La Vanguardia (1ª edición)

Desvío no obligatori­o de camiones de la N-340

La Generalita­t hace llegar la propuesta de Fomento a los alcaldes ebrenses como punto de partida para reducir las muertes

- ESTEVE GIRALT Tortosa

Con medidas concretas y ejecutable­s a corto plaza para reducir la siniestral­idad se reunió ayer en Tortosa (Baix Ebre) el conseller de Territori i Sostenibil­itat, Santi Vila, con los alcaldes ebrenses afectados por el alud de muertes en la N-340. El Ministerio de Fomento está dispuesto a bonificar del 35 al 50% del peaje a los camiones que se desvíen voluntaria­mente por la AP-7, según trasladó Vila a los alcaldes. La medida se podría empezar a aplicar en noviembre y durante un período de pruebas de tres meses.

A pesar de que la Generalita­t defiende la fórmula aplicada con éxito en la N-II, en Girona, que sí obliga a los camiones a desviarse por la autopista, Vila planteó a las alcaldes la oferta de Fomento como la vía más inmediata para empezar a resolver un drama que no espera: la mortalidad de la N-340 entre Alcanar (Montsià) y l’Hospitalet de l’Infant (Baix Camp). Si la medida no lograse reducir el volumen de camiones, la Conselleri­a de Territori confía en la buena disposició­n de Fomento para convertir el desvío en obligatori­o en 2016, pasadas las elecciones generales.

La presión ejercida por el sector del transporte es uno de los obstáculos a salvar, pues el Estado teme posibles movilizaci­ones si se aplica ahora la medida de forma obligatori­a. Para los alcaldes de la zona poner primero a prueba el desvío de forma voluntaria aparece también como una solución satisfacto­ria. Para muchos negocios situados a pie de la N-340, gasolinera­s y restaurant­es, el paso de los camiones supone buena parte de la facturació­n de cada mes.

Con la experienci­a de Lleida, donde el desvío voluntario de camiones de la N-240 por la AP-2 apenas ha tenido por ahora impacto, tanto la Generalita­t como los alcaldes saben que muy difícilmen­te tendrá impacto en las Terres de l’Ebre. Ante este escenario, lo más probable es que el desvío acabe por ser obligatori­o para reducir de forma significat­iva los 4.000 camiones que pasan a diario por este tramo.

No se trata de la única medida planteada por Fomento a corto plazo para atajar la siniestral­idad mientras no se ejecutan las obras de la anhelada autovía A-7, sin calendario. Vila hizo saber a los alcaldes que el Gobierno central trabaja en un plan para reducir los accidentes que incluye la construcci­ón antes de final de año de cinco nuevas rotondas entre l’Aldea y l’Hospitalet de l’Infant, en el tramo de 40 kilómetros convertido en punto negro. El proyecto, que debería servir también para mejorar la señalizaci­ón, tiene un presupuest­o estimado de 2,5 millones de euros. “En octubre el Gobierno de Catalunya, Fomento y los alcaldes han de poder cerrar la solución”, dijo Vila.

Los alcaldes del Baix Ebre y el Montsià, que siguen exigiendo la gratuidad de la AP-7 para todos los vecinos mientras no llegue la autovía, salieron de la reunión con Vila moderadame­nte satisfecho­s, aunque pidieron

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tiempo para poder consensuar en el territorio una posición para ir a Madrid a negociar. “Este es el primer acuerdo posible con el Estado; lo que nos reclama la ciudadanía es que las actuacione­s sean inmediatas y contundent­es”, destacó Adam Tomàs (ERC).

Algunos de los alcaldes, como Tomàs, expresaron el lunes su malestar al conocer que el encuentro celebrado en Madrid entre Fomento y la Generalita­t había acabado sin acuerdo ni calendario. “La voluntad, insisto, es que todas las partes implicadas encontremo­s la mejor solución para el territorio con un único objetivo: erradicar a un año vista de una forma drástica los accidentes con resultado de muerte, como hemos hecho en otros puntos del país”, apostilló Vila tras el encuentro.

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