De los príncipes a los jeques
La posible venta del campo donde juega el PSG inquieta en París
La mayoría de los grandes equipos de fútbol del mundo son propietarios de su estadio. Cuando el fondo qatarí Qatar Investment Authority (QIA) adquirió el París Saint Germain (PSG) en el 2011, el propósito declarado de su nuevo presidente, Naser al Jelaïfi, era situar al PSG entre los grandes. Así que, en buena lógica, el club debería comprar su estadio, el estadio del Parque de los Príncipes, que pertenece a la municipalidad de París.
Tal es el marco general de la información que la prensa parisina publicaba el viernes, dando cuenta de conversaciones de tanteo mantenidas a principios de este año entre la alcaldesa de París, la gaditana Anne Hidalgo, y los qataríes, con miras a venderles el Parque de los Príncipes. Al fin y al cabo, la propia alcaldesa había dicho hace un año que tal escenario “no debería ser tabú”, por lo que el asunto parecía plausible.
El sábado, un comunicado de Hidalgo desmintió el negocio, sin negar expresamente que hubieran habido contactos. “La venta del recinto no es actual”, dijo la alcaldesa, que calificó de “complicada” cualquier voluntad en ese sentido. Las razones son claras. El estadio es una institución parisina. Situado en el distrito XVI de la capital, es uno de los más antiguos de Francia y el cuarto mayor del país. Fue inaugurado en 1897, pero posterior- mente fue objeto de una radical remodelación en 1972. Desde 1974 acoge al PSG. Además, como sucedió en el Nueva York de los setenta con los japoneses, la leyenda de que los árabes “lo compran todo” tiene campo abonado en París y excita la reacción, tanto de los amantes del patrimonio como de los xenófobos, sin olvidar a aquellos a los que las monarquías petroleras del Golfo –que son una especie de adelanto de lo que sería un califato del denostado Estado Islámico victorioso, versión amigos del mundo libre– no les caen simpáticas.
Francia, sea con Sarkozy, sea ahora con Hollande, cuida mucho a los amigos del Golfo, pese a que estos siembran con sus petrodólares la modalidad más retrógrada e inquietante de su particular interpretación religiosa. Qataríes y saudíes compran armas francesas, son aliados geopolíticos en todos los estropicios mundiales, tienen mucho dinero energéticamente insostenible que invierten por doquier y se cuentan entre los grandes clientes de la industria del lujo, de la que Francia es superpotencia.
Aunque la leyenda de que los árabes están comprando Francia, muy popular en las filas del ultraderechista Frente Nacional, esté ligeramente exagerada, los qataríes han comprado mucho en París; hoteles de lujo, emblemáticos edificios en los Campos Elíseos y hasta un cuco palacete en la entrañable Île Saint Louis, cuyo propietario quería desgraciar a base de un aparcamiento privado y una piscina hasta que el municipio puso su veto. En esa lista de la compra se incluye el PSG, lo que no gusta, por ejemplo, en Munich, donde un alto ejecutivo del Bayern explica con mucho orgullo: “Nosotros no pertenecemos a ningún jeque árabe ni a ningún magnate ruso”.
Por otro lado, y esto lo explica la propia alcaldesa, “cualquier cesión del Parque de los Príncipes implicaría importantes procedimientos administrativos, consenso con la cámara de concejales de la ciudad y largos y precisos estudios que deberían hacerse con plena transparencia”. Así que “no hay negociaciones, ni se ha hablado de cantidad alguna”, dice la alcaldesa, desmintiendo la información del diario Le Parisien, que mencionó un tanteo “por debajo de los 100 millones de euros” que el Ayuntamiento habría presentado. Sentado el desmentido, fuentes anónimas del Ayuntamiento citadas por la agencia Afp han precisado que aunque el asunto no esté en el orden del día, “en el fondo no es del todo falso”.
Sea como sea, lo que hay sobre la mesa es que el Parque de los Príncipes ya está siendo objeto de remodelaciones. El Qatar Sports Investments ya se ha gastado 75 millones de euros en la modernización del complejo, y aún deberá invertir más para cumplir su objetivo de ampliar el actual aforo del estadio (48.000) hasta 60.000, después de la Eurocopa del 2016. Todo indica que tarde o temprano, y de acuerdo con la ley de que muchos grandes equipos son propietarios de su estadio, se volverá a hablar de este asunto.
LA RESPUESTA El Ayuntamiento de París tuvo que salir al paso para desmentir las negociaciones para vender la instalación LA INVERSIÓN Los propietarios qataríes del PSG ya han invertido 75 millones en la modernización del estadio