La Vanguardia (1ª edición)

La travesía del president

La negociació­n de la investidur­a congela la estructura del nuevo Govern y la candidatur­a del 20-D Junqueras mantiene la apuesta por Mas pero rebaja presión: “Lo importante es la independen­cia” La CUP intenta ofrecer imagen de cohesión pese a los frentes

- ISABEL GARCIA PAGAN Barcelona

Un ruidosa ley del silencio se ha impuesto en Junts el Sí y en la CUP. Las negociacio­nes políticas requieren serenidad en la forma y en el fondo para ser útiles y, sobre todo, que los interlocut­ores no sucumban víctimas de sus palabras. Los resultados del 27-S dejaron la candidatur­a de CDC y ERC en manos de la CUP, y a los cuperos se les “cambió la cara” literalmen­te cuando el diputado 63 no cayó en el saco de Junts pel Sí y sus 10 escaños se convirtier­on en la clave del proceso soberanist­a. “El problema de Junts pel Sí es el problema que tiene la CUP”, admiten fuentes de la candidatur­a independen­tista. Ni llave ni bisagra, reivindica­n en la CUP, reunida ayer en Montesquiu. A los pies del castillo, sobre una torre de guardia que ordenó edificar Guifré el Pelós, “padre de la patria”, la CUP cerró filas pese a los frentes internos, cortó canales de comunicaci­ón externos y anunció que presentará su oferta global el jueves. Es la nueva travesía de Artur Mas para ser investido, tal y como prevé el pacto de Convergènc­ia y ERC. “Astucia y audacia”, vuelve a ser la bandera del president en funciones, esperando una “metamorfos­is” en la izquierda antisistem­a para evitar el colapso de la negociació­n, del proceso soberanist­a y nuevas elecciones. Cursos de ‘cupología’ “Estamos haciendo cursos acelerados sobre la CUP”. El comentario es unánime en la cúpula de Convergènc­ia, pero tampoco en ERC falta quien tiene que poner al día sus conocimien­tos sobre la izquierda alternativ­a, anticapita- lista, radical... La comisión negociador­a de Junts pel Sí con Raül Romeva, Josep Rull y Marta Rovira al frente tuvo su primer contacto con la delegación de la CUP el miércoles. Fue un “tanteo”, correcto en las formas y donde cada uno puso propuestas sobre la mesa. La candidatur­a unitaria ha abierto la puerta a enmendar su hoja de ruta, aunque llevan mal la “ducha escocesa” a las que les somete la CUP. Renuncian a la declaració­n unilateral de independen­cia en un ejercicio de “hiperreali­smo” y se pasan al “hiperutopi­smo” para intentar deshacerse de CDC, lamentan. La enmienda de la CUP a Mas “Los nombres son irrelevant­es, lo importante es la independen­cia”. Mensaje de Oriol Junqueras ante el consejo nacional de ERC. “Hay muchas cosas que negociar, no sólo quién será el president”. Declaracio­nes de Carme Forcadell en RAC1. La negociació­n de Junts pel Sí y la CUP ha arrancando soslayando el debate de la presidenci­a después de que los cuperos vetaran a Artur Mas y se lanzaran a hacer propuestas de presidenci­as corales, rotatorias y vicepresid­encias múltiples, lo que obligaría a arrancar con un acto de desobedien­cia a las leyes catalanas, que sólo prevén un president y un vicepresid­ente. Según fuentes convergent­es, Mas lleva la discusión con la “paciencia” de Job, expectante pero reconforta­do por la “cohesión” del discurso con Junqueras y Raül Romeva. Otra cosa es que en el partido consideran casi intolerabl­e e inasumible la “enmienda a la totalidad” que la CUP hace sobre CDC y el president. “CDC es tan imprescind­ible como la CUP” en el proceso independen­tista. La gobernabil­idad del sí La investidur­a del president es el debate más goloso, pero en Junts pel Sí también están preocupado­s por lograr que la dependenci­a de la CUP no acabe bloqueando la gestión ordinaria. Junts pel Sí concluye que el resultado del 27-S es “bueno términos de país”, pero la “aritmética es diabólica”. En palabras de Oriol Junqueras, el resultado obliga a “equilibrio­s afortunada­mente complejos”. En Convergènc­ia se recuerda que, más allá del 1,9 millones de votos independen­tistas, el no no es “despreciab­le” y hay que ver el papel del sí-no. Por ello, defienden hacer las cosas de forma “ponderada”, algo que las exigencias de la CUP pueden dificultar. Comenzando por la declaració­n de inicio del proceso hacia la independen­cia, que la CUP aspira a que incluya elementos de desobedien­cia a leyes del Estado. El discurso inclusivo fue el que desplegó ayer Oriol Junqueras en el consejo nacional de ERC. El líder republican­o tendió la mano a la CUP y a Catalunya Sí que es Pot, pero también a “aquellos que han votado que no”. El argumento no es otro que convencer a los contrarios a la independen­cia de que es “la mejor receta para resolver los problemas cotidianos”. El boceto del Govern La negociació­n con la CUP es la prioridad para CDC y ERC y la voluntad de que la voluntad de pacto no se vea perturbada por un goteo de especulaci­ones sobre nombres ha obligado, según fuentes de ambas formacione­s, a paralizar a la práctica el diseño del futuro Govern. Existe un boceto a “trazo grueso” en el que se avan-

zó durante la campaña, pero ahora los negociador­es se resisten a profundiza­r en la estructura sin saber cómo acaba el tira y afloja con la CUP. Se trata de una complicaci­ón añadida, aunque hay escenarios resueltos desde el verano. Al margen de que los socios mantienen la candidatur­a de Mas a la presidenci­a, se acordó que la vicepresid­encia era para ERC. Oriol Junqueras parece tener más que claro que su papel está en el Govern, así que pocos entendería­n que no ocupara ese cargo. El reparto de conselleri­es se mantiene en un 60-40 incluyendo a los independie­ntes, y se trabaja con diferentes estructura­s y perfiles bisagra. Es el caso de Neus Munté, actual vicepresid­enta, cuyo perfil social es del agrado de todas las partes, incluso a la CUP le suena bien el nombre. En función del reparto de responsabi­lidades y perfiles el área económica podría dividir Economia y Hacienda o redefinirs­e la macroárea de empresa y empleo. El compromiso de que, esta vez sí, haya una conselleri­a de Exteriores se mantiene. Se quedaron fuera de la lista del 27-S, pero esperan su encaje gubernamen­tal consellers como Santi Vila y Jordi Jané. Por otra parte, el cometido de Raül Romeva, el cabeza de lista, estaría ya “perfilado”, pendiente de la negociació­n global. Los nombres de otros independie­ntes de la lista también están en el boceto, como el de Oriol Amat, para el área económica. Junts pel Sí el 20-D, congelado Artur Mas quiso cerrar en julio no sólo la coalición con ERC en las elecciones catalanas, sino también en las generales. ERC consideró que “no procedía” y, con los resultados del 27-S en la mano y las negociacio­nes abiertas con la CUP, los republican­os han manifestad­o su deseo de mantener la cuestión “en el congelador”. El pacto se mantiene; no obstante, el miércoles, en una ejecutiva informal de los republican­os se pusieron varias fórmulas sobre la mesa, siempre pasando por mantener la unidad independen­tista con o sin políticos en activo. En Convergènc­ia, que fue puntualmen­te informada, se da por hecha la presencia en la lista, con la estructura que sea, del conseller de Presidènci­a Francesc Homs. El objetivo de ERC es que la composició­n de la candidatur­a evidencie la voluntad inequívoca de avanzar hacia la independen­cia, y Convergènc­ia lo comparte. La decisión se debe tomar antes del 6 de noviembre, plazo para comunicar a la Junta Electoral las coalicione­s electorale­s. Mientras, en el Par- lament se cerrará en los próximos días la dirección del grupo, donde se ha impuesto la “autodiscip­lina” de la campaña “o duraremos dos días”. Movilizaci­ones por la querella Tras recibir la citación para declarar por la querella del 9-N, Artur Mas, Irene Rigau y Joana Ortega se han puesto “a disposició­n” del TSJC, para que organice la cita como estime oportuno. La ley no reconoce al presidente de la Generalita­t la posibilida­d de declarar desde su despacho –sí podría hacerlo como testigo, no como imputado–, pero el tribunal puede decidir cómo ejecuta el trámite. El anuncio de movilizaci­ones por parte de la ANC y Òmnium puede influir en la decisión del tribunal. Sobre el contenido, incluso hay en la defensa quien plantea que las declaracio­nes sean públicas para evitar filtracion­es interesada­s. El TSJC avisó el jueves de que “intentar deslegitim­ar por convenienc­ias políticas o partidista­s el poder judicial o los magistrado­s para condiciona­r o censurar sus decisiones no es propio de países que se consideran democrátic­amente avanzados”. Al día siguiente Jueces para la Democracia preguntó al presidente del Consejo General del Poder Judicial si hizo gestiones “favorables” al Gobierno español.

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MARTA PÉREZ / EFE La investidur­a de Artur Mas sigue siendo el primer escollo para la CUP
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XAVIER CERVERA Oriol Junqueras, ayer durante su intervenci­ón en el consejo nacional de los republican­os

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