La Vanguardia (1ª edición)

“La puerta sigue abierta para Grecia, pero queda poco tiempo”

- RAFAEL POCH MARÍA-PAZ LÓPEZ París / Berlín. Correspons­ales

Escuchamos y respetamos la voz del pueblo griego, la puerta está abierta, pero ahora es el momento de nuevas propuestas griegas y no queda mucho tiempo. Esto lo dijo François Hollande en la breve declaració­n conjunta con Angela Merkel realizada ayer en el Elíseo. Era la primera tras el referéndum griego del domingo. Además, Merkel añadió que en el euro hay otros 18 países implicados unidos en la última y “muy generosa” propuesta del Eurogrupo y que “eso también es democracia”.

Tras la declaració­n, cena de los dos mandatario­s en el Elíseo. Ambiente de última cena con musaka griega en el menú, pero hay que disimular. Con Francia plenamente sometida, la gran cuestión política pendiente para Merkel y Hollande es que la expulsión griega del euro parezca responsabi­lidad de Atenas. El “hicimos todo lo posible por evitarla” es estéticame­nte importante, para borrar el dato central de este tercer referéndum en diez años que ignora la soberanía nacional. El cáncer de la UE.

Con un apoyo superior al 60% (36% en enero) y habiendo solta- do el lastre de Varufakis, previament­e expulsado de la reunión del Eurogrupo el 27 de junio, Tsipras puede ahora girar más a la derecha y hacer más concesione­s, cubriéndos­e en el reconocimi­ento del FMI que reconoce la necesidad de una renegociac­ión y de un tercer paquete, pero probableme­nte será inútil. Su nuevo ministro de economía es más euroescépt­ico que Varufakis. Cuestión de semanas.

En Berlín, el Gobierno alemán ya dio a entender por la mañana que, tras el resultado del referéndum, no habría un tercer rescate así como así. “No se dan las condicione­s para las negociacio­nes de

Alemania intenta que la posible expulsión griega parezca culpa de Atenas La industria y la banca germanas ven el ‘Grexit’ como algo inminente

un nuevo programa de ayuda”, dijo en rueda de prensa Steffen Seibert, portavoz de Merkel. Sin embargo, “la puerta a las conversaci­ones sigue siempre abierta”, concedió Seibert. Al poco, trascendió que el primer ministro griego, Alexis Tsipras, había hablado por teléfono con Merkel, anunciándo­le que hoy presentará una nueva propuesta al Eurogrupo. “Grecia está en la eurozona, y está en manos de Grecia y de su Gobierno que esto pueda seguir siendo así”, afirmó Seibert.

Cualquier nuevo rescate a Grecia debe superar una votación en el Bundestag (cámara baja), como ayuda enmarcada en el Meca- nismo Europeo de Estabilida­d (MEDE). Durante estos cinco años de altibajos en la crisis de la deuda griega, Merkel ha bregado con reticencia­s en su propio partido, la democristi­ana CDU, y en su ala bávara, la socialcris­tiana CSU. Algunos diputados de ambas formacione­s votaron en contra de los dos primeros rescates, y el segundo fue aprobado gracias a los socialdemó­cratas del SPD. Así que afrontar una votación en el Bundestag no es lo más apetecible para Merkel, mientras en la industria y la banca alemanas crecen las voces que ven un Grexit como algo no sólo probable, sino incluso inminente.

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