‘Sbatti il mostro in prima pagina’
No es la primera vez que ocurre y hay que suponer que no será la última. Cuando el fin de semana coincide con carreras internacionales de fórmula 1, TV3 altera su programación desplazando de su horario habitual algún programa informativo, especialmente el Telenotícies migdia.
Nada importante ni grave, pensarán algunos. Muy preocupante y, sí, grave, diremos quienes pensamos que los servicios informativos de una cadena televisiva pública constituyen el sine qua non de dicha cadena, aquí y supongo que en las antípodas también. Lo son porque ahí está en juego el derecho del espectador a recibir información puntual y veraz a unas horas del día o de la noche previamente determinadas. TV3, que debió de adquirir en su momento los derechos de transmisión para Catalunya del Mundial de fórmula 1 –nos gustará conocer las cifras finales de esta aventura–, no duda en alterar sus parrillas horarias para ofrecer las distintas pruebas. Los informativos que coinciden quedan desplazados de sus horarios habituales.
El sábado pasado, por ejemplo, el Telenoticíes migdia, que presentaba Ramon Pellicer, no comenzó a las 14.30, sino 45 minutos y 10 segundos más tarde, cuando hacía ya 10 minutos que el primer canal de TVE, La 1, había comenzado. Me atrevo a pronosticar que a Pellicer, solvente y avezado profesional que las ha visto de todos los colores, el cambalache le hizo poca gracia, pero al mal tiempo buena cara y a presentar con una sonrisa en la boca, como si no pasara nada, que tampoco se trata de amotinarse por cuestión en apariencia baladí. Más enfado debieron de acumular quienes desean ver ambos informativos, el de TV3 (14.30 h), íntegramente en catalán, y el Informativo de TVE (15 h), totalmente en castellano. Esos espectadores me atrevo a decir que somos cientos de miles, de toda clase social, de todas las ideologías y nos sentimos con derecho a visionar ambos programas informativos íntegros, a su hora y en su respectiva lengua. Incluso es de suponer que los programadores de TV3 tuvieron en su día la agilidad de empezar su Telenotícies migdia media hora antes que su homólogo en español. De esta manera se aseguraban una audiencia a la que, como es lógico y en derecho, le gusta ser informada en su primera lengua. Además de disponer de la posibilidad de cambiar de canal a las 15 en punto y ver las noticies estatales desde otro punto de vista y en otra lengua también oficial, el castellano.
La competencia ideológica y partidista se produce entre estatalistas y soberanistas que imprudentemente han decidido convertir la lengua en arma política (lean, si tienen paciencia, el Llibre negre de la recentralització a Espanya, donde verán las putadas, algunas centenarias, que a los catalanes nos inflige el Estado español). Con muchas estarán de acuerdo y se indignarán, con otras, menos, y con algunas dirán “això és cert”; pero lo que de verdad les puede molestar es que esta vez el tiro en el pie nos lo pegamos nosotros mismos.
En Italia esto lo arreglan con más gracia, simplemente ordenan: sbatti il mostro in prima pagina.
Es grave y preocupante el hábito de desplazar los ‘Telenotícies’ fuera de su horario habitual por culpa de la fórmula 1