España defiende sancionar al gobierno de Trípoli
El Gobierno español es partidario de que la Unión Europea establezca sanciones contra el gobierno libio de Trípoli –no reconocido internacionalmente– para forzarle a firmar el preacuerdo político al que han llegado el resto de facciones del país para formar un ejecutivo de unidad nacional. El ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, defendió ayer junto a otras capitales europeas esta línea más dura, frente a los que consideran que “lo más efectivo” es, simplemente, “amenazar con las sanciones”: congelación de activos, embargo de petró- leo y sanciones individuales contra las personas que entorpezcan el diálogo. Bruselas desea un gobierno de unidad en Libia que le permita, con el consentimiento de la ONU, actuar militarmente si es necesario contra las mafias que llevan inmigrantes a Europa. lizan las personas para llegar al territorio comunitario han cambiado. Según los datos que maneja Frontex, la Agencia Europea de control de Fronteras, hasta junio llegaron a la UE más migrantes por los Balcanes occidentales que por el Mediterráneo. Hungría es el país que más solicitudes de asilo ha recibido este año y protesta porque la Comisión no diseñe un plan para ella similar al que ha diseñado para los países sureños. Sus quejas, que lleva meses repitiendo, han cuajado, ya que los ministros de Interior se volverán a reunir en otoño en La Valeta (Malta).
España es de los países que acogerán menos inmigrantes de los que le hubieran tocado. De 4.288 que planteaba el Ejecutivo comu- nitario, el ministro Jorge Fernández Díaz anunció que sólo aceptará 1.300. Desde que en mayo saliera la propuesta, España ha sido uno de los países que más la han criticado. El Gobierno de Mariano Rajoy considera que no se ha tenido en cuenta ni su elevada tasa de paro ni la presión a la que en su opinión se ve sometida, al ser el único país con frontera terrestre con África.
“España está actuando en todo momento en la lucha contra la inmigración irregular bajo el principio de la solidaridad y la responsabilidad. Si no se está produciendo un drama humanitario en la fachada atlántica ni en el Mediterráneo occidental es porque España tiene acuerdos con Marruecos, Mauritania y Senegal”, defendió ayer Fernández Díaz, y alardeó de que hace tiempo que no llegan cayucos a Canarias.
La propuesta de cuotas, sin embargo, se ha propuesto para los inmigrantes que llegan de países en conflicto como son Siria, Eritrea, Iraq y Somalia y que por tanto, sí tienen reconocido el derecho de asilo. Para el ministro, sin embargo, el reparto no es válido ya que “es como si tuviéramos una casa en la que hay muchas goteras que están inundando diversas habitaciones de esa casa. Y en lugar de taponar esas goteras en el tejado lo que hacemos es distribuir el agua que cae entre distintas habitaciones. Esa programada reubicación no soluciona para nada el problema”.
Fernández Díaz dice que España acogerá sólo 1.300 y compara a los inmigrantes con las goteras