Petición para retirar 38 millones de kilos de fruta
Los precios se mantienen bajos desde el veto de Rusia
La campaña de recolección y comercialización de fruta ha superado ya el ecuador en una situación complicada por la crisis de precios bajos en origen que ha frustrado las expectativas que vivía el sector a principios de verano y a pesar de la persistencia del veto ruso a la entrada de productos agroalimentarios europeos. La Comisión Europea sabe que los efectos del veto ruso todavía se notan pese a la apertura de nuevos mercados pero ante la inquietud de productores y empresas ha autorizado la retirada de fruta con destino a zumos para beneficencia.
El Departament de Agricultura y el sector frutícola catalán han pedido al Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) que autorice ampliar a 38,4 millones de kilos el volumen de fruta que puede ser apartado del mercado, tal como prevé el plan aprobado por Bruselas para hacer frente a la crisis de precios con el veto ruso como detonante. Hasta el momento, el tope fijado por el FEGA se si- túa en 20 millones de kilos de los cuales, Catalunya ha solicitado una tercera parte, la misma que otras comunidades productoras como por ejemplo Aragón y Murcia.
La retirada de fruta para zumos es una salida limitada porque representa cobrar por los melocotones y nectarinas un precio de 26,9 céntimos de euro por kilo, una cifra que a duras penas cubre los costos de producción. David Borda, responsable de la sectorial de fruta dulce de la asociación JARCCOAG, advierte que si no se estabiliza la situación, los pequeños productores de fruta no conseguirán hacer rentables las explotaciones y no podrán reinvertir en ellas. Este verano, los bajos precios y también los daños a la cosecha causados por cuatro tormentas han tenido como primer efecto económico la reducción de 3.900 contratos temporales que el sector ya no necesita. “Hacen falta buenos precios para seguir pagando salarios dignos y para seguir manteniendo empresas familiares”, afirma.
Borda entiende que la gran distribución alemana no quiere abonar precios justos en Italia, Francia, España o Grecia porque “espera a la deslocalización de la producción de fruta en Turquía sobre todo y así prefiere abastecerse del mercado turco pero también del marroquí o el tunecino”. “Si nos manifestamos ante los supermercados alemanes es porque abusan de su posición dominante con la que quieren controlar todo el mercado europeo”. Esta misma semana, una representación de JARC ha pedido al conseller de Agricultura, Jordi Ciuraneta, que convoque de urgencia la mesa negociadora de las buenas prácticas agrarias. “Le pedimos que convoque especialmente a los representantes de la gran distribución porque debemos llegar a acuerdos que impliquen a todos”.
La política de la gran distribución alemana ha evitado que los precios se hayan recuperado