La bolsa queda a tiro de opa
Los precios actuales vuelven a hacer atractivas las operaciones corporativas
La brutal corrección de la bolsa española durante el tercer trimestre del año, en el que el Ibex perdió un 11,2% de su valor, ha llevado a muchas compañías cotizadas a situarse en unos precios muy atractivos para los potenciales inversores, tanto los particulares y los fondos como los corporativos. Las dos circunstancias que mejor expresan esta realidad son la evolución del price earnings ratio (PER), que mide la relación entre el precio de los títulos en bolsa y el beneficio, y el descuento con el que cotizan muchas compañías respecto a su valor en libros. Obviamente, cuanto más bajo es el PER o mayor la distancia entre la cotización y el valor contable, la oportunidad para los compradores que están al acecho es más evidente.
Y ahora, sin haber llegado a precios de derribo o gangas irresistibles, el mercado se ha puesto cuanto menos interesante para quien tenga posibilidades y valor para lanzarse. El PER medio del Ibex 35 ha bajado desde las 22 veces en las que estaba situado en el cierre del 2012 –el más elevado de los últimos diez años– a las apenas 17 veces en las que se mueve en la actualidad. Por su parte, el price to book –la ya mencionada relación entre la cotización y el valor en libros– también está en niveles bajos, en 1,25 veces de media en el selectivo español, cuando hace dos años rozaba las 1,5 veces.
Las bajas valoraciones relativas implican que inversores y especuladores –para quien quiera distinguirlos– pueden encontrarse ante buenas o muy buenas oportunidades de compra. Los expertos creen que ya se escuchan “tambores de opa”, aunque conviene tener en cuenta que, en general, el mercado puede tener sus razones (o no) para que las cotizaciones y las ratios que se derivan de ellas estén donde estén..., como siempre, y esto lo saben perfectamente los bancos de negocios y los directivos de las grandes compañías.
“Hay un terreno abonado para que proliferen las opas, como muestra el hecho de que varias compañías estén estudiando en estos momentos la manera de limitar los derechos de voto y blindarse ante operaciones hostiles o, al menos, dificultarlas un poco”, afirma Víctor Xercavins, socio de fusiones y adquisiciones de Cuatrecasas en Barcelona.
En el Ibex, además de Abengoa –que acaba de llegar a un acuerdo con los acreedores para capitalizar deuda–, destacan actualmente nueve grandes grupos que cotizan por debajo del valor contable (ver cuadro adjunto). Cinco de ellos son bancos –todos los del
El PER medio es de tan sólo 17 veces en el Ibex y las empresas cotizan a 1,25 veces sobre el valor en libros
selectivo menos el semipúblico Bankia y Bankinter–, afectados por las exigencias de capital, las dificultades para lograr buenos márgenes con los tipos de interés en mínimos y los problemas en los mercados emergentes. Xercavins añade que “la capacidad de generar beneficios se ha reducido, y eso también les pasa factura, por lo que las fusiones llegarán al sector por la necesidad de mejorar la eficiencia y ganar más”.
Al margen de la banca y Abengoa, una de las empresas que atraen más miradas es Repsol, que cotiza con un descuento del 51% de su valor en libros y cuyo PER es de tan sólo 15 veces. “A estos precios, y teniendo en cuenta la evolución del crudo en el mercado, puede ser atractiva para un competidor que sea capaz de obtener buenas sinergias”, dice un analista que pide el anonimato. Repsol vale hoy 15.500 millones, 10.000 millones menos que hace un año.
Aun así, una cosa es que se den las circunstancias propicias y otra que lleguen las opas. Según Rafael Roldán, socio director del área de transacciones de EY, hay muchas compañías que están a tiro de opa, pero eso no quiere decir que se vayan a ver muchas operaciones de este tipo en el futuro inmediato. El precio no lo es todo, y hay que tener en cuenta también la composición del accionariado de las compañías y el entorno. “De aquí a diciembre lo veo muy complicado por la incertidumbre política en España, al menos por lo que se refiere a las grandes compañías de sectores regulados”, dice Roldán, que augura movimientos a partir de enero: “En el inicio de año puede reactivarse el mercado, con más fusiones y adquisiciones, salidas a bolsa y, por qué no, opas”.
No sólo en el Ibex. Fuera del selectivo también hay vida. El PER de Almirall está por debajo de las 6 veces, y el de Reig Jofré ronda las 8,5, justo por debajo del de Duro Felguera, que es de 8,8. Y luego hay un grupo de compañías atractivas –como Elecnor, Catalana Occidente, Tubacex, Miquel y Costas o Europac– que se mueven entre las 11 y las 14 veces de PER y que pueden constituir también buenas oportunidades.
Con la casi ilimitada liquidez que inunda los mercados y el apetito insatisfecho de los fondos de capital, no hay que ser Rappel para vaticinar el movimiento que se avecina y que puede estar sólo a expensas de que se despejen las incertidumbres políticas. El dinero es miedoso y esperará a tenerlo un poco más claro antes de actuar.
Los bajos precios en bolsa, junto con el exceso de liquidez, han creado un caldo de cultivo propicio