Llenar la iglesia de familias
El grupo Palavra Viva se instala en Els Caputxins de Tarragona
Al padre Marcelo de Oliveira le sorprende que la céntrica iglesia de Sant Antoni de Pàdua de Tarragona, en plena Rambla Nova, esté tan vacía: “En Brasil las iglesias están llenas de familias, la gente participa más y también los jóvenes acuden mucho más a la casa del Señor, que en definitiva es la casa de todos”, afirma. Y éste es el objetivo que se ha marcado el responsable de la comunidad católica Palavra Viva. Quiere que esta iglesia, conocida popularmente como la dels Caputxins, una comunidad que abandonó Tarragona hace ocho años por falta de vocaciones, vuelva a llenarse.
Palavra Viva es una asociación católica privada de fieles aprobada por la Santa Sede. La fundó en Brasil hace veinte años Alysson Norberto da Costa, con la misión principal de evangelizar a familias y jóvenes. En Europa esta comunidad está presente en Italia, Portugal, Francia y Suiza, donde Palavra Viva estableció el Seminario de Formación para sus miembros. Tarragona ha sido la puerta de entrada en España. De Oliveira llegó a la ciudad el pasado 29 de junio y a lo largo del verano han llegado otros tres jóvenes consagrados para revitalizar esta iglesia.
“Nuestro fundador se reunió en Roma con el Consejo Pontificio y su secretario le habló de este caso de Tarragona”, explica De Oliveira. De eso hace apenas un año. “La comunidad se puso en contacto con el Arzobispo Jaume Pujol y aquí estamos, empezando a trabajar en este templo con mucha alegría y esperanza”, añade. Los primeros meses le han servido al Padre Marcelo para familiarizarse con el idioma (hablaba portugués, italiano e inglés) y conocer la iglesia de Sant Antoni de Pàdua.
“Hemos hecho una propuesta para abrir la iglesia, para que las personas puedan entrar siempre que quieran y lo necesiten y puedan encontrar un ambiente de acogida, donde sean escuchadas”, explica el padre quien baraja la posibilidad de organizar charlas y volver a hacer catequesis (la iglesia pertenece a la vecina parroquia de Sant Francesc).
Cuando la comunidad de los Capuchinos decidió abandonar esta iglesia, el Arzobispado de Tarragona se comprometió a mantenerla abierta para las misas (una a las nueve de la mañana y otra a las 19 horas, aunque durante los meses de julio y agosto se ha mantenido únicamente la celebración de la mañana). “Ahora estamos en proceso de adaptación pero ya tenemos el templo abierto casi toda la mañana y partir de septiembre ampliaremos el horario”, dice el Padre Marcelo. Lo cierto es que durante los últimos años, y pese a su privilegiada ubicación, la afluencia en esta iglesia ha sido cada vez menor y los feligreses son principalmente gente muy mayor.
Marcelo de Oliveira se licenció como diácono en el seminario de formación que la comunidad tiene en Lugano (Suiza) en 2007 y luego regresó a Brasil. Lo hizo un 29 de junio, el mismo día en que llegó a Tarragona, “donde me he sentido muy bien acogido”, asegura. En el seminario que Palavra Viva tiene en Lugano hay doce estudiantes y cada año se licencian tres. Todos ellos han pasado por un periodo de formación previo en Brasil, donde asumen el compromiso de pobreza, obediencia y castidad. Actualmente la comunidad tiene 220 miembros consagrados repartidos por el mundo.