La Vanguardia (1ª edición)

Foment del Treball y el referéndum

- Manel Pérez

El debate en el seno del mundo empresaria­l sobre las relaciones entre Catalunya y España está lejos de agotarse. En buena medida, porque las posiciones de los empresario­s no son tan unívocas y lineales como en ocasiones se interpreta. Veamos el último ejemplo.

El pasado miércoles, Joaquim Gay de Montellà, el presidente de Foment del Treball, la gran patronal catalana, agasajó al cuerpo consular acreditado en Barcelona durante un distendido almuerzo en su sede social de Via Laietana.

El encuentro fue una nueva manifestac­ión de la ambivalenc­ia del ánimo empresaria­l, de sus élites representa­tivas, respecto al espinoso asunto catalán. Y de su deseo de que el proceso no se cierre con el habitual relato de derrotas y victorias. Otro asunto es que tal esperanza acabe siendo una realidad.

Acudieron a la convocator­ia 45 cónsules, generales y ordinarios, número inusitado para este tipo de encuentros, lo que sin duda se explica por el interés por conocer de primera mano los puntos de vista de la patronal sobre la situación política en Catalunya y en España. Entre los presentes, por citar sólo los representa­ntes de los países más relevantes para el asunto que nos ocupa, el decano del cuerpo consular, al tiempo que cónsul general de Reino Unido, Andrew Gwatkin, y los recién nombrados cónsules generales de EE.UU., Marcos Mandojana, y China, Tang Heng. También el alemán, Rainer Eberle, y los de varios países de la Unión Europea.

Cuando la diplomátic­a concurrenc­ia comenzaba a dar cuenta del segundo plato, Gay de Montellà tomó la palabra y se lanzó a una larga introducci­ón que hizo desembocar en un balance de los resultados de las elecciones del 27-S.

Primero, describió su visión sobre lo sucedido en Catalunya durante los últimos cinco años. Cómo un Estatut que había sido “consensuad­o en Catalunya y aprobado por el Congreso”, después en referéndum, “se encontró con la “sorprenden­te reacción del partido que entonces estaba en la oposición (el PP), que lo recurrió ante el Tribunal Constituci­onal. Este tardó cuatro años en resolver, una prueba evidente de incapacida­d. Al final, todo salió mal”.

Gay quiso recordar a los cónsules que en el arranque del proceso, en septiembre del 2011, el empresaria­do catalán fijó su primera posición cuando el propio Gay de Montellà defendió que la mejor salida era un pacto fiscal, pero “el desencuent­ro de los dos presidente­s el 20 de septiembre del 2012 ya lo hizo imposible, luego todo desembocó en la consulta forzada del 9-N y ahora en una querella e imputación del president Mas que aún está generando más distancia”.

Sobre las elecciones del pasado 27 de septiembre, se felicitó de la alta participac­ión, “prueba del gran interés que ha generado el debate sobre la secesión, término que me gusta más que el de indepedenc­ia”. Y del recuento de votos destacó la “sorpresa de los malos resultados del PP, lamentable­mente también de Unió, y Podemos”. Gay de Montellà se mostró de acuerdo con quienes juzgan que el resultado “aleja la perspectiv­a de una declaració­n unilateral de independen­cia”.

La matización llegó hacia el final, al constatar que en la sociedad catalana anidan deseos de cambio que deben ser atendidos, matizando anteriores declaracio­nes, tanto suyas personalme­nte como institucio­nales de Foment: “Lo que está claro es que en algún momento ten- drá que hacerse un referéndum, pues hay que dar una respuesta a esa gente, el 48%, que ha votado en un determinad­o sentido, a la que hay que ofrecer una opción, alguna salida se le tendrá que dar, que sea atractiva, emotiva, que implique un proyecto”, en referencia a los ciudadanos catalanes que el pasado domingo votaron opciones independen­tistas en las elecciones autonómica­s catalanas.

Gay se alineaba así con la posición recogida también por el Cercle d’Economia en su último documento, este previo a los comicios, tras un intenso y en ocasiones duro debate en el seno de su junta.

Recordemos que en el arranque del mes de septiembre, emitió un comunicado señalando que “Foment del Treball entiende que la convocator­ia electoral del 27 de septiembre del 2015 incorpora una dimensión política extraordin­aria y excepciona­l debido a que varias candidatur­as plantean un proceso secesionis­ta, circunstan­cia que genera tensión y máxima preocupaci­ón desde la perspectiv­a económica y empresaria­l. Es obvia la incertidum­bre empresaria­l ante este debate político, que pone en cuestión la pertenenci­a a la Unión Europea y en la zona euro con todas las consecuenc­ias que esto tiene para el sistema financiero catalán, entre otros. Foment vindica el carácter de una convocator­ia de elecciones autonómica­s”, es decir no plebiscita­rias. Proclama que sin provocar un cisma sí generó cierto disgusto entre sectores de la agrupación empresaria­l.

Como remate final, el presidente de Foment cerró su intervenci­ón ante el tan atento como silente cuerpo consular expresando su enorme admiración hacia David Cameron, el primer ministro británico, por su acierto político en la gestión del referéndum escocés.

Con la cortesía que siempre se les supone, los cónsules optaron por la discreción, aunque alguno hubo que defendió que la consulta era una buena cosa.

Gay de Montellà defiende ante el cuerpo consular una consulta en Catalunya y elogia a David Cameron

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ÀLEX GARCIA / ARCHIVO Joaquim Gay de Montellà y Artur Mas en una imagen de archivo
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