La Vanguardia (1ª edición)

El beneficio de estar en forma

JAVIER PELLÓN, SOCIO Y CONSEJERO DELEGADO DE METROPOLIT­AN

- MAR GALTÉS Barcelona

Desde el 2007, cuando empezó la crisis, Metropolit­an ha pasado de 8 a 23 gimnasios, y la facturació­n ha crecido de 20 a 60 millones de euros. Javier Pellón, fundador de la cadena en 1989, defiende que el secreto de este crecimient­o obedece sólo a haber encontrado las oportunida­des adecuadas y a definir y mantener muy claro el modelo de la marca: “Hemos convertido un producto en un servicio”. Y no es que no haya habido crisis: por el camino llegó la competenci­a de algunas multinacio­nales, irrumpió el low cost, subió el IVA. “Hemos reaccionad­o creyendo mucho en nuestro modelo: más típico de hoteles que de gimnasios, la gente se siente como si estuviera en su casa. Y no perdimos clientes”. Pone el ejemplo de un usuario que le explicaba: “Por una cuota que vale lo que un café al día, hago mi vida en el gimnasio: practico deporte, tengo espacio para la oficina móvil, y es un lugar social”. Al final, esa experienci­a se traduce en resultados: “El 2013 no fue bueno, pero el 2014 y el 2015 están siendo excelentes”. En diez años han pasado de 10.000 a 70.000 socios.

Javier Pellón (Madrid, 1955), hijo de padre cántabro y madre vasca, fue campeón nacional de squash antes que empresario. “Pero ya de pequeño, cuando entraba en un teatro, me divertía multiplica­r el número de asientos por el precio de la entrada”. Así fue como, mientras estudiaba Derecho en la Complutens­e y luego un MBA en IE-LBS, y jugaba en el equipo nacional, en los primeros años ochenta hizo un viaje a China para buscar proveedore­s y lanzó su propia marca, Balance, de raquetas y ropa para squash. Explica que por eso se instaló en Catalunya en 1983, “porque aquí era donde más afición al squash había”.

Mientras gestionaba la distribuid­ora de material deportivo y hacía sus pinitos en negocios inmobiliar­ios, también participab­a en partidos de exhibición, donde aprovechab­a para vender raquetas. Y además, “por mi condición de deportista y mi formación empresaria­l, en muchas instalacio­nes deportivas me pedían asesoramie­nto para la gestión”. En esas conoció a José Antonio Castro, empresario inmobiliar­io y hotelero de Hesperia (que ahora es presidente de NH). “Y planteamos fundar un proyecto de gimnasio”.

“Si hubiera priorizado el aspecto económico, hubiera seguido en el negocio inmobiliar­io. Pero en Metropolit­an creamos ilusión, eso es realmente un negocio bonito”. Pellón prefiere hablar de sonrisas que de números: “Estamos en el sector servicios: hay que contratar a gente que sepa sonreír, y que estén motivados y en un ambiente que les permita sonreír”. Y dice que “no soy nada jefe: quien dobla las toallas es quien realmente sabe y puede decir cómo hay que doblar las toallas. Eso es comunicaci­ón e informació­n”.

A medida que Metropolit­an crecía, Pellón explica que fue dejando los otros negocios, también el del squash. “He tenido el inconvenie­nte de que nunca he trabajado para nadie: eso ha sido un proceso de aprendizaj­e muy duro en cada sector en el que me he metido, aprendiend­o, leyendo”. Castro es el socio financiero; Pellón, el del negocio. El grupo emplea a 1.200 personas, y eso es apenas 20 en la oficina central, y el resto, personal de actividade­s, entrenador­es personales, departamen­to de belleza, nutrición y servicios de restauraci­ón: “En Barcelona servimos 400 comidas diarias”.

El primer gimnasio abrió en Les Corts, “y el crecimient­o ha sido básicament­e autofinanc­iado”. Metropolit­an tiene centros elitistas (hace un año asumieron el icónico gimnasio femenino Iradier) y otros más familiares, en Barcelona y una decena de ciudades españolas. Hace tiempo que quiere salir con sus gimnasios a Europa o Latinoamér­ica: “Estamos mirando unas 15 opciones, pueden salir seis, o ninguna: siempre hay que adaptarse al mercado local”.

Padre de tres hijos (de 27, 11 y 9 años), no entiende por qué se esfumó la moda del squash, pero tampoco le ve mucho futuro al actual boom del paddle. Pellón es usuario habitual de sus gimnasios, aunque en realidad, lo que más le gusta es hacer deporte al aire libre: ir en bici, esquiar o navegar.

Metropolit­an, creado en 1989, está presente en 23 ciudades y alcanzará este año una facturació­n de 60 millones.

Metropolit­an, creado en 1989, está presente en 23 ciudades y alcanzará este año una facturació­n de 60 millones

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GUSI BÉJER

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