Leo, centroizquierda
Media hora de Messi es mucho. El mundo está acostumbrado a verlo jugar 90 minutos, pero en 30 es capaz de desestabilizar a cualquiera. Ante el Atlético se ubicó en una posición distinta: centroizquierda, más cerca de Neymar. Marcó el gol decisivo en una jugada por ahí con un sutil toque con la zurda, acompañando la pelota con apenas tres dedos de su pie mágico. Empezó su carrera por la derecha, se ubicó de falso nueve, volvió a la derecha y ahora va por el centroizquierda. Leo decide jugar donde cree que es mejor hacerlo. Le gusta la conexión con el brasileño y el uruguayo. La asistencia de Suárez fue magnífica.
Ese gol de Messi valió por los cinco de Cristiano para el barcelonismo. El Madrid derrotó a un Espanyol que ha perdido a piezas básicas en defensa, sobre todo a Casilla, el meta fichado por el Madrid, aunque no se le pueda echar la culpa a Pau López de los goles encajados en Cornellà-El Prat. Los blancos encontraron demasiadas facilidades.
Leo salió al terreno de juego del Calderón en el minuto 60 y todo lo que pasó por sus pies, que fue mucho, supo a gloria. Hay varios datos interesantes de aquel partido. Messi fue el que más driblings probó y el que más éxito tuvo. Intentó once y se salió bien en ocho. El segundo mejor driblador del encuentro fue Neymar, que de nueve tentativas se fue en tres ocasiones. Los jugadores del Atlético driblan poco. Apenas se contabilizaron cuatro con éxito: Godín, Óliver, Gabi y Koke. El Barça realizó 17.
Superar a un rival con un dribling es hoy algo más que una variante espectacular
Messi se ubicó en una posición distinta ante el Atlético y fue el mejor driblador del partido
del juego, supone pasar prácticamente una línea de defensa. El Barça es de los equipos más dribladores y Messi, el número uno. Eso marca diferencias. En apenas media hora intentó once y se salió bien en ocho ocasiones. Es una estadística que habla mucho del tipo de jugador. En primer lugar, seguro de sí mismo, en segundo lugar, atrevido y en tercer lugar virtuoso, ya que es capaz de salir con éxito. Todo el fútbol preciosista del FC Barcelona necesita a fin de cuentas a alguien que se la juegue: ese es Leo Messi. Y también Neymar.
Del partido del Atlético habría que desterrar ese debate intranscendente de si el Barça es Leo o un equipo, o un equipo con Leo y otro sin él. El FC Barcelona jugó muy bien sin Leo y con él. Pero habría que aportar otro dato: estaba Neymar, que hizo de Neymar en ausencia de Messi y luego se juntaron para establecer esa conexión maravillosa de la que en ocasiones parecen abusar, pero siempre encandila.