Un avión en Castellón
Han tenido que pasar cuatro años y medio para ver cómo aterrizaba el primer vuelo regular en el pomposo aeropuerto de Castellón, un acontecimiento que su impulsor, Carlos Fabra, deberá disfrutar a través de los barrotes de su celda de la prisión de Aranjuez, donde cumple condena por corrupción.
El primer avión de vuelo regular aterrizó ayer a las 10.25 horas en el aeropuerto de Castellón, procedente de Londres, cuatro años y medio después de la inauguración de las instalaciones. La aeronave, operada por la compañía Ryanair, un Boeing 737-800, alcanzó las instalaciones de Vilanova d’Alcolea con 186 pasajeros a bordo. Siguiendo la tradición, el vuelo fue bautizado al poco de aterrizar. Según el director de SNC-Lavalin Castellón, Alain Russel, los vuelos de Ryanair en Castellón generarán 60 empleos, mientras que los 30.000 pasajeros anuales que llegarán al aeropuerto con esta compañía dejarán 300 millones de euros para la economía local. Jean Luc Magan, representante de Lavalin, dijo que el objetivo de la empresa gestora del aeropuerto es “abrir territorio a otras ciudades”, y anunció que se está negociando con otras compañías para que puedan operar en el recinto. Por su parte, el representante de Ryanair, José Espartero, dijo que los vuelos entre Londres y Castellón se mantendrán durante todo el año, mientras que los que enlazan el aeropuerto de Vilanova d’Alcolea con Bristol acabarán a finales de octubre y se reanudarán a partir de marzo del próximo año. Javier Moliner, presidente de la Diputación de Castellón, recordó que en la actualidad “Castellón ha perdido 50 años respecto a sus otros competidores en el ámbito turístico”.