La Vanguardia (1ª edición)

Novak Djokovic

TENISTA

- CANDY RODÓ

El jugador serbio consiguió su segundo título en el Open de Estados Unidos y ya suma diez trofeos de Grand Slam. Djokovic (28) superó en cuatro sets al suizo Federer, que tuvo el apoyo mayoritari­o de los aficionado­s.

Ya había servido para el campeonato tres juegos antes y su rival le había remontado. Era la segunda vez que sacaba para ganar el torneo y la historia parecía que iba a repetirse: después de remontar tres pelotas de break y ponerse con ventaja, finalmente el resto de derecha de Federer se fue más allá de la línea de fondo. Novak Djokovic se llevó la mano al corazón y señaló a su palco, desde donde su esposa Jelena, Boris Becker, y el resto de su equipo técnico y amigos, como el actor Gerard Butler, le aplaudían emocionado­s. Conseguía así su segundo Open de Estados Unidos. “Ganar ante uno de los más grandes rivales, ante el mayor campeón de Grand Slam de todos los tiempos, que sabes que sigue luchando hasta el último punto, que te hace jugar siempre un golpe más, es muy especial”, dijo el serbio, que iguala al helvético con 21 en victorias en duelos directos.

En cuatro mangas y tres horas y veinte de juego, el número uno del mundo doblegaba a Roger Federer en un partido de gran calidad que emuló la final que ambos tenistas protagoniz­aron en Wimbledon. Fue un encuentro de alto voltaje que Novak Djokovic ganó más por su fortaleza mental que por su poder físico. En los momentos clave, sacó a relucir sus mejores golpes, mientras que Federer sólo convirtió cuatro de sus veintitrés puntos de break. “Ha habido muchas oportunida­des perdidas, demasiadas pelotas de break que debí haber jugado mejor. Yo perdí el partido”, reconocía decepciona­do el suizo.

El público estuvo como nunca: era como si Harry Potter jugara contra Voldemort y Federer fuera Harry. Ni con un jugador americano se ha visto a los espectador­es tan descaradam­ente a favor de un tenista, hasta el punto de aplaudir cuando el serbio no metía el primer servicio o de gritarle: “Haz doble falta”. “Es lógico esperar que un gran jugador y campeón como Roger tenga la mayor parte de los aficionado­s a su favor. Acepto el hecho y él se lo merece”, decía con humildad.

Con esta victoria, el de Belgrado repite la gesta de hace cuatro años, conquistan­do tres de los grandes. Pero esta vez lo ha hecho llegando a todas las finales de Grand Slam. “Es más difícil repetir una temporada como la del 2011 que hacerlo por primera vez –analizaba–. Soy un jugador diferente, una persona diferente. Como esposo y como padre, experiment­o una serie de cosas en mi vida que me hacen afrontar el tenis de otra manera. Me siento más completo, físicament­e más fuerte, mentalment­e más experiment­ado.

EL APOYO DEL PÚBLICO “Es lógico que Roger tenga la mayor parte de los aficionado­s a su favor”, explicó el campeón EL FUTURO “Mientras exista este fulgor en mí, voy a luchar por estos trofeos grandes”, añadió Djokovic

Estar en esta situación antes me ha ayudado a comprender obstáculos específico­s que te encuentras por el camino y a superarlos, como he hecho ahora”.

Son ya diez los títulos de Grand Slam que lleva acumulados: cinco Open en Australia, tres Wimbledon y dos Open de Estados Unidos, lo que le coloca empatado con Bill Tilden en séptimo puesto de la lista de hombres con más títulos de los grandes. En el primero, su contrincan­te de hoy, Roger Federer, con 17. “He llegado a dobles dígitos. Me halaga y es un honor estar en un grupo de élite –comentó el campeón–. Tengo 28 años y siempre he valorado el cuidado de mi cuerpo y de mi mente. Afronto mi vida con un enfoque holístico. Y creo que esto tiene una gran importanci­a en mi tenis. Voy a continuar con esta estrategia y con suerte eso me dará longevidad y más oportunida­des de luchar por estos trofeos grandes. Mientras haya este fulgor en mí, voy a seguir intentándo­lo sin ninguna duda”.

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