Juego de equilibrios
La primera edición del Mercat de Música Viva de Vic fue impulsada en 1989 por Víctor Jou, alma máter de los dos Zeleste (el de Argenteria y el del Poblenou) a quien, por cierto, este país nunca ha reconocido suficientemente su trabajo en pro de la música moderna. Ese primer Mercat no tenía nada que ver con el actual ni en despliegue de recursos ni en difusión. Incluso se produjo alguna reunión tensa entre ciertos promotores, pero es indudable que Jou y su equipo empezaron un camino irreversible.
En 27 años de historia, el MMVV se ha ido afianzando como una cita ineludible para los amantes de la música popular de Osona y Catalunya como mínimo, reflejando los avatares del sector, así como las tendencias de cada momento. Con sus aciertos y errores, cada uno de los siete directores que ha tenido el Mercat hasta la fecha han contribuido a cristalizar un modelo que satisface diversos perfiles.
El Mercat de Música de Vic no es exactamente un festival, ni una feria sectorial, ni un territorio para melómanos consumados. Es un poco cada una de estas cosas, lo que sin duda constituye el mayor activo y da sentido a una cita que atiende con cariño a la música catalana, aunque no exclusivamente, lo que a la postre sería un error.
Durante esos días, la ciudad que fue dels sants colmará de diversión y experiencias vitales al público más joven, lo que también tendrá un interesante reflejo económico para la ciudad. Por lo demás, se han desarrollado programaciones alternativas a la oficial, como InVictro hace unos años, o el Festival Hoteler actualmente.
Los agentes del sector tienen, por su lado, oportunidad para cerrar negocios en el recinto ferial, y comprobar in situ las nuevas propuestas que presenta el Mercat, susceptibles de interesarles. Vector importante que, para los responsables del ciclo, no es incompatible con el riesgo, ejemplificado a menudo en producciones propias que, apartándose de lo más obvio, aportan al cartel un marchamo de calidad perfectamente exigible cuando el dinero público entra en juego.