasar en el tercero de un 47-44, la máxima ventaja barcelonis­ta hasta entonces, gracias a un coast to coast y dos tiros libres de Satoransky, y del 5449 del tercer triple de Thomas, a un 55-57.

En el último periodo el Barcelona pareció en condicione­s de resolver el partido sin llegar a un final apretado. Un parcial de 7-0 le dio su mayor ventaja (68-61, a falta un aspecto muy importante”. “Hemos sabido sufrir”, añadió el técnico barcelonis­ta, para quien “es prácticame­nte lo mismo ganar por 3-0 que por 3-2; hemos superado una etapa y ahora la final comenzará 0-0”. El entrenador del Unicaja, Joan Plaza, dijo que “el Barça ha merecido pasar tanto como nosotros” y se declaró “muy orgulloso de pertenecer a este club, cuya competitiv­idad en estos dos últimos años es cojonuda”. de 5m47s), aplicando a los malagueños su propia medicina: el rebote ofensivo. Muchas segundas opciones que le permitiero­n mantener ventajas de 6 puntos... hasta que un 0-6 llevó al empate a 72, cuando Granger asistió a Vázquez, solo bajo el aro local. Quedaban 35s y, tras el tiempo muerto, el Barça estaba poco menos que obligado a anotar.

Satoransky cogió el balón y se quedó con él mientras Navarro permanecía un buen rato –alguien contó 6 segundos– en la zona visitante antes de salir a recibirlo. ¿Cuántos centenares de veces habrá repetido esa jugada? Pero el Unicaja no la defendió bien. Markovic salió tarde del bloqueo, Navarro tiró cómodo y no falló. Faltaban 19 segundos.

Con el acierto del capitán barcelonis­ta, era entonces el Unicaja el que tenía que anotar por necesidad. Y había de ser forzosamen­te un triple. Probó Suárez y falló. Su entrenador dijo luego que no era lo previsto. El rebote defensivo de Satoransky dejaba casi muerto al Unicaja, que con 12s en el crono tenía que hacer dos faltas para llevar a un rival a la línea de tiros libres. Marcelinho anotó solo uno, y lo mismo Doellman tras una canasta de Stefansson. Pero quedaban únicamente 2s y 3 décimas, y el triple desesperad­o de Granger desde media pista no vio aro.

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