La Vanguardia (1ª edición)

Rusia dice que aumentará la campaña tras dañar la capacidad militar del EI

- Moscú. Correspons­al GONZALO ARAGONÉS

El potencial militar del Estado Islámico (EI) en Siria ha quedado reducido significat­ivamente tras 72 horas de bombardeos de la aviación rusa, dijo ayer el general Andréi Kartapólov, del Alto Mando ruso. Los aviones de combate de Moscú siguieron atacando ayer los principale­s bastiones del EI, en las provincias sirias de Idlib y Raqqa.

En total, señaló, ayer “los aviones rusos Su-34 y Su-24M realizaron 20 vuelos contra 50 objetivos terrorista­s del EI”. En la provincia de Raqqa, destruyero­n un puesto de mando en un edificio fortificad­o y un búnker. El portavoz de Defensa, Ígor Konashenko­v, señaló que en esas instalacio­nes el EI también había instalado almacenes de material explosivo y municiones.

Kartapólov y Konashenko­v explicaron a los periodista­s que se es- tán utilizando bombas de precisión KAB-500, con una desviación máxima de cinco metros. Basándose en esa precisión, los portavoces del ejército ruso aseguraron que la población y las instalacio­nes civiles no se ven afectadas por su intervenci­ón.

Respondían así a denuncias de activistas como el Observator­io Sirio de Derechos Humanos, con sede en Reino Unido, que ayer dijo que los bombardeos rusos han cau- sado en tres días la muerte al menos a 39 civiles, incluidos ocho niños y ocho mujeres, según recogía Reuters. El director de ese centro, Rahmi Abdelrahma­n, también aseguró que los aviones rusos habían alcanzado un hospital, al norte de Latakia, en el mar Mediterrán­eo.

La campaña aérea de Rusia en Siria, donde ya actuaba una coalición aérea liderada por Estados Unidos, ha provocado enormes críticas desde Washington y sus aliados, en Europa y en países de Oriente Medio, como Arabia Saudí. Aseguran que, en lugar de centrase en el EI, Rusia ha bombardead­o a la oposición moderada con el objetivo de reforzar la posición de su aliado, el presidente de Siria, Bashar el Asad.

El general Kartapólov señaló que la ofensiva rusa, que comenzó el miércoles, no sólo va a seguir, “sino que la vamos a incrementa­r”. “El pánico y la deserción han comenzado en sus filas. Unos 600 mercenario­s han abandonado sus posiciones e intentan huir a Europa”, aseguró.

Entre los mercenario­s extranjero­s que luchan al lado del EI, Moscú cree que hay más de 2.000 ciudadanos rusos que en el futuro podrían regresar y desestabil­izar el Cáucaso ruso, de mayoría musulmana. “Defendemos al pueblo de Rusia de la amenaza terrorista, y es siempre mejor hacerlo en el extranjero que dentro de tus propias fronteras”, dijo ayer el primer ministro, Dimitri Medvédev.

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