Un desconocimiento preocupante
La falta de comprensión de los candidatos republicanos a la Casa Blanca sobre la política exterior es increíble En su último debate insistieron en reconstruir el poder militar de EE.UU. para que sea el líder del mundo
Incluso aquellos que en el año 2008 eran razonablemente y, por lo tanto, moderadamente optimistas sobre la política exterior que el presidente Barack Obama podía seguir, han quedado decepcionados.
Sabíamos que no tenía una varita mágica, pero se pensaba que evitaría, a diferencia de su predecesor, provocar desastres. Era obvio que no podía reparar fácilmente todos los daños causados por su antecesor. Sólo podía esperar defender el interés nacional de Estados Unidos con más visión de futuro que Bush.
De hecho, su discurso de El Cairo sobre el futuro de Oriente Medio aumentó las esperanzas; era impotente para avanzar la causa de la paz en esa región del planeta.
Su premio Nobel de la Paz llegó demasiado pronto. Quedarán, como elementos positivos, la reconciliación con Cuba y el acuerdo nuclear con Irán. Esperemos que Estados Unidos firme el acuerdo de París sobre el cambio climático el próximo mes de diciembre para mejorar este pobre récord. Pero incluso los decepcionados con Obama se arriesgan a echarlo de menos profundamente si un republicano consigue ser elegido presidente en el 2016.
El pasado día 16 de septiembre, un debate enfrentó a los once candidatos republicanos y se centró en temas de política exterior. Sobre la cuestión más importante del momento, la crisis migratoria en Europa, todo el mundo mostró firmeza contra la migración. Nadie se atrevió a decir lo que podría hacer Estados Unidos para contribuir positivamente a la crisis. Cabe presuponer que el tema no tenía un gran atractivo elec- toral. Lo que es más preocupante es que la Unión Europea no fue mencionada ni una vez en el debate.
El fiel aliado británico puede sentir cierta decepción. El Reino Unido no fue tampoco mencionado en el debate. Donald Trump propuso combatir a el Asad y al Estado Islámico hasta el fin. Una especie de reinvención de dual containement que apenas ofrece grandes perspectivas. También admitió estar incómodo con los “nombres árabes”.
Por lo que más nos podemos preocupar es por la política hacia Rusia. El presidente Vladímir Putin fue tratado de gángster por Marco Rubio, que tiene la intención de ir a Moscú para reunirse con los principales oponentes del líder ruso. Sin duda, una buena manera de hacerse buenas fotos pero la mejor manera de desacreditarlos totalmente a los ojos de la población rusa y alimentar la propaganda de Putin en el hecho de que sus críticos son agentes extranjeros.
Carly Fiorina, quien sumó puntos mediante la participación de Trump, tiene ideas bastante simples en política exterior. No piensa tener que discutir con el presidente ruso. Quiere, en cambio, reconstruir la Sexta Flota y desarrollar el programa de defensa de misiles, incluso lanzar ejercicios militares “agresivos” (sic) en los estados bálticos y el envío de miles de soldados a Alemania. Con todo ello, dice, Putin recibirá el mensaje. Es dudoso que a Alemania le complazca recibir refuerzos estadounidenses. Pero ¿realmente piensa Fiorina que pueda actuar sin consultar a Berlín?
Por supuesto, el acuerdo nuclear con Irán fue cuestionado. Fiorina incluso propuso llamar al líder supremo iraní pidiéndole que permita inspecciones estadounidenses en la mayoría de las instalaciones militares iraníes. Sin duda Jamenei (quien, pequeño detalle, nunca estuvo en contacto directo con funcionarios de Estados Unidos, dejando esto al presidente y al Gobierno iraníes) obedecería de inmediato la orden. Y otros países que negociaron el acuerdo (Rusia, China, Francia, Reino Unido, Alemania) apreciarían este cambio unilateral y abrupto.
Los candidatos insistieron en reconstruir el poder militar estadounidense, y la necesidad de ver a Estados Unidos una vez más como líder en el mundo.
Es simplemente absurdo. La ilusión de un mundo unipolar, que la desastrosa guerra de Iraq hubiera debido hacer volar en pedazos, llega en un momento en que es menos probable que nunca. La falta de conocimiento y comprensión del mundo exterior por la mayoría de los candidatos republicanos es simplemente increíble y puede ser el presagio de inmensos peligros para el mundo y de crueles desilusiones para Washington.
P. BONIFACE, director del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas de París