Mas asegura que no frenará el proceso para esperar a las generales
El president equipara el discurso de Pablo Iglesias al de Aznar y la ultraderecha
El candidato reúne a 300 pequeños empresarios favorables a la independencia
Si el día 27 las formaciones partidarias del sí a la independencia obtienen la mayoría necesaria para seguir adelante con el proceso soberanista, Artur Mas no tiene la más mínima intención de paralizarlo en espera del resultado de las elecciones generales –anunciadas por Mariano Rajoy para el mes de diciembre– y de la nueva correlación de fuerzas que se configure en la política española. Y no piensa hacerlo porque, a su juicio, el discurso de todos los partidos españoles sin excepción respecto a Catalunya es exactamente idéntico, es decir, contrario a que puede decidir su futuro.
“La gran decisión que tenemos que tomar el día 27 no es aplazable”, proclamó en un acto ante trescientos empresarios agrupados en la plataforma Empresaris pel Sí, en el que apostó por hacer caso omiso de “los cantos de sirena que dicen que esperemos a ver qué pasa en las elecciones españolas”. El presidente de la Generalitat admitió que probablemente el nuevo gobierno español que salga de esos comicios “tendrá más capacidad de diálogo”, cosa que “tampoco será tan difícil ante la mole granítica del PP”, pero aún así no mostró esperanza alguna ante la nueva situación a la vista de que “no he oído a ninguno de los dirigentes españoles, ni de la vieja política ni de la nueva, decir que sea favorable a que Catalunya decida su futuro”, subrayó en alusión, de forma indistinta, a los líderes tanto del PSOE como de Podemos, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, respectivamente.
Y tan igual es la posición de todos ellos sobre Catalunya a juicio de Mas, que el president aprovechó para cargar las tintas especialmente contra Iglesias, al que sin tapujos acusó de tener el mismo discurso que José María Aznar y la ultraderecha. “Cuando escucho a un moderno que llama a los descendientes de andaluces y extremeños a enseñar los dientes y busca la división de la sociedad catalana, si sólo le oyera y no le viera la cara podría pensar que es el discurso de Aznar y la ultraderecha, porque todo es lo mismo”, argu- mentó. “El vestido y el peinado son nuevos, pero las apelaciones a intentar dividir por los orígenes y por el idioma son el mismo discurso de siempre”, remachó, con la advertencia, a pesar de que “podamos esperar un poco más de diálogo”, de “no ser ingenuos y no ir con el lirio en la mano”.
Unos partidos españoles que, en opinión del president, son los primeros que no tienen ningún interés en esperar a las elecciones generales para afrontar la cuestión catalana, “sino que intentan abortarla desde dentro mismo de Catalunya el día 27”. Y por este motivo llamó Mas a concentrar el voto en las opciones que defienden el sí a la independencia, y muy principalmente en la lista de Junts pel Sí, adaptando para la ocasión la cita de Bertolt Brecht de que “el que no lucha por la causa propia lucha por la causa contraria”: “No luchar para que el día 27 salga el sí es luchar para que salga el proyecto de Aznar y el PP”, sentenció.
“No cambiar todavía tiene más riesgos”, advierte en un acto con empresarios independentistas
El mensaje fue lanzado por Mas ante un auditorio formado por un grupo de empresarios –Empresaris pel Sí– que, en la órbita de organizaciones como la fundación privada FemCat y el Cercle Català de Negocis, han promovido un manifiesto en apoyo de la independencia y de la candidatura de Junts pel Sí. Un auditorio, por tanto, que, a diferencia de otros foros empresariales, comparte la causa independentista, y al que dirigió, no obstante, el mismo aviso que no se cansa de repetir estos días de campaña: “La gran decisión del día 27 es: o nos quedamos como estamos o apostamos por el cambio, y es cierto que todo cambio comporta un riesgo, pero no cambiar también tiene muchos, y el principal riesgo de no cambiar es retroceder como los cangrejos”. La diferencia con otros foros empresariales fue que, en esta ocasión, el mensaje fue acogido por el auditorio con gritos de independencia.