Cuba reclama Guantánamo como condición para normalizar relaciones
Los dos países reconocen graves obstáculos en su búsqueda de convivencia
La imagen del izado de la bandera de Cuba en Washington precedió a otro momento histórico. En el Departamento de Estado, el anfitrión, el secretario John Kerry, recibió a su homólogo, el canciller Bruno Rodríguez.
Otro hito entre dos países vecinos que “también pueden ser amigos”, como sostiene el presidente Obama. Pasar de las buenas palabras requiere mucho más que un ejercicio verbal. Diversos políticos se mostraron contrarios a la iniciativa de la Casa Blanca. Marco Rubio, aspirante republicano en la carrera presidencial, ya ha anunciado que “acabaría con las relaciones diplomáticas con una tiranía comunista antiestadounidense”.
Uno de sus competidores, Jeb Bush, sostuvo que “Obama se equivoca con sus prisas por restablecer las relaciones con Cuba”. En su cuenta de twitter indicó que “esta embajada sólo sirve pa- ra legitimizar aún más a un régimen represivo”. El tercero de la dinastía Bush remarcó que “necesitamos un presidente que vaya a La Habana sólo en solidaridad con un pueblo cubano libre”.
Algunos republicanos ya han expresado su voluntad de bloquear el nombramiento del futuro embajador en La Habana, todavía sin nombre, como ocurre también en el lado cubano.
En la rueda de prensa conjunta, Kerry remarcó que el restablecimiento de relaciones bilaterales –“el nuevo principio”– no significa “el fin de nuestras diferencias”. Pero matizó: “hoy empezamos a reparar los daños”. Según su visión, “el proceso de normalización requiere paciencia, pero, a la larga, se demostrará los beneficios para todos, para los cubanos y para los estadounidenses”.
La respuesta de Rodríguez resultó bastante más beligerante en la reivindicación. Tras elogiar a Fidel Castro, a la resistencia del pueblo cubano y la valentía del presidente Obama, el canciller formuló su lista de peticiones.
“El fin del bloqueo económico y comercial, la devolución del territorio ilegalmente ocupado de Guantánamo, el respeto a la soberanía nacional cubana y las compensaciones por los daños humanos y económicos a nuestro pueblo son los puntos cruciales para normalizar las relaciones”.
Kerry sostuvo que el presidente Obama ya ha reclamado al Congreso que acuerde levantar el bloqueo. “No podemos ser prisioneros del pasado”, sentenció hace unas semanas el presidente.
Al resto de reclamaciones, sin embargo, Kerry dio largas. La negociación aún no ha llegado a ese territorio, que “despierta fuertes sentimientos entre los cubanos”.
La decisión sobre Guantánamo emerge como uno de los principales escollos. Otro asunto complejo es determinar esas compen-
La Habana cifra en más de 116.880 millones los perjuicios por el impacto del embargo
saciones económicas, por ambos lados. Cuba cifró en un informe del 2014 en 116.880 millones de dólares –al valor actual– los daños totales del embargo. El Departamento de Estado eleva a unos 7.000 millones de dólares, al cambio de hoy, los bienes estadounidenses incautados por el Gobierno de Fidel Castro.
“Son cuestiones que despiertan fuertes sensaciones en los cubanos, como las que causa la defensa de los derechos humanos entre los estadounidenses porque es algo de nuestro código genético”.
Rodríguez matizó que, entre unos y otros, “existen diferencias profundas sobre la concepción de los derechos humanos”.
Al izarse la bandera, y frente a la reclamación de unos, Tighe Barry, estadounidense, hacía su reflexión: “En este país tenemos graves problemas de derechos humanos, pero nos metemos con los de los otros porque nos consideramos más importantes”.