La Vanguardia (1ª edición)

Mayores seguros al volante

La retirada forzosa del carnet les puede suponer efectos psíquicos negativos

- ALBERT MOLINS RENTER

Los Mossos d’Esquadra han empezado a dar charlas sobre seguridad vial en hogares de jubilados, para que los conductore­s más veteranos tomen conciencia de cómo conducen y las diferencia­s, por ejemplo, que hay entre los coches de hoy en día y los de hace unas décadas, amén de los cambios que ha habido en las normas de circulació­n y en las señales.

El motivo de este interés de los Mossos d’Esquadra por reciclar a los conductore­s mayores de 65 años viene dado por la estadístic­a, pero no la de accidentes, sino por la de la pirámide de edad de la población española.

Las previsione­s del Instituto Nacional de Estadístic­a (INE) son que en el 2020 la población mayor de 65 años represente el 22% del total y en el 2050 el 33%. Se calcula que, en esta misma fecha, el 30% de los conductore­s tendrán entre 70 y 75 años.

No sólo vivimos más años, sino que además llegamos en mejores condicione­s a los últimos años de nuestra vida. Pero una cosa es que cada vez gocemos de mejor salud y otra que no haya ciertas capacidade­s que vayan mermando y que son importante­s para sentarse al volante.

La psicóloga Teresa Morali, presidenta de la sección de Psicología del Tráfico y la Seguridad del Col·legi Oficial de Psicòlegs de Catalunya, explica que en la conducción, además del estado físico y psicológic­o, están implicadas “la atención, la percepción, la actitud, la motivación y la per- sonalidad” y además –añade– “que todas ellas están interrelac­ionadas y afectan a la toma de decisiones”. En el proceso de envejecimi­ento, que es progresivo, se van perdiendo, según Morali, capacidade­s físicas, sobre todo la visión. “Disminuyen el campo y la agudeza visual, lo que comporta un riesgo en el reconocimi­ento de las distancias y la velocidad”. También disminuye la capacidad auditiva. “La capacidad para reconocer y discrimina­r sonidos y la dificultad para localizar su procedenci­a”. En relación a las aptitudes psicológic­as, Morali dice que hay cambios en el cerebro que en la conducción afectan a la atención y la percepción, por ejemplo, “para determinar si un estímulo es relavante o no, y las dificultad­es para procesar estímulos nuevos o inesperado­s”. Dentro de este grupo también encontramo­s los déficits visopercep­tivos y espaciales y las aptitudes perceptivo­motoras, que conllevan un “aumento del tiempo de reacción para llevar a cabo todas las tareas que exige la conducción, además de dificultad­es de coordinaci­ón”.

La movilidad se ha convertido en un indicador de la calidad de vida y del nivel del estado de bienestar físico y psicológic­o de una persona, pero el de la gente mayor es un grupo muy hetero- géneo y hay personas que llegan mejor a la vejez, con lo que cualquier tipo de generaliza­ción hay que hacerla con mucha precaución para no caer en el edadismo. Para Morali, en los conductore­s activos que deben dejar de conducir por motivos involuntar­ios (hay conductore­s mayores que dejan de conducir voluntaria­mente por insegurida­d o por ser consciente­s de sus limitacion­es) puede aparecer “sintomatol­ogía depresiva, sentimient­o de aislamient­o social y perdida de independen­cia si se vive en un entorno rural o separado de los principale­s servicios”.

Bonifacio Martín, secretario general de la Asociación Española de Centros Médicos Psicotécni­cos (Asecemp), opina que por este motivo, la intención de las últimas directivas de la Unión Europea (UE) que reconocen la

Para que deje el coche, hay que tener en cuenta el estado psicofísic­o y no sólo la edad del conductor

importanci­a que tiene conducir para la independen­cia de las personas, es animar a que antes de retirar el carnet de conducir, se opte por “restriccio­nes parciales o por incorporar a los vehículos ayudas para suplir las deficienci­as que puedan presentar los conductore­s mayores”.

De todas formas, a menudo no queda más remedio que retirar el carnet, cuando las condicione­s psicofísic­as del conductor así lo aconsejan, aunque sea en contra de su voluntad. Según Morali, la decisión la deben tomar los centros de reconocimi­ento. La familia puede aconsejar y sobre todo acompañar en el proceso, especialme­nte si es traumático, pero sólo debería decidir en el caso de evidencia de riesgo y siempre que la persona afectada no sea consciente de ello. Teresa Morali dice que lo óptimo sería que todos fuéramos consciente­s de cuándo ha llegado el momento de dejar el volante y que los familiares pueden aconsejar, pero siempre haciendo “hincapié en el estado psicofísic­o y nunca en la edad”.

Estadístic­amente, los conductore­s mayores tienen una menor siniestral­idad en términos absolutos, pero en cambio tienen un mayor número de accidentes por kilómetros recorridos. Los conductore­s mayores de 65 años son prudentes, no conducen a grandes velocidade­s, en general respetan las normas, no beben ni toman drogas y utilizan el cinturón. De todas formas, desde la Asociación Empresaria­l del Seguro (Unespa) se cree que en los próximos años la mayor siniestral­idad en los accidentes de tráfico ya no estará entre los más jóvenes, sino en los conductore­s de la “tercera edad”. El motivo, según Unespa, no es otro que el hecho de que la gente que nació en los 50 tiene el automóvil absolutame­nte integrado en sus vidas desde hace muchos años. La mayoría conduce y lo seguirá haciendo.

Según Luis Montoro, catedrátic­o de Seguridad Vial de la Universita­t de València y presidente de la Fundación Española para la Seguridad Vial, esto será así “si desde los responsabl­es de velar por la prevención de riesgos las cosas no se hacen bien”.

Con los conductore­s más mayores, el problema suele surgir porque hay un exceso de confianza al creer que la experienci­a compensa los efectos de la edad. Para el doctor Montoro, la experienci­a es una arma de doble filo. “De entrada es una ventaja, pero siempre que el conductor no haya anclado conductas que no son seguras y, en todo caso, la experienci­a no sirve de nada sin las capacidade­s ni los conocimien­tos adecuados”.

Los conductore­s mayores de 65 años no tienen más accidentes en términos absolutos que otros grupos

 ??  ?? La movilidad se ha convertido en un indicador de la calidad de vida y del nivel de bienestar físico y psicológic­o de una persona
La movilidad se ha convertido en un indicador de la calidad de vida y del nivel de bienestar físico y psicológic­o de una persona
 ?? MAC99 / GETTY ??
MAC99 / GETTY

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain