Ortografía, la otra batalla
Los centros empiezan a aplicar nuevas medidas para que los alumnos no cometan errores
Conseguir que los alumnos escriban sin faltas de ortografía es el otro caballo de batalla de Ensenyament. La mitad de los errores que cometen los estudiantes están relacionados con la acentuación de las palabras. Además, la mayoría conoce las normas pero no las aplica. Por ello, la conselleria difundió en febrero entre los profesores un documento de trabajo con estrategias y nuevas formas de trabajar este ámbito en clase. Los centros han estudiado durante este curso el documento publicado por el departamento y a partir de septiembre muchos empezarán a aplicar las recomendaciones. Estas son las principales: Leer y reflexionar. “La lectura es una actividad fundamental para aumentar el vocabulario y adquirir conocimientos ortográficos. Sirve para contextualizar las grafías y las palabras que se aprenden, siempre que se dedique tiempo a reflexionar sobre ello”. En clase se pueden preparar adaptaciones de los textos de lectura para deducir leyes ortográficas. Escribir y corregir. A escribir bien se aprende practicando. “Cuanto más se escriba una palabra, más se conserva la memoria del movimiento de la mano. Los alumnos han de tener la oportunidad de practicar la escritura, de revisar sus textos, sus errores, de autocorregirse”. Un ejercicio práctico: completar un poema con palabras que contengan una grafía concreta. Varios tipos de dictado. El dictado es una de las actividades más utilizadas en las asignaturas de lengua catalana y castellana. “Con él se ponen en juego elementos comunicativos como la comprensión lectora, la lectura en voz alta o la escritura”. Existen varios tipos de dictados: individual, por parejas, colectivos, poéticos, memorísticos, gramaticales... Memoria visual y auditiva. En ortografía, el 83% de las reglas se aprenden a través de la vista, el 11% a través del oído y el 6% a través de otros sentidos. Existen varios ejercicios para potenciar la memoria visual y auditiva, muy útiles para fijar las diferencias entre castellano y catalán. Muchas palabras que en catalán se escriben con v en castellano se escriben con b. Conversación metagráfica. En ella se utiliza la lengua para reflexionar sobre las grafías, la puntuación, los símbolos o los acentos. “Es un buen recurso para que el alumno reflexione sobre su manera de escribir”. Además de la ortografía, esta práctica permite potenciar la expresión oral. Puede hacerse entre profesor y alumno o entre los mismos alumnos. El buen uso del diccionario. “En general, hay una carencia en el uso fluido del diccionario”. Pero si no se entienden las palabras, no se entienden los textos. “El alumnado debería utilizar el diccionario a menudo para ampliar vocabulario y mejorar el uso de grafías y acentos”. Potenciar las traducciones. Así los alumnos han de pensar en las palabras y las estructuras sintácticas, compararlas y decidir cómo hay que escribir un determinado vocablo o una grafía en catalán y castellano. También sirve para evitar las traducciones literales de una lengua a otra. La bitácora ortográfica. En cada curso el alumno prepara su cuaderno de bitácora ortográfico con las palabras que más le cuesta escribir o con sus errores más frecuentes. Esta actividad permite recoger, clasificar y analizar las faltas de ortografía. Revisar los apuntes. Tomar apuntes se parece a hacer un dictado. Además de facilitar la comprensión de una explicación, resulta muy útil para practicar la escritura. Para sacar todo el partido a la toma de apuntes hay que recomendar al estudiante que revise su contenido y su forma. Así podrá entender mejor lo que el profesor ha dicho y corregir las faltas. Exámenes de redacción. Son pruebas en las que el alumno ha de desarrollar una idea o explicar un hecho de forma extensa. Los alumnos deben conocer y seguir unas reglas básicas: buena caligrafía, presentación clara, coherencia en el discurso y buena ortografía. Estas reglas deben seguirse en todas las asignaturas.