En el suelo tienes demasiados números
Toni Elias Aún estoy conmocionado. Es muy triste. Cuesta mucho asimilar. Sobre todo, para mí, a pocas horas de correr las 8 Horas de Suzuka. Si ya es dolorosa la pérdida de colegas, más aún cuando los conoces.
Sobre todo a Dani. Fuimos compañeros de equipo en el BQR Avintia unos meses en el 2013. Todavía
T. ELIAS, nos enviábamos mensajes de ánimo y felicitaciones de Navidad. Era un tipo muy majo, y su familia, encantadora. Con Bernat habíamos coincidido en carreras de Moto2 el año que gané; él corría en el Stop and Go con una Bimota y comentábamos los problemas que tenía.
Los dos eran pilotos de mucho talento, pero nunca tuvieron la oportunidad de acabar de demostrarlo. De hecho, los dos habían ganado en los campeonatos previos al Mundial de Moto2. No les fue bien y de- cidieron que su futuro estaba fuera. Por eso probaron suerte en el campeonato americano.
He podido ver las imágenes del accidente y sólo puedo concluir que es una lástima. Que se te pare la moto en la salida es mucha mala suerte porque quedas en manos de no sé quién... He visto y vivido muchos casos de estos, y nunca ha pasado nada. Que encima le pase a dos de los nuestros, de golpe, a pilotos próximos y conocidos, es todavía más mala suerte.
Que la moto se te pare en la salida puede pasar por mil motivos. A los pilotos más jóvenes se les suele calar la moto al soltar el embrague de golpe. A mí me pasó dos o tres veces, que se me quedó en punto muerto y lo salvé metiendo primera. También puede ser una avería electrónica o que se rompa el embrague. Se hace difícil poner remedio para que no vuelva a pasar. No es una cuestión de seguridad en la pista, de mover un muro unos metros. Estas cosas difícilmente se pueden evitar. Como en Malasia con Simoncelli o en Misano con Tomizawa. Si te quedas en el suelo en medio de la pista y te vienen 20 motos de golpe, tienes demasiados números...
Ya no hay marcha atrás. Ojalá pudiéramos pulsar un botón y volver atrás. Sólo nos queda consolar a las familias de Dani y Bernat.
Dani y Bernat eran pilotos de mucho talento, pero nunca tuvieron la ocasión de acabar de demostrarlo