Los besos de película no siempre dejan buen recuerdo
Inconvenientes diversos para un placer de ficción
Cualquier ficción traspasada a la pantalla cuenta con unos actores que poco o nada tienen que ver con personajes a los que a veces tienen que llevar a circunstancias extremas, emocional o físicamente hablando. Superados los desnudos, las secuencias que más pueden afectarles son las que les llevan a contactos cuya cota máxima son los besos con más o menos pasión, profundidad o intensidad. En mente, los de Clark Gable y Vivien Leigh en Lo que el viento se llevó, los de Burt Lancaster y Deborah Kerr en De aquí a la eternidad, o los de Leonardo DiCaprio y Kate Winslet en Titanic. Parece que no hay límites. Y en eso estamos.
Qué tal besa Louis Garrel? fue la pregunta más recurrente que le hicieron a Gaspard Ulliel en la promoción de Saint Laurent, el filme en el que encarna al mítico diseñador. La película incide en la homosexualidad de sus protagonistas, no escatimando desnudos frontales masculinos (Ulliel como Saint Laurent, Jérémy Renner como su amante y socio Pierre Bergé), y el citado Garrel que encarna a Jacques de Bascher, el protegido del modisto. Garrel es un actor habitualmente desnudo en sus filmes, y sin problemas a la hora de interpretar una escena de amor aún con otro hombre. “Pues bien , Garrel besa estupendamente bien”, se acostumbró a replicar Ulliel sin darle importancia alguna a la secuencia. Después de las apasionadas escenas entre dos hombres de Brokeback mountain, protagonizadas por Jake Gyllenhaal y Heath Ledger, parecía que estaba superada esta etapa en que los besos exigidos por el guión ocasionaban dilemas, cosa que a veces los propios actores propiciaban con sus declaraciones. Steve Carell y Dwayne Johnson te- nían beso en Superagente 86: no hubiera pasado nada si éste no se arriesga a declarar que la lengua del otro parecía arena para gatos y sus labios eran tan ásperos como la parte baja de la pata de un gato.
Curioso que esto sólo sucede cuando se trata de ósculos ente hombres: el celuloide está plagado de escenas lésbicas sin que nadie se haya cuestionado nada. Las tórridas y realistas secuencias de
ED AD Emma Watson y Rupert Grint les marcó la infancia con ‘Harry Potter’
MAL ALIENTO Robert Pattinson y Jennifer Lawrence desprenden malos efluvios bucales OLVIDABLES Woody Allen, Leo DiCaprio o Nick Nolte son los menos elogiados por sus ‘partenaires’
La vida de Adèle entre Adèle Exarchopoulos y Léa Seydoux provocaron un replanteamiento de la sexualidad de ésta última pero no cuestionaron ni detallaron nunca sus protagonistas las sensaciones del rodaje. Más rigurosas se mostraron Megan Fox y Amanda Seyfried en El cuerpo de
Jennifer que se asombraron al ver el resultado tan provocador de las imágenes rodadas entre las dos y que a ellas no les incitaron lo más mínimo.
Hay otros besos filmados que nunca fueron deseados por motivos bien diferenciales. El que se dan Rupert Grint y Emma Watson en la segunda parte de Harry Potter y las reliquias de la muerte: ella reconoció que llevaban juntos tantos años como compañeros en la serie que le costó lo suyo aceptarlo de otro modo. Y la edad también fue el problema para Kirsten Dunst cuando tuvo que besar a Brad Pitt en Entrevista con
el vampiro: era natural, pues ella tenía once años y el actor veinte más. Unos años más tarde Kirsten Dunst tuvo otro problema al besar a Tobey Maguire en Spider
man pues, rodado bajo la lluvia y boca abajo, a él le bajaba la sangre a la cabeza, le entraba agua por la boca y le impedía respirar.
En otros casos es la poca o nula química la que actúa sobre los actores. Dakota Johnson y Jamie Dornan sólo coinciden en elegir Eivissa para unos días de asueto, aunque procuraron no coincidir en fechas. En lo demás se caen fatal, aunque no se note en 50 som
bras de Grey (igual resulta que son buenos actores). Woody Allen también es raro cuando rueda los besos que protagoniza. Cuenta Helen Bonham Carter que en Po
derosa Afrodita le prohibió intercambio de líquidos y solemnidad absoluta: “era como besar el muro de Berlín”, dijo ella.
A Julia Roberts le pasa lo mismo con Nick Nolte, su coprotagonista en Me gustan los líos. “Es repugnante”, le calificó ella tras rodar la escena del beso, la única que hicieron juntos porque las demás se hicieron (plano-contraplano) por separado. Roberts no está sola: Thandie Newton dijo que Tom Cruise –al que tuvo que besar varias veces en Misión: Im
posible 2–, era baboso, asqueroso y demasiado húmedo.
Ellas no salen mejor paradas. Jennifer Lawrence recibió críticas por partida doble: Liam Hemsworth y Josh Hutcherson, sus compañeros en Los juegos del
hambre, coinciden en que la chica tiene mal aliento y saliva demasiado. Lo del aliento desagradable también afecta a Robert Pattinson, al menos eso dijo Reese Witherspoon, que no sintió nada agradable (más bien todo lo contrario) cuando rodaron Agua
para elefantes.
En otras ocasiones la inmediatez del rodaje impone y reduce el beso a una importancia secundaria. A James McAvoy le presentaron a su partenaire, Angelina Jolie, momentos antes de empezar la primera secuencia de Wanted, sin tiempo para diálogo alguno. Llegar y besar y, claro, así no hay quien se motive.
Más dramáticas fueron las palabras de Virginie Ledoyen que tras protagonizar con Leonardo DiCaprio La playa dijo que no querría al actor como amante en absoluto: “es honesto y buena persona, pero no me dejó huella alguna... ni siquiera puedo recordar sus besos”, sentenció.