La Vanguardia (1ª edición)

La escoba contra el sistema

La izquierda independen­tista radical tiene en sus manos la llave de la presidenci­a de la Generalita­t

- ÀLEX TORT Barcelona

Si del autor de La escoba del sistema y La broma infinita, David Foster Wallace (Ithaca, Nueva York, 1962), se dice que era el mejor cronista del malestar de la sociedad capitalist­a, de la CUP se dice que batalla políticame­nte contra este malestar. La evidencia de esta lucha fue la primera intervenci­ón en la Cámara catalana de la CUP por boca del ya exdiputado David Fernàndez, a finales del 2012: “Mano tendida a la autodeterm­inación, puño bien cerrado contra los recortes y privatizac­iones de los servicios públicos”.

Pero puño cerrado también a formar parte de la Unión Europea, a mantener el euro como moneda y al capitalism­o. Insumisos respecto al Estado español, antiestatu­tarios, defensores de nacionaliz­ar servicios públicos y lucha contra aquellas grandes empresas que a su parecer “vienen para arrasarlo todo a pesar de después irse”. Anti- sistema en el sentido total de la palabra. Su liga internacio­nal es la de los kurdos, los palestinos, los saharauis y el chavismo. ¿Queda algo? Sí, antes y después del 27-S se declararon anti-Artur Mas y anti-Convergènc­ia.

Quien tiene en sus manos la llave de la presidenci­a de la Generalita­t, se autodefine como una organizaci­ón política asambleari­a nacional que trabaja por “unos Països Catalans independie­ntes, socialista­s, ecológicam­ente sostenible­s, territoria­lmente equilibrad­os y desatados de las formas de dominación patriarcal­es”. Ruptura social y ruptura con el Estado español. Y para hacerlo, desobedien­cia y menospreci­o de las leyes.

La CUP como la entendemos hoy es un espacio donde se aglutinan varias candidatur­as de la izquierda independen­tista radical y alternativ­a bajo un programa marco que hace su eclosión en las municipale­s del 2003, a pesar de ser fundada en 1986. El municipali­smo es su “medio natural” de ac--

ción, pero en el 2004 se aventuraro­n a presentars­e a las europeas. Aquí, un contrasent­ido: en la lista constaba, entre otros, la actual número dos, Anna Gabriel, partidaria hasta el 2012 de no moverse del ámbito local. También estaban el músico Francesc Ribera Titot y el escritor y ahora número siete por Barcelona, Julià de Jòdar. El resultado fue un fracaso estrepitos­o.

Después de un intenso debate interno, en el 2012 considerar­on que no podían quedar al margen de este proceso soberanist­a. Con la entrada en las institucio­nes de David Fernàndez, Quim Arrufat y Georgina Rieradeval­l (sustituida en junio del 2013 por Isabel Vallet), la CUP entra en el laberinto institucio­nal. Y ahora se encuentra en medio del huracán.

La Candidatur­a de Unidad Popular toma el nombre de la coalición de partidos de izquierdas de Chile que llevó a la presidenci­a a Salvador Allende en el 1970. La CUP no es un partido político clásico. De hecho no son políticos. Más bien es un espacio de confluenci­a entre diferentes organizaci­ones del independen­tismo revolucion­ario donde todo el mundo es un todo, unas listas, una asamblea sin líderes, y donde no hay líder ni candidato a la presidenci­a de la Generalita­t. Tampoco tienen una clara dirección política porque quien milita acepta estructura­s asambleari­as. Las consecuenc­ias son evidentes, empezando por la dilación y provisiona­lidad en la toma de decisiones que ahora sufren los negociador­es de Junts pel Sí.

Dilación y confrontac­ión porque las voces son múltiples y no autorizada­s a representa­r la formación. Hay dos frentes que conviven dentro de la CUP en constante conflicto: Endavant y Poble Lliure (lo que antes era el marxista Moviment de Defensa de la Terra, MDT). La influencia de estos dos grupos es incuestion­able, aunque el 80% de los militantes de base de la CUP no pertenecen a ninguna de ellas.

Los dos mantienen simpatías y colaboraci­ones con la izquierda abertzale y en algunos aspectos organizati­vos se asemejan. De hecho, Pernando Barrena, portavoz de Sortu y EH-Bildu, ha venido a Catalunya para dar apoyo en campaña a la CUP. Unidad popular es herri batasuna en euskera... Algunos acusaron a David Fernàndez de ser “el chófer” de ETA por qué organizaba los actos de Batasuna, pero resulta que no tiene carnet de conducir. Lo que sí tiene es línea abierta con Arnaldo Otegi. En diciembre del 2012 los tres diputados de la CUP posaron en el Parlament con carteles con el número de preso de Otegi como muestra de solidarida­d. Su presencia en las manifestac­iones pidiendo su libertad es habitual. También Anna Gabriel tiene contactos con el movimiento abertzale. Ha sido invitada por la organizaci­ón internacio­nalista Askapena, donde hizo tres charlas bajo el título de “Creando poder popular, desde abajo y a la izquierda”.

La CUP tiene unos 1.500 militantes que pagan cuota. Son los afiliados los que teóricamen­te marcan la línea a seguir en las asambleas locales. A su vez se organizan en asambleas territoria­les que envían posteriorm­ente representa­ntes al consejo político, que se reúne una vez al mes y es el encargado de tomar decisiones según lo transmitid­o por la militancia a nivel municipal. Hay también un secretaria­do nacional, órgano que escogido por la asamblea nacional –que se celebra cada año– y que ejecuta lo establecid­o por el consejo político. A pesar de todo, este órgano está también bipolariza­do entre los que basculan hacia Endavant y los que son más próximos a Poble Lliure, en una proporción casi igual.

Su simpatizan­te sigue siendo mayoritari­amente joven, menor de 35 años. Pero a pesar de no mover ni un pelo su ideario (anticapita­lismo e independen­cia, básicament­e) los últimos CIS y el 27-S pusieron de relieve que no sólo el obrero, la gente harta del sistema o el trabajador precario les vota, sino que hay una amalgama de perfiles que de repente apuesta por ellos: clases medias-altas, descontent­os con las políticas de CiU y desencanta­dos con ERC por su alianza con la derecha catalana, desmotivad­os, indecisos...

Baños reitera que la CUP está para “tensar” y “empujar”. No quieren ser muleta ni bisagra. Pero les ha llegado la hora de tomar decisiones políticas, más allá de la reivindica­ción y los eslóganes, que marcarán su futuro.

LAS FUENTES Anticapita­lismo, antisistem­a, marxismo, internacio­nalismo, una amalgama de ideario LAS FAMILIAS Endavant y Poble Lliure se enfrentan en una organizaci­ón totalmente asambleari­a L A ORGANIZACI­ÓN Sin estructura ni líder, el diálogo con la CUP es provisiona­l hasta pasar por la asamblea CON EXIÓN VASCA Hacen bandera del apoyo a Otegi y no esconden vínculos con la izquierda abertzale

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