El calvario de Messi
La afición y la crítica argentina crucifican al crack por la derrota ante Chile
Messi vuelve a ser un pecho frío, el que no siente la camiseta, el que deambula sin rumbo por la cancha, el pesetero que sólo funciona con euros, el que no le llega a la suela de las botas a Maradona... Tras la derrota de la selección argentina en la final de la Copa América frente a Chile, Leo es el principal responsable a ojos de aficionados y comentaristas locales que, en la burbuja argentina, se atreven a negar la evidencia: que el ganador de cuatro Champions y cuatro Balones de Oro con el Barça no sea el mejor del mundo sólo porque no triunfa con la albiceleste.
No importa que Higuaín y Banega fallaran en los penaltis decisivos, tras abrir Leo la cuenta. No importa que el blaugrana hiciera sendos partidazos frente a Colombia y Paraguay en cuartos y semifinales; entonces las portadas de la prensa argentina se las llevaron Tévez, Di María o el Kun. Pero tras la debacle, la culpa es de Messi, cabizbajo ante el trofeo ( Olé), o desconsolado sobre el césped con la mano en su cabeza de un niño que intenta animarlo ( La Nación). “Messión imposible”, titula el diario deportivo. “Otra ilusión que se escapa”, pone el histórico rotativo porteño.
No hay piedad con Leo en su tierra. El diez no quiso hablar tras el partido, como la mayoría de sus compañeros, con algunas excepciones, empezando por un Mascherano especialmente autocrítico y con tono de despedida. El Jefecito dijo que Messi estaba “destruido” y eludió referirse individualmente a su amigo en el Barça. “Nos tenemos que ir de va- caciones y dejar que la cicatriz vaya cerrando”, indicó el centrocampista tras flagelarse en la zona mixta, autoinculpándose de la derrota: “Es una tortura”.
“Tres finales de Copa América y las hemos perdido las tres; en mi caso me ha tocado jugar las tres, no le puedo encontrar una explicación”, declaró Masche. “Acá estamos para poner la cara y recibir lo que tengamos que recibir”, añadió. “Soy uno de los más grandes, uno de los que llevan más tiempo; ahora hay que hacerse cargo de lo que venga”, agregó el barcelonista.
Otro de los escasos jugadores argentinos que dieron la cara fue Lavezzi, que defendió a Leo. “Él tal vez es uno de los que más lo sienten por el hecho de la presión que implica ser Messi y la presión de jugar en la selección argentina”, dijo. “Se autopresiona y él pensaba, como todos nosotros, que esta iba a ser la Copa que nos iba a consagrar, y lamentablemente no fue así”, agregó Lavezzi. “Pero en algún momento le va a tocar ganar”, concluyó, refiriéndose al mejor jugador del mundo.
Por su parte, Martino evitó hablar de Messi cuando le preguntaron por Leo, probablemente como manera de defenderlo ante las críticas que sabía que le iban a llover. “De futbolistas particularmente no tengo nada que decir”, indicó el Tata escuetamente. El seleccionador argentino, que durante esta Copa ha protestado mucho los arbitrajes y se ha mostrado menos humilde que en el Barcelona, añadió que la albiceleste se mereció ganar el torneo, aunque reconoció el mérito de sus verdugos: “Ubico a Chile en un lugar de mucho privilegio a nivel mundial”.