Sin acuerdo por el desvío de camiones en la N-340
Compromiso de Fomento de “estudiar” bonificaciones a los vehículos pesados en la AP-7 mientras no llega la ansiada autovía
Ante la falta de un acuerdo concreto ni solución inminente a la elevada mortalidad del tramo ebrense en la N-340, el Ministerio de Fomento se comprometió ayer a crear junto a la Generalitat una comisión para analizar posibles descuentos a los transportistas para que se desvíen por la autopista AP-7. No es nada nuevo. En otras carreteras de elevada siniestralidad como la N-II en Girona es obligatorio y está bonificado el desvío de camiones. El Gobierno catalán confía que podría atajarse así a corto plazo el alud de accidentes graves y mortales, como ha pasado en un año en Girona, donde han caído en picado las muertes. Sin olvidar, eso sí, la exigencia al Gobierno central para que ejecute de una vez la variante, la esperada prolongación de la A-7 en las Terres de l’Ebre.
El grupo de trabajo, integrado por Fomento, Generalitat y el sector del transporte, se reunirá en una semana, se espera que con soluciones concretas sobre la mesa. “Las medidas pueden ser de urgencia pero no dejan de ser parches y no la solución definitiva: hay que hacer autovía”, advirtió Jordi Jané, conseller de Interior, tras la reunión celebrada al más alto nivel en Madrid, con la ministra Ana Pastor y también Santi Vila, conseller de Territori.
“Es un problema histórico; hay un volumen de circulación de vehículos pesados muy alto y es necesario desviarlos hacia la autopista, por lo cual estudiaremos las mejores opciones para hacerlo con consenso”, explicó Julio Gómez Pomar, secretario de Estado de Infraestructuras. “No podemos esperar mucho, hay que negociar y buscar el consenso; es ne- cesario que los camiones vayan por la autopista y para hacerlo se necesitan bonificaciones importantes”, destacó Jané.
La concentración de vehículos pesados por una carretera como la obsoleta N-340 (el 30% de los 25.000 vehículos diarios son camiones) es, según los expertos, uno de los factores de mayor riesgo. La vía, con un solo carril por sentido y constantes intersecciones, es una pesadilla para los miles de conductores que la utilizan a diario; se mezclan los vecinos de la zona, los transportistas y los turistas que se desplazan a lo largo de la costa. Sólo se puede circular por autovía (A-7) desde la ciudad de Tarragona hasta l’Hospitalet de l’Infant (Baix Camp), pero llegados a este punto los conductores o siguen su trayecto por la N-340 o pagan peaje (AP-7).
Sólo este 2015, 13 de las 17 personas que han fallecido en la N-340 en Catalunya lo han hecho en el tramo de las Terres de l’Ebre. En 11 de los accidentes mortales había implicado además un camión, según destacó Jané.
La situación por fin podría cambiar aunque con una solución temporal, después de los dos últimos accidentes de la pasada semana, con cuatro personas fallecidas en la N-340 en El Perelló (Baix Ebre). La construcción de la variante es un proyecto que si bien está presupuestado sigue aquí pendiente de ejecutar. “Es una realidad inaceptable, debería de ser ya una autovía, sufrimos muchos accidentes con heridos muy graves y muertos. Hay que buscar soluciones inmediatas, rápidas”, apostilló Jané.
El grupo de trabajo liderado por Fomento también estudiará la introducción de cambios en la actual N-340 para reducir la siniestralidad, como la mejora de la señalización y de la propia vía. También se estudiará la mejora de los enlaces entre la carretera nacional y la autopista AP-7, para que los conductores puedan salir con más facilidad de la N-340 en su tramo ebrense, uno de los mayores puntos negros de la red viaria catalana. El territorio decidirá mañana en una reunión de alcaldes si hay más movilizaciones.
El conseller de Interior exige “soluciones inmediatas” ante la elevada siniestralidad del tramo ebrense