Chaqueta verde y jarra de clarete para Zach
Tan congelado quedó Zach Johnson al proclamarse campeón del Open, justo cuando a Louis Oosthuizen se le escapaba el birdie que les hubiera llevado a la muerte súbita, que apenas reaccionó. Sin moverse, todas las cámaras se dirigían a él y los flashes le cegaban. Luego la ovación le despertó del sueño. “Me sabe mal que haya sido así, porque Louis es un gran amigo”, confesaba el ganador entre lágrimas, abrazándose al segundo clasificado. Casi de puntillas, el estadounidense lidió con ir a la sombra de Jordan Spieth o Dustin Johnson. Libre de presión y focos, su juego adquirió una dimensión más. “Ha sido una semana de paciencia, coraje y confianza. No he podido jugar mejor de lo que lo he hecho... He estado ahí, esperando mi oportunidad”, reconocía en la entrega de premios. Minutos antes, su mujer Kim le sujetó la cara con dulzura, como diciendo ‘lo lograste’. “Ella es mi roca, mi fuente de inspiración y hemos logrado cumplir nuestros sueños”, respondía un agradecido Johnson, que por varias veces se quedó en blanco en su discurso de agradecimiento. Del Masters de Augusta del 2007 a este Open del 2015, Zach tendrá en sus vitrinas los dos trofeos más emblemáticos: la chaqueta verde y la jarra de clarete. Después de Seve Ballesteros, Johnson se convierte además en el segundo campeón de la historia del Open en proclamarse rey en lunes. El estadounidense y flamante ganador celebrará el cumpleaños de su hijo mediano, a punto de los 5, con un buen cheque: 1,65 millones de euros. Presupuesto suficiente para una fiesta por todo lo alto.