Tarde de frenesí
El Arsenal y el Bayern, protagonistas en la lluvia de goles de un ‘Super Sunday’ que le costó el cargo a Rodgers
La adrenalina embriaga el ambiente. Los cánticos adquieren una dimensión dañina. Los abucheos retumban como tambores en Goodison Park, y las celebraciones evolucionan a delirio furioso en el Allianz Arena. El sentimiento que impera es aquél dramático del todo o nada, porque ante el eterno rival no hay concesiones. Un empate puede ser sinónimo de destitución. Brendan Rodgers lo sabe. La tensión se corta. Los jugadores, contagiados por la marea que les empuja desde la grada, entran en el terreno emocional. Muller ruge. Lewandowski no falla. Las revoluciones se multiplican. Hay que canalizar la energía. Presionar más arriba, pensar rápido, ejecutar con más precisión. Son partidos cotidianos vestidos de final. O de ultimátum. Una sobredosis futbolística con etiqueta de Super Sunday. Un frenesí.
Llegar tarde al encuentro, literal y metafóricamente, tuvo doble castigo. En un visto y no visto, el Arsenal aplastó a un Manchester United que aspiraba a recuperar el liderato de la Premier. Alexis Sánchez revolucionó al Emirates Stadium, que no podía creer lo presenciado. A los seis minutos, el chileno ya había adelantado a los gunners con un golazo de tacón. Boom. Setenta y cuatro segundos después, Ozil ponía el 2-0. Boom. Y cuando el cronómetro marcaba los veinte minutos, el de Tocopilla asestaba el golpe definitivo: otro golazo, esta vez con poderío y fuerza desde la frontal del área. Boom. En toda su historia, el United jamás había recibido tantos goles en tan poco tiempo.
Tan sentenciado estaba el partido en Londres, que tocaba cambio de localización. Nuevo país y nueva liga. En Alemania, Bayern de Munich y Borussia Dortmund deleitaron con un vibrante choque. La velocidad del balón fue por momen- tos un festival, un complemento perfecto para el Oktoberfest. Cuando los bávaros pisaron el acelerador, el Dortmund se convirtió en espectador de lujo y perseguidor de sombras. Una exhibición en la que Muller y sobre todo Lewandowski brillaron : 5-1 y siete puntos de colchón en la tabla para los de Guardiola.
Si el Arsenal aplastó y el Bayern fue una apisonadora, el Nápoles decidió humillar al AC Milan en el Giuseppe Meazza. Sin compasión, los del sur endosaron un doloroso 0-4 a los del norte, que siguen inmersos en la decadencia.
Horas antes, el PSV Eindhoven conquistó el Amsterdam Arena, donde venció al Ajax por 1-2. El héroe fue Gastón Pereiro, autor de los dos goles y jugador destinado a hacer olvidar a Memphis Depay. Este duelo filosófico del fútbol, con dos escuelas de formación diametralmente opuestas, no defraudó. Frank de Boer y sus chicos siguen líderes, aunque la tabla de la Eredivisie quema en lo más alto gracias a la actuación del equipo dirigido por Cocu. Tras ocho jornadas, la lucha por la primera posición no puede estar más abierta: cinco candidatos están separados por dos puntos.
Precisamente dos puntos es la cantidad que sintieron haber perdido tanto los aficionados del Everton como los del Liverpool. En el derbi del Merseyside el empate a uno (Ings en el 41’ y Lukaku en el 46’) supo a poco a los toffees, que ejercían de anfitriones y llegaban con la confianza por las nubes, pero mucho menos a los reds, que vieron cómo su defensa cometía el enésimo error. Los directivos del club dijeron basta y en el día más señalado despidieron a Brendan Rodgers. Poco más de tres años después de su llegada, el técnico fue destituido.
Sin público visitante en Parc des Princes, el Olympique de Marsella logró el primer gol en tres años en casa del PSG. Sin embargo, nada detuvo a un Ibrahimovic que no sólo dio la vuelta al marcador con dos goles (de penalti) sino que además se convirtió en el jugador con más tantos del club francés, con 110 dianas. El sueco fue el encargado de bajar el telón a una tarde de puro espectáculo. ¿Quién sino él?