Violencia en el aeropuerto de París.
Dos ejecutivos de Air France, uno de ellos Xavier Broseta –en la imagen, sin camisa–, fueron maltratados por un grupo de trabajadores durante la discusión del plan de 2.900 despidos de la empresa.
Como Cristo camino del Gólgota, pero sin cruz. Dos ejecutivos de Air France fueron maltratados de palabra y obra por una turba de empleados furiosos en el aeropuerto Charles de Gaulle. Xavier Broseta, jefe de personal, sólo conservaba un trozo de manga de su camisa y la corbata sobre su torso desnudo, mientras que el director de la sede de Orly, Pierre Plissonier, salió algo mejor parado: con su traje Armani hecho trizas y media camisa colgando. Ambos náufragos escalando una barrera metálica, tras haber pasado por un pasillo infernal en el que los empleados pedían su dimisión y gritaban (y practicaban), “¡en pelotas, en pelotas!”. Casi lo consiguieron. Poco antes, los trabajadores habían irrumpido en las negociaciones con el comité de empresa, obligando a los ejecutivos a salir. ¿El motivo?: por haber rechazado el plan Perform 2020 (trabajar más cobrando lo mismo) después de haber sufrido un recorte de 5.500 puestos de trabajo entre el 2012 y el 2014. La empresa presentó ayer un nuevo plan: otro recorte de 2.900 empleos. Las imágenes abrieron telediarios, mientras desde Japón el primer ministro, Manuel Valls, denunciaba “violencias inaceptables”. Los trabajadores también están enfadados con él: “Valls, árbitro vendido”, gritaban. Según las cifras adelantadas a los sindicatos, la empresa pretende prescindir en los dos próximos años de 300 pilotos, 700 azafatas y 1.900 miembros del personal en tierra, de los 64.000 trabajadores que tiene su plantilla. Además, cinco conexiones de larga distancia serán suprimidas, 14 aviones de su flota suprimidos y reestructurará algunas rutas. El Gobierno francés, que tiene el 17,6% de las acciones de la compañía, respalda los planes de la dirección, pero a través de diversos ministros ha pedido que se recuperen las negociaciones y que los pilotos hagan concesiones. La empresa les reclama más horas de vuelo por el mismo salario, algo a lo que se niegan alegando que sus condiciones son peores que los de colegas de otras aerolíneas, como por ejemplo Swiss Air, British Airways o su socia KLM. /