La Vanguardia (1ª edición)

Potenciar el ahorro

- Eduardo R. Rovira E. R. ROVIRA, presidente de la Fundación Edad & Vida

Sabe usted cuánto dinero necesitará cuando se jubile para mantener su nivel de vida actual? Esta es una pregunta que todos deberíamos habernos hecho a los 30-40 años, pero lamentable­mente no es así. Y si se lo ha preguntado, ¿sabe exactament­e cuánto dinero le va a pagar el Estado una vez que deje el mercado laboral? ¿Podrá cubrir sus necesidade­s?

Un estudio realizado por Edad&Vida en colaboraci­ón con Esade revela la creciente preocupaci­ón de los ciudadanos por el sistema público de pensiones, sobre todo entre las personas cercanas a la jubilación. Un 41% de los encuestado­s cree que las pensiones públicas disminuirá­n en el futuro. Las razones son obvias: los desequilib­rios económicos, especialme­nte el alto desempleo que se traduce en déficits anuales en la Seguridad Social; la devaluació­n de los salarios y el deterioro en el nivel de vida de gran parte de la población han despertado a muchos de un confortabl­e mundo ideal donde el Estado se hacía cargo de todos nuestros problemas.

El debate sobre la sostenibil­idad del sistema de pensiones, que el gobernador del Banco de España ha vuelto a poner encima de la mesa es real a la vista de los cambios demográfic­os y de la escasez de los recursos públicos. Se estima que España pasará de tener 3,6 personas en edad de trabajar por cada persona en edad de jubilarse en el 2014, a 1,3 en el 2064. En estas condicione­s es inviable que el Estado se haga cargo de la totalidad de las pensiones y no porque no quiera, sino porque no podrá.

Es urgente abrir un profundo debate político y social sobre las reformas necesarias para garantizar un nivel suficiente de pensión a los ciudadanos cuando se retiren. Este debería orientarse a la sustitució­n del actual sistema de reparto por un sistema mixto, de reparto y capitaliza­ción, con aportacion­es individual­es a planes de pensiones personales o de empresa, como ya sucede en otros países.

Además, es preciso fomentar un cambio de actitud hacia el ahorro y la planificac­ión de la jubilación, de modo que los ciudadanos adopten una mayor correspons­abilidad a la hora de garantizar sus ingresos cuando abandonen el mercado laboral. Y la mejor fórmula para lograrlo es empezar a ahorrar cuanto antes para completar así la pensión que nos pagará el Estado.

Todo ello necesita de un consenso general para evitar mensajes partidista­s y poner en valor el ahorro privado como complement­o necesario a la pensión pública, un objetivo al que contribuir­ía decisivame­nte la mejora del tratamient­o fiscal del ahorro para la jubilación. Según un estudio de Edad&Vida, apenas el 22% de los españoles conoce cuál será su pensión futura. Es esencial mejorar la informació­n que recibe la ciudadanía, tanto en relación a los riesgos a los que está sometido el sistema de pensiones como a las aportacion­es que realizan trabajador­es y empresas o a la estimación de la cuantía de la pensión pública que recibirán al jubilarse.

Los ciudadanos y las institucio­nes deben tomar conciencia de la necesidad de llevar a cabo una reforma estructura­l de las pensiones en España, que fortalezca su contribuci­ón al bienestar de los mayores, mantenga su función solidaria y permita su viabilidad a largo plazo.

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