Susto en el Priorat por otro incendio forestal
Es el segundo incendio forestal que sufre la comarca durante este verano, en una zona próxima al parque natural del Montsant
La comarca tarraconense del Priorat, que ya fue castigada por un incendio en junio, podía respirar aliviada esta madrugada, tras contener el aliento por otro fuego. Las llamas se declararon sobre las 17 horas por causas que se desconocen entre Cornudella de Montsant y Morera de Montsant, lo que obligó a cortar la carretera TV-7021. Al cierre de esta edición, los bomberos seguían trabajando desde tierra en el control de las llamas, pero sus previsiones eran tranquilizadoras.
La cercanía del parque natural del Montsant hizo saltar las alarmas en un primer momento, aunque a medida que pasaban las horas las noticias eran más optimis- tas. El incendio se registró en una zona de matorral y alejada de núcleos urbanos. El viento dejó de soplar y se alió con los bomberos justo cuando parecía que la situación podía complicarse.
De hecho, las llamas avanzaron tan rápidamente en un principio que obligaron a cortar la carretera local TV-7021, entre los puntos kilométricos 3 y 7. A esos instantes pertenece la foto aérea que acompaña estas líneas, tomada desde uno de los aparatos que participaron en el dispositivo.
Durante toda la tarde lucharon contra el fuego doce dotaciones aéreas, que continuaron su labor hasta que fue materialmente posible. Sobre las 20 horas se retiraron y dejaron en la zona a 22 dotaciones terrestres, que anoche tenían previsto pasar toda la madrugada en la zona. Para entonces la lengua de fuego ya avanzaba con lentitud, y además en una ladera no muy pronunciada, lo que facilitaba las labores de extinción. El área afectada se encuentra en una zona de matojos y árboles, que no está incluida en el parque natural y donde tampoco se cultivan viñedos. Hasta el lu- gar se desplazaron todas las dotaciones disponibles, lo que da idea de la preocupación inicial que despertó: seis aviones de vigilancia y ataque, otros seis helicópteros y 22 dotaciones terrestres.
El fuego no amenazó casas ni pueblos y no fue necesario ordenar desalojos. Los bomberos de la Generalitat esperaron a que la fuerza de las llamas amainase para dirigir el fuego hacia una ladera de masa forestal, donde estaba previsto controlar las llamas durante la madrugada.
La rapidez inicial de las llamas hizo saltar las alarmas y movilizó a un total de 34 dotaciones El viento, que dejó de soplar, resultó providencial para las brigadas de bomberos