Palmira desfallece
La directora general de la Unesco se conjura para llevar a los bárbaros al TPI
La destrucción del Arco de Triunfo de Palmira, con 2.000 años de antigüedad, es un paso más hacia la rápida destrucción de los restos arqueológicos a manos del Estado Islámico, para el que cualquier excusa vale para arrasar con todo.
Al yacimiento arqueológico de Palmira podrían quedarle unos tres o cuatro meses de vida, según las previsiones de las autoridades arqueológicas de Siria. Una de sus piezas más relevantes, el Arco del Triunfo, ha sido destruida por el grupo terrorista Estado Islámico (EI), anunciaron ayer las autoridades sirias.
El director de Antigüedades y Museos de Siria, Maamún Abdelkarim, explicó a Efe por teléfono que su departamento recibió informaciones de fuentes locales en Palmira de que el arco está totalmente destruido después de que los yihadistas lo volaran anteayer con explosivos.
La pieza tenía unos 2.000 años de antigüedad y era una de las más importantes del conjunto monumental de Palmira, que está incluido en la lista del patrimonio mundial de la Unesco.
Abdelkarim expresó su inquietud por el hecho de que el EI “ya no está destruyendo, movido por su ideología, objetos con un significado religioso, sino que ataca construcciones civiles”. “Cada semana recibimos noticias de que alguna pieza de Palmira ha sido destrozada. Veo un escenario muy negro”, lamentó el responsable de antigüedades. Por este motivo, pidió ayuda internacional: “Esto es una batalla cultural, no política, necesitamos la ayuda de la comunidad internacional”, subrayó. Por su parte, el Observatorio Sirio de De- rechos Humanos informó ayer de la destrucción el domingo de otros tres arcos en Palmira, de los que el EI sólo destrozó la parte de arriba y dejó intactos los pilares.
La ONG precisó que el grupo terrorista actuó de esta manera por- que los arcos contenía símbolos e inscripciones.
Estas acciones de los radicales coinciden con la campaña de bombardeos de Rusia contra el EI en el territorio sirio, que comenzó el pasado 30 de septiembre.
Los yihadistas arrebataron a las fuerzas del Gobierno de Damasco el control de Palmira el 20 de mayo pasado. Desde entonces, han estado dinamitando tesoros arqueológicos de la localidad, como el templo de Baal o tres emblemáticas torres funerarias. Su teatro romano ha servido también en varias ocasiones de escenario para los asesinatos perpetrados por los radicales.
En julio pasado, el Estado Islámico publicó un vídeo en el que 25 soldados sirios fueron asesinados a disparos en dicho teatro por menores de edad reclutados por la organización radical.
Tras esta nueva barbarie, la directora general de la organización, Irina Bokova, condenó el acto que
El Estado Islámico dinamita el Arco del Triunfo, otra de las joyas de un yacimiento de 2.000 años
consideró una manifestación de odio e ignorancia. “Palmira representa en sus piedras todo lo que los extremistas aborrecen: la pluralidad cultural, el diálogo entre culturas, la unión de personas de cualquier procedencia en esta ciudad comercial entre Europa y Asia”, señaló en un comunicado en París.
Bukova aseguró que la Unesco trabajará con el Tribunal Penal Internacional (TPI) para llevar a los criminales ante la justicia y “garantizar que los autores de esos actos de destrucción sean juzgados y castigados”.