Justo castigo al rácano Benítez
Rafa Benítez duraría dos informativos si entrenara al Barça. Su racanería sería su condena desde el primer día en el Camp Nou. Los títulos que consiguió con el Valencia, con el Liverpool, con el Chelsea y con el Nápoles tienen mérito, pero el estilo de juego de sus equipos empuja a apagar la televisión, a no comprar una entrada para ir al estadio y a dedicarse a otra cosa. La tacañería le acompaña y a veces es su perdición. El equipo blanco todavía no ha perdido en la Liga y el Barça suma dos derrotas, pero ambos tienen los mismos puntos, a pesar del calendario diabólico que han sufrido los de Luis Enrique y al mal momento de juego del conjunto blaugrana.
El Madrid ganaba, mandaba y estaba evolucionando bien. Pero en vez de ir a devorar a un Atlético tímido, su entrenador decidió que había que meter el encuentro en la nevera, convertirlo en una sosería mayúscula, transformarlo en aquellos duelos plomizos que protagonizaban los mejores equipos del calcio italiano en los ochenta y los noventa. No pasaba nada en las áreas, pero Benítez decidió dar otro paso... hacia atrás. Quitar a un lúcido Benzema para poner a un centrocampista tractor como Kovacic fue otro canto al antifútbol. Y, por suerte para el Atlético y para el Barça, Be- nítez recibió un justo castigo.
Y eso que está teniendo mucha suerte con su portero. El conjunto de Florentino hizo el ridículo con el no fichaje de David de Gea. Pero ojalá hubiera llegado a tiempo desde Inglaterra el fax que habría provocado la marcha a Old Trafford de Keylor Navas. Porque si el equipo blanco se hubiera salido con la suya, se hace muy difícil pensar que De Gea, un portero totalmente sobrevalorado, estaría presumiendo de los números del guardameta costarricense. Navas sólo ha encajado dos goles en el campeonato y ha parado dos penaltis. Insuficiente para que el Madrid tenga más puntos que un Barça tan tocado. Porque no se puede ir de grande jugando como un pequeño.