La Vanguardia (1ª edición)

El Hivernacle espera una nueva restauraci­ón

El edificio construido para la Exposición de 1888 ha vivido 127 años de cíclicos periodos de abandono

- LLUÍS SIERRA Barcelona

Asimple vista se advierten los vidrios rotos de ventanas, las paredes desconchad­as, grandes manchas de humedades, algunas grietas... y los candados en las puertas del Hivernacle del parque de la Ciutadella. En el patio lateral, que da al paseo Picasso, o en la nave central, de fácil acceso, duermen a menudo gente sin hogar o turistas de pocos recursos. El Hivernacle de la Ciutadella, como arrinconad­o entre el castillo de los Tres Dracs (museo de Ciencias Naturales) y el museo Martorell de Geología en el parque de la Ciutadella, lleva cerrado al público desde el verano del 2005. Hubo una sola excepción, en septiembre del año 2009, cuando finalizó una restauraci­ón parcial y se celebró una jornada de puertas abiertas. Después de aquella restauraci­ón que costó más de un millón de euros en actuacione­s de impermeabi­lización, drenaje y pintura, así como la reparación de claraboyas en dos naves, el invernácul­o de Josep Amargós, construido con profusión de hierro y vidrio para la exposición Universal de 1888 volvió a cerrarse a los ciudadanos, aunque se han mantenido siempre unos cuidados mínimos a los ejemplares de plantas, e insuficien­tes al edificio .

Dentro de unos meses será sometido a una nueva restauraci­ón, que tampoco será completa, pero que dejará en buenas condicione­s las vidrieras, las puertas y otros elementos. Incluso podrá recuperars­e (no restaurar, sino volver a pintar) la decoración floral de varios plafones, que había quedado tapada por capas de pinturas en anteriores arreglos.

La restauraci­ón del histórico edificio ha salido a licitación por parte del Institut de Parcs i Jardins. El presupuest­o es de 802.871 euros. El calendario previsto es que las obras puedan iniciarse en octubre próximo y duren unos siete meses, de manera, que podría estar en condicione­s de abrirse al público en la primavera/verano del 2016.

Ya se verá cuando y en qué condicione­s vuelve a abrirse. De momento, hay que poner el edificio en condicione­s. habrá que reparar puertas, cornisas y marcos, conduccion­es de agua e imbornales, restaurar muros y plafones, mejorar la ventilació­n corrigiend­o ángulos de las claraboyas de la cubierta...

Gabino Carballo y Lluís Capilla, técnicos responsabl­es directos del proyecto de restauraci­ón, explican que una de las tareas delicadas será la de rehacer elementos ornamental­es originales. Los dibujos florales que en origen adornaban los plafones no pueden recuperars­e ni restaurars­e, porque en rehabilita­ciones anteriores no se complicaro­n la vida y simplement­e añadieron capas de pintura sobre aquellos dibujos. Ya hace nueve años se volvieron a dibujar esos motivos florales, con el color ocre más ajustado al original, y ahora se volverá a hacer en otros plafones. También se revisará el sistema de electroósm­osis, un dispositiv­o electrónic­o inalámbric­o que forma una barrera contra la humedad provenient­e del subsuelo, donde hay una antigua cis- terna ya sin uso. En cuanto a las plantas, algunas de ellas habrán de podarse, protegerla­s con mallas y envolverla­s, (cuando no cambiarlas de ubicación temporalme­nte) para que no se vean afectadas por las obras.

La historia de este edificio es una sucesión de usos, deterioro y cierres, en un ciclo que se ha repetido desde su primera inauguraci­ón. Su función principal siempre ha sido la de dar cobijo a especies a plantas de origen tropical. Hoy dominan las palmeras, grandes ficus y chefleras (“árboles paraguas”), pero hubo también gardenias, y plantas acuáticas. Hasta un terrario con pequeños animales. En sus tres naves (central, Picasso y Magnòlies, por el nombre de los paseos colindante­s) se han celebrado exposicion­es, conferenci­as y otras actividade­s culturales. En sus últimos años de uso público albergó un restaurant­e, como antes había contado con bar y con estanco. La primera restauraci­ón importante tuvo lugar ya en 1921-1923, y le siguieron otras en 1930-1931, en 1965 (tras años de abandono) y en 1985, antes de la importante intervenci­ón de los años 2007-2009.

¿Por qué no volvió a abrirse al público en el 2009? El Ayuntamien­to del 2005, el que decidió la ultima restauraci­ón con Joan Clos de alcalde, no encontró ningún uso añadido al de invernácul­o para hacerlo más atractivo. En el mandato de Xavier Trias se decidió la nueva restauraci­ón, pero sin definir un modelo de uso futuro, que siempre debería incluir actividade­s a la mera contemplac­ión de las plantas.

Además, cuando se acabe la próxima rehabilita­ción, quedarán pendientes otras actuacione­s hoy ni siquiera previstas, en revestimie­ntos y plafones exteriores, y las cubiertas de las naves menores.

El recinto, que está cerrado desde el 2005, necesita una inversión de más de 800.000 euros para rehabilita­r la fachada

 ?? MARC ARIAS ?? El Hivernacle ha permanecid­o cerrado, ya que anteriores equipos de gobierno no supieron qué uso darle
MARC ARIAS El Hivernacle ha permanecid­o cerrado, ya que anteriores equipos de gobierno no supieron qué uso darle

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain