Primer artículo de Marc Gasol sobre ‘su’ NBA
Este es mi primer artículo para un periódico, lo afronto con el respeto y la precaución que merece saber que ni soy periodista, ni tengo la formación para ello, y por este motivo pido comprensión. Por mi parte pondré todo mi empeño en hacerlo lo mejor posible.
En estos artículos mensuales pretendo explicar cosas de mi vida en Estados Unidos, ya sea desde mi faceta de deportista profesional, como más allá de ella; como simple ciudadano, marido y padre de una familia que desarrolla su vida muy lejos de sus orígenes y de donde residen la mayor parte de sus seres más queridos.
Cuando estoy en “casa”, mi familia es prioritaria, puedo compartir más horas con mi mujer y mi hija, con libertad para hacer cosas que durante la temporada no puedo hacer, y disfrutar con ellas me llena.
El Club Bàsquet Girona es mi proyecto más personal, siempre había tenido claro que quería devolver al baloncesto parte de lo que me ha dado con una escuela de baloncesto. Durante estas vacaciones he podido estar con los chicos, he compartido momentos y reflexiones. Convivir y entrenar con ellos en el campus de ve- rano ha sido realmente especial. Decidí fundar la escuela en Girona porque fue una ciudad clave para mí, tanto en mi trayectoria deportiva como en lo personal. Siempre he tenido la sensación de estar en deuda con ella y quienes allí viven, por lo mucho que me dieron y me hicieron sentir.
Además, gracias a la escuela, tengo la sensación de que nunca me voy del todo, porque aunque no esté allí, participo activamente de su día a día.
Ahora, estoy de vuelta en EE.UU., en Memphis. Vuelvo a la ciudad que lleva ya muchos años acogiéndome, que forma parte de mí, y lo más importante, siento que formo parte de ella. Es una responsabilidad continuar dando alegrías a los seguidores, que se sientan orgullosos de su equipo.
Esta semana empezamos la pretemporada, son sensaciones similares a las que tienes de pequeño con la vuelta al cole. Vuelves con las incertidumbres típicas del primer día, reencontrarte con tus compañeros y entrenadores, conocer a los nuevos, etcétera. A ello se unen las ganas de entrar cuanto antes en la dinámica de trabajo, sabiendo que esta es una fase esencial para prepararnos para una competición tan exigente como la NBA. Este año la franquicia ha decidido que la hagamos en Santa Bárbara, California.
Si cierro los ojos y pienso en una palabra que defina mi vida en Memphis esa es, sin duda, planificación, en el mejor de los sentidos de la palabra. Es quizá una de las diferencias más notables entre mi vida fuera y dentro de la NBA. Es como si activara un modo
competición, pongo el piloto automático en todo lo que hago en el día a día y me dejo guiar por ella porque el tiempo me ha enseñado que obtengo muchos beneficios. Las rutinas me ayu- dan a mi orden personal y mental y me posibilitan mantener un ritmo de trabajo constante y adecuado.
No puedo despedir este primer artículo sin referirme a un hecho diferencial del pasado verano. Por primera vez después de catorce consecutivos, no he competido con la selección; los que me conocen saben lo difícil que ha sido tomar esa decisión. De golpe me he dado cuenta de lo difícil que es estar delante del televisor, cuando estás acostumbrado a estar en el otro lado. No os podéis imaginar lo que he sufrido viendo a mis amigos competir, pero también he disfrutado enormemente con el magnífico éxito que han conseguido y que tanto han merecido.
Una vez al mes, compartiré un tiempo con vosotros esta temporada, añadiéndolo como parte de mi planificación. Espero me hagáis un hueco.
Empieza la pretemporada, son sensaciones similares a las que tenías con la vuelta al cole