La Vanguardia (1ª edición)

El ladrón de la silla de ruedas

Un atracador postrado desde niño por una bala perdida asalta un banco en Nueva York y se da a la fuga

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

Todo sucedió como tantas veces. Un hombre, puesta la capucha de sus sudadera, entró en un banco. En este caso una sucursal del Santander Bank, en el distrito neoyorquin­o de Queens.

El tipo se dirigió al empleado y le entregó una nota. “Dame todo lo que tengas”. Había, además, una apostilla: “Llevo una pistola”.

Se marchó, y no precisamen­te a la carrera, con 1.212 dólares. Sucedió el pasado lunes. La imagen del ladrón quedó grabada por las cámaras de seguridad. La policía la difundió para que los ciudadanos aportaran pistas.

Recibieron un aluvión de llamadas de cooperació­n. A muchos les resultó fácil identifica­rlo. A esto contribuyó un rasgo esencial del presunto. Él no camina. Se mueve en una silla de ruedas.

Pese a la intensa colaboraci­ón ciudadana, no lo arrestaron hasta el viernes. Se llama Kelvin Dennison, tiene 23 años y reside en el mismo Queens, en Astoria. Como mendigo del barrio, es una figura más que popular. Ha tenido algún arresto por pequeñas cosas y por discutir a gritos con su madre.

Lo de la silla de ruedas no era un camuflaje. No es aquello de que los agentes dieron con él y él echó a caminar para desmentir la acusación. Dennison está paralizado de cintura para abajo.

Ha habido otros ladrones postrados. En el 2014, Matias Moreno-Boza se declaró culpable de hacerse con bolsos y carteras en la zona comercial de Manhattan. Se colaba en hoteles y restaurant­es. En el 2010, un enfermo termi- nal robó un banco en San Diego (California) armado con una pistola de juguete. Le cayó una condena de 21 años de cárcel.

Hay otras historias, pero en el sentido inverso. En el 2006, en el barrio de Harlem, un intento de robo acabó cuando la víctima, una mujer que iba en una silla de ruedas, sacó la pistola y disparó al supuesto delincuent­e.

En el asunto Dennison, los investigad­ores recibieron el miércoles la pista definitiva. El fugitivo acudió a un hospital, aunque tampoco está clara la razón de esa visita, y alguien le reconoció. Ya estaban sobre él, entre otras razones porque horas antes su madre había llamado, después de otra riña familiar. El juez le impuso una fianza de 15.000 dólares.

Este caso tiene un detalle revelador. Si de verdad llevaba una pistola cuando entró en la sucursal, eso es algo que no se ha podido certificar. Jamás sacó arma al-

A la policía le llevó un par de días detenerlo, pese a difundir la imagen del presunto y recibir muchas pistas

guna, ni se la encontraro­n. Pero la gran paradoja es que Dennison se halla postrado en una silla de ruedas por ser víctima de un tiroteo.

Fuentes de la oficina de la Fiscalía señalaron a The New York Times que eso es lo que les explicó, aunque no pudieron comprobar la veracidad de su relato.

Sin embargo, hay vecinos –entre ellos, algunos que lo conocen “desde que nació”– que aseguran a los medios que Dennison quedó paralizado a los diez años. Lo describen como un niño normal hasta que le ocurrió ese accidente. Hubo un choque entre bandas. Desenfunda­ron mientras él jugaba en un parque. Una bala perdida le dejó sin capacidad para caminar. Eso dicen.

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ARCHIVO. Kelvin Dennison, el atracador, quedó paralítico de niño por una bala perdida en un tiroteo

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