Potenciar el ahorro
Sabe usted cuánto dinero necesitará cuando se jubile para mantener su nivel de vida actual? Esta es una pregunta que todos deberíamos habernos hecho a los 30-40 años, pero lamentablemente no es así. Y si se lo ha preguntado, ¿sabe exactamente cuánto dinero le va a pagar el Estado una vez que deje el mercado laboral? ¿Podrá cubrir sus necesidades?
Un estudio realizado por Edad&Vida en colaboración con Esade revela la creciente preocupación de los ciudadanos por el sistema público de pensiones, sobre todo entre las personas cercanas a la jubilación. Un 41% de los encuestados cree que las pensiones públicas disminuirán en el futuro. Las razones son obvias: los desequilibrios económicos, especialmente el alto desempleo que se traduce en déficits anuales en la Seguridad Social; la devaluación de los salarios y el deterioro en el nivel de vida de gran parte de la población han despertado a muchos de un confortable mundo ideal donde el Estado se hacía cargo de todos nuestros problemas.
El debate sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones, que el gobernador del Banco de España ha vuelto a poner encima de la mesa es real a la vista de los cambios demográficos y de la escasez de los recursos públicos. Se estima que España pasará de tener 3,6 personas en edad de trabajar por cada persona en edad de jubilarse en el 2014, a 1,3 en el 2064. En estas condiciones es inviable que el Estado se haga cargo de la totalidad de las pensiones y no porque no quiera, sino porque no podrá.
Es urgente abrir un profundo debate político y social sobre las reformas necesarias para garantizar un nivel suficiente de pensión a los ciudadanos cuando se retiren. Este debería orientarse a la sustitución del actual sistema de reparto por un sistema mixto, de reparto y capitalización, con aportaciones individuales a planes de pensiones personales o de empresa, como ya sucede en otros países.
Además, es preciso fomentar un cambio de actitud hacia el ahorro y la planificación de la jubilación, de modo que los ciudadanos adopten una mayor corresponsabilidad a la hora de garantizar sus ingresos cuando abandonen el mercado laboral. Y la mejor fórmula para lograrlo es empezar a ahorrar cuanto antes para completar así la pensión que nos pagará el Estado.
Todo ello necesita de un consenso general para evitar mensajes partidistas y poner en valor el ahorro privado como complemento necesario a la pensión pública, un objetivo al que contribuiría decisivamente la mejora del tratamiento fiscal del ahorro para la jubilación. Según un estudio de Edad&Vida, apenas el 22% de los españoles conoce cuál será su pensión futura. Es esencial mejorar la información que recibe la ciudadanía, tanto en relación a los riesgos a los que está sometido el sistema de pensiones como a las aportaciones que realizan trabajadores y empresas o a la estimación de la cuantía de la pensión pública que recibirán al jubilarse.
Los ciudadanos y las instituciones deben tomar conciencia de la necesidad de llevar a cabo una reforma estructural de las pensiones en España, que fortalezca su contribución al bienestar de los mayores, mantenga su función solidaria y permita su viabilidad a largo plazo.