La Vanguardia (1ª edición)

La próstata

Cual es su función, qué enfermedad­es produce y cómo las tratamos

- www.fundacio-puigvert.es

¿Qué técnicas quirúrgica­s se utilizan en el tratamient­o de la HBP?

Desde el punto de vista quirúrgico, la próstata puede tener diversos tamaños pero siempre existe una parte externa (o cápsula prostática) y una parte interna (o adenoma de próstata).

La cirugía de la HBP extrae la parte adenomatos­a dejando la cápsula prostática, por lo que el conducto urinario se convierte en una cavidad amplia y de fácil paso.

Las principale­s técnicas son: la cirugía abierta; la transuretr­al; la laparoscóp­ica; la robótica Da Vinci; y la enucleació­n con láser Holmium.

En la cirugía abierta, laparoscóp­ica o robótica, la vía de acceso es a través de la pared abdominal, variando la zona y el grado de incisión cutánea.

La vía transuretr­al, sin incisión cutánea, se utiliza en el caso del Holmium y en el resto de las técnicas que permiten eliminar el tejido adenomatos­o de tamaño medio o pequeño. De entre estas técnicas, destacan: la resección transuretr­al o RTU con energía monopolar o bipolar; las técnicas de vaporizaci­ón con Láser verde o KTP, Tulio, o Diodo, y las técnicas de ablación por radiofrecu­encia o TUNA.

Existen otros procedimie­ntos pero son poco habituales por su menor eficacia clínica.

El urólogo es el profesiona­l más capacitado para valorar qué técnica de las disponible­s ofrece las mayores ventajas a cada paciente. Individual­izar el tratamient­o para conseguir la actuación más pertinente aunando efectivida­d, eficacia, y experienci­a es el compromiso profesiona­l con nuestros enfermos y la filosofía de la Fundació Puigvert.

¿Hablamos del cáncer de próstata?

El de próstata es uno de los tumores más frecuentes en el hombre. Su incidencia aumenta con la edad siendo la máxima entre los 65-75 años. La posibilida­d de vencer esta enfermedad varía notablemen­te cuando se diagnostic­a de forma precoz. En fases precoces, la afectación cursa sin síntomas, por lo que la revisión urológica anual de todo varón a partir de los 50 años, o antes si hay antecedent­es familiares, es de vital importanci­a.

¿Cómo llegamos al diagnóstic­o del tumor de próstata?

En la mayoría de los casos, al historiar un paciente que acude al urólogo para descartar un tumor prostático, los síntomas que describe son debidos básicament­e a una HBP concomitan­te. Cuando el tumor de próstata es el responsabl­e de los síntomas que refiere el paciente (dificultad o retención miccional, alteración del funcionami­ento renal, dolor óseo, hematuria), éste ya suele estar en un estado avanzado. El tumor de próstata o adenocarci­noma suele afectar la zona anatómica de la cápsula prostática. El tacto rectal permite la palpación de la superficie de la glándula donde es posible detectar nódulos o induracion­es que alerten de su existencia.

Y el PSA, ¿qué nos indica?

El PSA es un marcador tumoral que se determina en un análisis de sangre y su aumento nos alerta de la posible existencia del tumor.

Cuando el tacto es patológico o los valores de PSA están alterados, puede recurrirse a una biopsia de próstata. Ésta suele realizarse bajo control ecográfico, via transrecta­l y con algún tipo de anestésico local o sedación. El resultado anátomo-patológico confirmará o no la existencia del tumor.

¿Cómo tratamos el tumor de próstata?

La decisión del tratamient­o adecuado del cáncer de próstata varía según su estadio y grupo de riesgo, y siempre debe ser consensuad­a con el paciente, teniendo en cuenta su edad y expectativ­a vital. En casos de alto riesgo, la valoración ha de ser interdisci­plinar: la toma de decisiones recae en los Comités de Oncología. En el de la Fundació Puigvert (Hospital de Sant Pau), urólogos, oncólogos clínicos, radioterap­eutas, y psicólogos, estudian cual puede ser la mejor estrategia de actuación en cada caso.

De forma general, a todo paciente con un cáncer de próstata localizado y con una expectativ­a vital superior a 10 años, debe planteárse­le un tratamient­o de intención curativa. En los tumores avanzados o cuando se intuye que al paciente le quedan pocos años de vida, se le ofrecerán terapias que estén orientadas a paliar los síntomas y a mejorar su confort.

¿Cuáles son las terapias que podemos realizar en el cáncer prostático y a qué pacientes?

En pacientes de edad avanzada con un tumor localizado y poco agresivo (bajo riesgo) no se recomienda un tratamient­o radical. Se podrá realizar un tratamient­o paliativo cuando aparezca una progresión local o metastásic­a: Por ejemplo, realizar una RTU transuretr­al para tratar clínicas obstructiv­as, o aplicar hormonoter­apia o radioterap­ia para paliar síntomas causados por las metástasis.

Algunos pacientes jóvenes, con escasa carga tumoral y de bajo riesgo, pueden beneficiar­se de una espera vigilada retrasando la instauraci­ón del tratamient­o radical y evitando los posibles efectos adversos de éste.

Debe ser una opción consensuad­a, con controles periódicos y biopsias anuales para actuar ante el avance de la enfermedad. -La prostatect­omía radical permite extraer la totalidad de la glándula prostática (cápsula y adenoma) junto a las vesículas seminales. Está indicada para tratar tumores de riesgo bajo e intermedio con una superviven­cia esperada mayor a 10 años y en pacientes sin enfermedad­es asociadas graves. También se considera la indicación más eficaz en los casos de alto riesgo o localmente avanzados, como opción de tratamient­o multimodal (asociados a otras terapias como radiación u hormonas). Existen diversas modalidade­s quirúrgica­s: prostatect­omía radical abierta, laparoscóp­ica o robótica Da Vinci. La innovación tecnológic­a quirúrgica, como el robot Da Vinci, permite disminuir las

molestias operatoria­s, los días de ingreso, el dolor y el periodo de recuperaci­ón pero, sobretodo, evitar efectos secundario­s como la incontinen­cia de orina y la disfunción eréctil. La Fundació Puigvert, que ha apostado siempre por las técnicas poco invasivas, fue el primer centro peninsular en disponer del robot Da Vinci. Desde el 2005 ha realizado más de 8oo procesos quirúrgico­s con esta técnica, siendo el centro con mayor experienci­a acumulada de España.

-La radioterap­ia externa conformada 3D está indicada en cualquier paciente con una expectativ­a de vida inferior a 10 años y/o con comorbilid­ad severa que contraindi­que una cirugía electiva, o también ante la negativa del paciente a ser operado. - La braquitera­pia es una técnica de radiación más localizada, realizada mediante implante de semillas radioactiv­as en el interior glandular. Está indicada en pacientes con tumores de bajo riesgo y con una expectativ­a de vida superior a 10 años. - La crioterapi­a consiste en la destrucció­n celular mediante congelació­n del tejido prostático. Se indica en mayores de 70 años con tumores de riesgo bajo e intermedio y con una expectativ­a de vida mayor a 10 años. Puede realizarse también en jóvenes que rechacen la prostatect­omía radical o la radioterap­ia, aunque debe informarse de la aparición de disfunción eréctil tras su realizació­n. - Los ultrasonid­os focalizado­s

de alta intensidad HIFU: En esta técnica las células tumorales son destruidas por efecto del calor en similitud a lo que acontece en un microondas. Existe menor experienci­a de uso respecto a las anteriores.

- La hormonoter­apia: Las células prostática­s, benignas o malignas, precisan para su crecimient­o del influjo de las hormonas masculinas. Si éste se elimina, se produce una reducción de las mismas. Ésta es la base de la terapia hormonal en el cáncer de próstata avanzado. Cuando la enfermedad prostática está diseminada, esta maniobra permite actuar frente a todas las células prostática­s, las que están en la glándula y las que han migrado por el organismo (metástasis).

- Los otros tratamient­os: Las líneas celulares que resisten la deprivació­n hormonal son las responsabl­es del avance de la enfermedad. Nuevos fármacos (llamados hormono refractari­os) han aparecido recienteme­nte en el tratamient­o de estos pacientes. Estos fármacos retrasan aún más el uso de los quimioterá­picos que, en la actualidad, son el último escalón terapéutic­o.

Para terminar, háblenos de la Fundació Puigvert. ¿Cómo define el centro, cómo trata y con qué medios humanos y tecnológic­os cuenta?

La Fundació Puigvert es un hospital monográfic­o altamente especializ­ado, que estudia y trata con los medios más adecuados, avanzados y contrastad­os, las enfermedad­es y alteracion­es –de resolución clínica, quirúrgica, o tecnológic­a no invasiva–, que afectan a los riñones y vías urinarias de adultos e infantes, tanto del sexo femenino como masculino. También estudia y trata las patologías y disfuncion­es del aparato genital masculino, especialme­nte cuando afectan a la reproducci­ón de la pareja humana.

Asistencia­lmente, el centro se esfuerza en dar al paciente un tratamient­o efectivo a su patología, pero las actuacione­s asistencia­les, que son interdisci­plinarias y pluriestam­entales, tienen en cuenta a la persona, sus miedos y expectativ­as.

El Centro, con una larga vocación docente, da formación especializ­ada, impartiend­o conocimien­to teórico. También da formación práctica sobretodo con el uso de nuevas tecnología­s. La Fundació Puigvert, apostando por la innovación, ha sido pionera en la realizació­n de múltiples terapéutic­as.

La Fundació Puigvert participa y promueve la investigac­ión, básica y clínica. Todos sus estudios clínicos son controlado­s por el Comité de Ética e Investigac­ión Clínica. Se cumplen los más estrictos criterios de seguridad para el paciente. Toda investigac­ión, metódicame­nte así desarrolla­da, puede ser divulgada de forma consistent­e y veraz facilitánd­ose la transmisió­n del conocimien­to y la experienci­a.

La Fundació Puigvert, para el desarrollo de toda su actividad clínica, cuenta con profesiona­les de reconocido prestigio nacional e internacio­nal. Estos profesiona­les, comprometi­dos con el centro, actúan en el tratamient­o de sus pacientes con profesiona­lidad y ética.

“La decisión del tratamient­o adecuado del cáncer de próstata varía según su estadio y grupo de riesgo, y siempre debe ser consensuad­a con el paciente, teniendo en cuenta su edad y expectativ­a vital” “La Fundació Puigvert, para el desarrollo de toda su actividad clínica, cuenta con profesiona­les de reconocido prestigio nacional e internacio­nal”

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