Viejas luces de Armenia
En Rusia se comparan las manifestaciones de Armenia con el Maidán ucraniano
Miles de personas han salido a las calles en Ereván y otras ciudades armenias para protestar por la fuerte subida del precio de la luz.
La compañía eléctrica armenia pertenece a la rusa Inter RAO, que dirige un estrecho colaborador de Putin
Una fuerte subida del precio de la luz ha encendido durante dos semanas a la pequeña ex república soviética de Armenia. Miles de personas han salido a las calles de la capital, Ereván, y de otras ciudades, en las protestas más graves del país desde el 2008, tras las elecciones presidenciales. La policía decidió intervenir ayer, dispersando a los manifestantes.
La policía retiró los contenedores de basura con los que los manifestantes habían formado sus barricadas. Los activistas se negaron a dispersarse y se quedaron sentados sobre el asfalto hasta que fueron retirados físicamente por la policía. Los agentes detuvieron a 46 personas sin especial violencia. Todas fueron puestas en libertad horas después. Los líderes de las protestas insisten en mantener el pulso con las autoridades, y pidieron seguir las protestas ayer por la noche en la plaza de la Libertad.
La situación actual comenzó a gestarse hace más de un mes, cuando el monopolio de la energía Redes Eléctricas de Armenia pidió al Gobierno que subiese las tarifas de la luz a los hogares un 40,8 % para compensar la baja producción y una deuda de la compañía de 250 millones de dólares.
Al principio, el Gobierno se negó, pero el pasado 17 de junio fijó finalmente una subida, la tercera en dos años, lo que encendió la chispa. Dos días después los activistas organi- zaron una tímida sentada en el centro de Ereván. El 23 de junio intervino la policía antidisturbios usando cañones de agua para dispersar a los manifestantes que se dirigían hacia el palacio presidencial.
La actuación de las fuerzas del or- den, que detuvieron a 237 personas, caldeó más los ánimos: el número de manifestantes en Ereván ha llegado a los 15.000, y la protesta se ha extendido a otras ciudades.
El Gobierno ha intentado sin éxito apagar el incendio. El primer mi- nistro, Hovik Abrahamián, prometió ayudas a las familias más desfavorecidas. Y el presidente, Serzh Sarkisián, propuso suspender el aumento hasta que se realice una investigación sobre la compañía eléctrica. Pero los manifestantes no quieren promesas.
En Rusia, el principal socio económico y político de Armenia, se han comparado las acciones de protesta en Armenia con el Maidán ucraniano. Y algunos publicistas han llegado a ver conspiraciones. “Estoy seguro de que hay un centro de coordinación dirigido por los mismos que dirigieron el Maidán en Kíev”, escribió en internet el politólogo Serguéi Márkov.
El Kremlin ha evitado, sin embargo, el enfrentamiento. Su portavoz, Dimitri Peskov, mostró su confianza “en que se resuelvan rápidamente las diferencias”.
En Ucrania también se ha querido ver un Maidán armenio. El ministro del Interior ucraniano, Arsén Avákov, él mismo de ascendencia armenia, dio ánimos a los manifestantes. Estos, sin embargo, han negado varias veces que haya paralelos con lo ocurrido en Kíev.
Redes Eléctricas de Armenia pertenece a la rusa Inter RAO UES, que dirige Ígor Sechin, un estrecho colaborador del presidente ruso, Vladímir Putin.