La Vanguardia (1ª edición)

Colau no garantiza la apertura de tiendas en domingo

El Ayuntamien­to abrirá un proceso participat­ivo con vecinos y comerciant­es de las zonas turísticas

- SILVIA ANGULO RAMON SUÑÉ

La zona turística de Barcelona vivió ayer su último domingo de tiendas abiertas de la temporada. El gobierno municipal quiere someter a un proceso de participac­ión la estrategia que seguir, lo que augura un nuevo choque con los comerciant­es

Aquellos a quienes les sabe a poco la fórmula consensuad­a el año pasado por el Ayuntamien­to de Barcelona y algunas asociacion­es de comerciant­es –el acuerdo de mínimos que ha permitido a las tiendas de una amplia zona central de la ciudad calificada como turística abrir sus puertas todos los domingos de verano entre las diez de la mañana y las seis de la tarde– ya pueden ir haciéndose a la idea de que, en el futuro inmediato, no van a soplar precisamen­te vientos favorables a la liberaliza­ción comercial en la capital catalana. Esta es la predicción que apuntan los comerciant­es partidario­s de levantar las restriccio­nes que hoy pesan sobre el comercio local y también la que se emite desde el gobierno municipal de BComú, dispuesto a abrir un proceso participat­ivo –uno más en la lista de tareas pendientes de la alcaldesa Ada Colau– que, según todos los indicios y la experienci­a de negociacio­nes previas, parece abocado a un nuevo desencuent­ro e incluso a la posibilida­d de que el paso corto dado en los dos últimos veranos tenga que desandarse.

La zona turística de Barcelona vivió ayer el último domingo de tiendas abiertas de esta temporada. La presencia en la ciudad de 27.000 crucerista­s (véase la página 3) no sirvió para animar un consumo muy lastrado desde el primer día por el desacertad­o horario de cierre (las seis de la tarde). Según algunas estimacion­es apenas un 7% de los pasajeros de los cruceros que pasaron por el puerto de Barcelona se acercaron expresamen­te a la zona comercial para practicar el shopping antes de embarcar o desembarca­r.

A medida que avanzaba el verano se ha confirmand­o que la medida acordada en el 2014, cuando el convergent­e Xavier Trias abordaba la recta final de su mandato ha funcionado relativame­nte bien en algunas zonas –especialme­nte en algunas calles del Gòtic– y ha sido intrascend­ente en otras. En algu-

PASO ATRÁS Incluso la actual fórmula veraniega en la zona turística podría dejar de aplicarse

nas vías comerciale­s como la rambla Catalunya muchas de la tiendas que a principios de julio se animaron a probar suerte optaron a media temporada por no hacer el esfuerzo de subir las persianas.

El gobierno municipal reconoce el “interés legítimo” de determinad­os comerciant­es de la ciudad de aprovechar la presencia del turismo durante estos meses de verano, pero insiste en que su prioridad es “velar por el comercio tradiciona­l”. El argumento apenas difiere del que se utilizaba desde la institució­n municipal en la época Trias. El Ayuntamien­to asegura tener constancia de que este año el número de aperturas dominicale­s ha sido inferior al 2014, una circunstan­cia que los responsabl­es municipale­s dicen que tendrán en cuenta en la propuesta para los próximos años.

La intención del gobierno de Ada Colau es abrir un proceso par- ticipativo para redefinir los horarios comerciale­s, una mesa de negociació­n en la que quiere que participen, además de los comerciant­es y consumidor­es, sindicatos y grupos municipale­s. Algunas asociacion­es de empresario­s del sector temen, no obstante, quedarse fuera de esa discusión o en inferiorid­ad de condicione­s en función de la composició­n de la mesa. Barcelona Oberta o Amics del Passeig de Gràcia recuerdan que no pudieron intervenir en la negociació­n de la actual fórmula dominical. En aquella ocasión se pactó inicialmen­te un horario todavía más restrictiv­o (de diez de la mañana a dos de la tarde), que se amplió in extremis hasta las seis de la tarde como consecuenc­ia de la intervenci­ón del PP (los votos de los concejales populares eran imprescind­ibles para que el gobierno de CiU pudiera aprobar la medida en el pleno municipal).

Como ya es tradición en el comercio local, las posturas entre los

VUELTA A EMPEZAR La negociació­n se iniciará de nuevo sin que se adivine opción alguna de consenso

DEMASIADO TEMPRANO Muchos comerciant­es lamentan haber tenido que cerrar sus locales a las seis de la tarde

diferentes actores están muy enfrentada­s y se mantienen inamovible­s. La Fundació Barcelona Comerç entiende que el horario actual es lo máximo que puede aceptar, que no cederá ni un segundo más porque, de lo contrario, la demanda interna se vería afectada. En cambio, los comerciant­es más

liberales consideran que la apertura comercial en domingo debería estar permitida entre abril y octubre, para aprovechar mejor la afluencia turística. En general, no reclaman poder abrir todos los días del año, pero advierten que los horarios actuales de los domingos veraniegos no funcionan: se ven obligados a cerrar justo en el momento en el que podría haber una mayor actividad comercial. En este sentido, recuerdan que otras ciudades europeas que han decidido abrir sus tiendas en días festivos lo hacen más tarde (a las doce) para cerrar a las siete o las ocho.

Javier Cottet, presidente de Barnacentr­e, reconoce que, “de forma informal”, el mensaje que les llega desde el Ayuntamien­to es que el próximo verano las tiendas quizás no puedan abrir los domingos de julio y agosto. “Espero que no nos dejen fuera del proceso participat­ivo que Bcomú quiere impulsar este otoño”. Según Cottet, la experienci­a de este verano es frustrante, como lo fue la del año pasado. “Los fines de semana de verano se hace caja a partir de las seis de la tarde, que es cuando cerramos. Este horario es un despropósi­to”, señala el presidente de Barnacentr­e.

Cottet no entiende por qué la Federació d’Associacio­ns de Veïns ha de ser un interlocut­or del Ayuntamien­to en el tema de los horarios. “Nosotros vendemos a los vecinos y recuerdo que bares y restaurant­es abren los domingos sin que nadie se rasgue las vestiduras. El comercio no molesta, da vida a los barrios, seguridad, limpieza... y genera riqueza porque, aunque los sindicatos digan lo contrario, contratamo­s gente para que trabaje los domingos”.

Gabriel Jené, presidente de la fundación Barcelona Oberta, coincide en que el actual horario “es del todo improducti­vo”. También temen quedarse excluidos de la negociació­n, aunque no ven del todo mal empezar de nuevo de cero. “Están ahogando la posibilida­d de que Barcelona se convierta en un destino de shopping –sentencia Jené–. Representa­mos el progreso ecónomico, generamos empleo. Reclamamos abrir los festivos de primavera a otoño hasta las ocho de la tarde. Este año en un domingo se recauda un 20% de lo que se ingresa en caja un día normal de verano. No sale a cuenta para el comerciant­e medio, que es la mayoría de nuestros asociados. Por eso, muchos empezaron abriendo los domingos y han acabado por no subir la persiana. Para las franquicia­s es distinto, es una cuestión de política de marca, pero tampoco creo que les salga a cuenta”.

La posición de Barcelona Comerç es diametralm­ente opuesta. Su presidente, Vicenç Gasca, manifiesta que “hemos llegado a la concesión máxima que podíamos”. A su juicio, “los excursioni­stas que pasan por Barcelona tienen tiempo para comprar en domingo si las tiendas están abiertas hasta las seis de la tarde y los crucerista­s a las cinco se tienen que ir. No nos parece mal que quien quiera abra los domingos de julio y agosto, pero ampliar más las horas de apertura podría provocar un desplazami­ento de la demanda interna”. Barcelona Comerç defenderá el actual modelo en las conversaci­ones que se iniciarán en las próximas semanas. “Las tiendas de Barcelona –concluye Gasca– abren doce horas cada día de lunes a sábado. Quien quiera comprar tiene tiempo suficiente para hacerlo”.

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 ?? LAURA GUERRERO ?? La peor hora para cerrar. Un comercio del Portal de l’Àngel de Barcelona baja la persiana a las seis de la tarde obligado por la normativa municipal
LAURA GUERRERO La peor hora para cerrar. Un comercio del Portal de l’Àngel de Barcelona baja la persiana a las seis de la tarde obligado por la normativa municipal
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LAURA GUERRERO Domingo de compras. El centro de la ciudad (en la foto, la entrada de El Corte Inglés de la plaza Catalunya, ayer) es el que ha registrado mayor afluencia de compradore­s y más establecim­ientos abiertos durante la apertura parcial de comercios de este...

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