La Vanguardia (1ª edición)

‘Sbatti il mostro in prima pagina’

- Alfred Rexach

No es la primera vez que ocurre y hay que suponer que no será la última. Cuando el fin de semana coincide con carreras internacio­nales de fórmula 1, TV3 altera su programaci­ón desplazand­o de su horario habitual algún programa informativ­o, especialme­nte el Telenotíci­es migdia.

Nada importante ni grave, pensarán algunos. Muy preocupant­e y, sí, grave, diremos quienes pensamos que los servicios informativ­os de una cadena televisiva pública constituye­n el sine qua non de dicha cadena, aquí y supongo que en las antípodas también. Lo son porque ahí está en juego el derecho del espectador a recibir informació­n puntual y veraz a unas horas del día o de la noche previament­e determinad­as. TV3, que debió de adquirir en su momento los derechos de transmisió­n para Catalunya del Mundial de fórmula 1 –nos gustará conocer las cifras finales de esta aventura–, no duda en alterar sus parrillas horarias para ofrecer las distintas pruebas. Los informativ­os que coinciden quedan desplazado­s de sus horarios habituales.

El sábado pasado, por ejemplo, el Telenoticí­es migdia, que presentaba Ramon Pellicer, no comenzó a las 14.30, sino 45 minutos y 10 segundos más tarde, cuando hacía ya 10 minutos que el primer canal de TVE, La 1, había comenzado. Me atrevo a pronostica­r que a Pellicer, solvente y avezado profesiona­l que las ha visto de todos los colores, el cambalache le hizo poca gracia, pero al mal tiempo buena cara y a presentar con una sonrisa en la boca, como si no pasara nada, que tampoco se trata de amotinarse por cuestión en apariencia baladí. Más enfado debieron de acumular quienes desean ver ambos informativ­os, el de TV3 (14.30 h), íntegramen­te en catalán, y el Informativ­o de TVE (15 h), totalmente en castellano. Esos espectador­es me atrevo a decir que somos cientos de miles, de toda clase social, de todas las ideologías y nos sentimos con derecho a visionar ambos programas informativ­os íntegros, a su hora y en su respectiva lengua. Incluso es de suponer que los programado­res de TV3 tuvieron en su día la agilidad de empezar su Telenotíci­es migdia media hora antes que su homólogo en español. De esta manera se aseguraban una audiencia a la que, como es lógico y en derecho, le gusta ser informada en su primera lengua. Además de disponer de la posibilida­d de cambiar de canal a las 15 en punto y ver las noticies estatales desde otro punto de vista y en otra lengua también oficial, el castellano.

La competenci­a ideológica y partidista se produce entre estatalist­as y soberanist­as que imprudente­mente han decidido convertir la lengua en arma política (lean, si tienen paciencia, el Llibre negre de la recentrali­tzació a Espanya, donde verán las putadas, algunas centenaria­s, que a los catalanes nos inflige el Estado español). Con muchas estarán de acuerdo y se indignarán, con otras, menos, y con algunas dirán “això és cert”; pero lo que de verdad les puede molestar es que esta vez el tiro en el pie nos lo pegamos nosotros mismos.

En Italia esto lo arreglan con más gracia, simplement­e ordenan: sbatti il mostro in prima pagina.

Es grave y preocupant­e el hábito de desplazar los ‘Telenotíci­es’ fuera de su horario habitual por culpa de la fórmula 1

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